- La rectora y el alcalde firman la renovación de un convenio para que el Laboratorio de Acústica Aplicada de la ULE realice la evaluación y control del ruido ambiental de la capital
- Las investigaciones permitirán desarrollar un mapa de ruido que servirá de punto de partida para un plan de acción encaminado a reducir los niveles de ruido
- Investigadores de la Universidad formarán a agentes de la Policía Local y técnicos municipales
- El mapa de ruido elaborado en 2021 determinó que en los periodos de día y tarde la zona centro es el área más afectada acústicamente durante, seguido de los barrios de San Claudio, La Chantría y La Lastra
León, 30 de enero de 2025. La rectora de la Universidad de León, Nuria González, y el alcalde de León, José Antonio Diez, han suscrito este jueves un convenio por el que se renueva la colaboración entre ambas instituciones para la evaluación y el control de ruido ambiental en la ciudad.
Se trata de una colaboración que se remonta a 1990 y con la que, según destacó la rectora, se pone de manifiesto la importancia de poner el conocimiento que genera la Universidad, en este caso a través del Laboratorio de Acústica Aplicada, para posteriormente poner al servicio de la sociedad.
Nuria González recordó que la contaminación acústica es uno de los retos ambientales más relevantes en las ciudades modernas, que requiere soluciones informadas, estratégicas y colaborativas. “Es aquí donde entra en juego nuestro Laboratorio de Acústica Aplicada, cuyos trabajos sirven de punto de partida para la implantación de un plan de acción encaminado a reducir la contaminación acústica de nuestro municipio y construir una ciudad más saludable y sostenible”.
Una idea en la que incidió el alcalde de León, que puso de manifiesto que la Universidad cuenta con los profesionales, los instrumentos y la capacitación técnica para sentar las bases de una ciudad con menos contaminación acústica, “que encaja en nuestro compromiso de un León más cómodo y amable”.
En este sentido, recordó que la ciudad cuenta con una situación dispar en materia de acústica, consciente de que a pesar de que gran parte del área metropolitana goza de un “verdadero confort acústico”, existen determinadas áreas acústicamente saturadas que “exigen de acciones concretas que tomen como punto de partida las investigaciones de la Universidad”.
MAPA DE RUIDO Y FORMACIÓN
El convenio contempla la elaboración del mapa estratégico de ruido de la capital, para lo que desde la ULE se llevarán a cabo los cálculos, teniendo en cuenta los datos y mediciones recogidos en las diferentes calles de la ciudad de León, teniendo en cuenta distintas las fuentes generadoras del ruido: tráfico viario, ferroviario e industria, y prestando especial atención al problema que presentan las zonas peatonales del casco histórico de la ciudad.
Asimismo, según indicó el director del Laboratorio de Acústica, Jesús Cepeda, se estudiarán los niveles de aislamiento acústico, transmisiones de ruido y vibraciones, y se llevará a cabo controles de los niveles de sonido registrados por los limitadores acústicos en establecimientos de ocio nocturno.
El convenio, que tiene una duración de 4 años, contempla además una acción de formación por parte de técnicos del Laboratorio de Acústica a agentes de la Policía Local y técnicos municipales, así como la redacción de propuestas recogidas en los planes de acción contra el ruido urbano.
El Ayuntamiento de León realiza una aportación de 90.000 euros para sufragar los estudios que estarán concluidos antes del 30 de junio de 2027.
RADIOGRAFÍA DE LEÓN
Un estudio que en 2021 establecía que el principal elemento contaminante en materia acústica es el tráfico rodado, siendo durante los periodos de día y tarde la zona centro la más afectada, seguida por aquellos distritos que abarcan los barrios de San Claudio, La Chantría y La Lastra. Durante le periodo de noche, el casco histórico, barrio Húmedo y el de Santa Marina, es el que aglutina mayores niveles de ruido.
En cualquier caso, según señaló Cepeda, el último mapa arrojaba una reducción en relación con el año 2017 gracias a la implantación de medidas como las semipeatonalizaciones o las limitaciones de velocidad para el tráfico rodado. “Nuestras investigaciones son herramientas valiosas para evaluar la exposición del ruido de la población y realizar predicciones globales encaminadas a planificar acciones a reducir progresivamente la contaminación acústica”, destacó Cepeda.