«Yolanda nunca se arruga, nunca se esconde y nunca pone excusas», afirmó, ensalzando su capacidad para afrontar los retos sin miedo al fracaso, sino con el convencimiento de que lo importante es intentarlo.
También elogió su fortaleza para sobreponerse a las adversidades, su inteligencia para evaluar riesgos y transformar las dificultades en oportunidades, su templanza para actuar con serenidad en momentos de presión y, sobre todo, su lealtad. «Leal a sus principios y convicciones, de los que nunca reniega, y leal a las personas a las que nunca traiciona», destacó, resaltando que estos valores la hacen merecedora de este reconocimiento.
Más allá de su carácter, el presidente quiso subrayar su compromiso con Ceuta, reflejado en tres grandes prioridades: garantizar la igualdad de oportunidades para que nadie quede atrás por falta de recursos, fortalecer la educación como el mayor ascensor social y fomentar la convivencia entre los ceutíes, sin importar sus diferencias. En este sentido, afirmó que “para querer a Ceuta hay que quererla tal como es y con toda su gente, sin excluir a nadie”, una idea que, según él, Bel defiende con convicción.
Vivas reiteró, por otra parte, la necesidad de seguir luchando por la igualdad entre hombres y mujeres, una tarea que, en su opinión, sigue siendo esencial en la sociedad actual. En su intervención, el presidente subrayó que, aunque desde el punto de vista normativo la igualdad está reconocida, en la práctica aún persisten diferencias evidentes en ámbitos como el acceso a puestos directivos, la conciliación de la vida laboral y familiar o las condiciones de trabajo. “Esto no es justicia, y esto no es dignidad, y esto no es libertad, y esto no es igualdad”, afirmó con rotundidad, dejando claro que la desigualdad sigue siendo un problema estructural que debe combatirse con determinación.
Para cerrar su intervención, el presidente dirigió unas últimas palabras a la homenajeada, animándola a «seguir siendo como es» y asegurando que su ejemplo es una inspiración para muchos. Concluyó con un llamamiento a la unidad y al esfuerzo colectivo para que, algún día, la lucha por la igualdad deje de ser necesaria porque esta sea una realidad incuestionable en la sociedad.