El estudio, en el que participa la Universidad de Oviedo, ofrece una perspectiva novedosa gracias a la reconstrucción paleoclimática y paleoambiental | Los investigadores han analizado las más de 30 especies identificadas en Cova Eirós (Lugo), varias de ellas extintas hoy en este territorio, como el rinoceronte lanudo o la hiena | El trabajo, publicado en ‘Journal of Archaeological Science: Reports’, revela la existencia de un medio considerablemente más frío, pero con un régimen de precipitaciones similar al actual | Las sierras orientales de Galicia se convirtieron en un auténtico refugio climático que permitió la supervivencia de los grupos neandertales hasta momentos más recientes que en otras zonas del norte peninsular
Un nuevo estudio realizado en el yacimiento paleolítico de Cova Eirós (Cancelo, Triacastela, Lugo), en el que ha participado la Universidad de Oviedo, aporta nuevos datos sobre el territorio que habitaron los últimos neandertales del noroeste peninsular. La investigación, que se ha centrado en la fauna de la época, ofrece una perspectiva novedosa gracias a la reconstrucción paleoclimática y paleoambiental y revela que las sierras orientales de Galicia se convirtieron en un auténtico refugio climático que permitió la supervivencia de los grupos neandertales hasta momentos más recientes que en otras zonas del norte peninsular
El trabajo, publicado en la revista Journal of Archaeological Science: Reports, analiza más de 1000 restos fáunicos recuperados en el nivel 3 del yacimiento, que presenta una antigüedad de en torno a los 41000 años. En esta época, los grupos de neandertales aún ocupaban las sierras orientales de Galicia en un momento en el que, por ejemplo, en parte de la cornisa cantábrica ya habitaban los Homo sapiens. Los neandertales explotaban una amplia variedad de recursos, entre los que el ciervo era su principal presa, pero no la única, pues también se ha detectado la explotación oportunista de osos de las cavernas.
Gran movilidad territorial
Este trabajo ha permitido comprobar que estos grupos neandertales tenían una gran movilidad por el territorio, del que hacían un uso extensivo y se aprovechaban del hecho de que la cueva se encuentre en un ecotono -la frontera entre distintos ecosistemas-, lo que proporcionaba una mayor riqueza y acceso a un gran número de recursos.
La investigación, liderada por Hugo Bal García, del Grupo de Estudios para la Prehistoria del Noroeste – Arqueología, Antigüedad y Territorio (GEPN-AAT) de la Universidad de Santiago de Compostela y del Centro de Investigación Interuniversitario de los Paisajes Atlánticos Culturales (CISPAC), y por Iván Rey Rodríguez, del Centro de Investigación Marina de la Universidad de Vigo, se enmarca en los proyectos de investigación desarrollados en el yacimiento con financiación del Ministerio de Ciencia del Gobierno de España y la Consellería de Cultura, Lingua e Xuventude. Las investigaciones arqueológicas en este yacimiento están codirigidas por Arturo de Lombera Hermida, profesor de la Universidad de Oviedo y coautor del artículo, y en ella participan varios alumnos del Grado de Historia de la universidad asturiana.
Además de abordar las estrategias de subsistencia neandertales, el aspecto más destacable de este artículo reside en que ofrece una reconstrucción aproximada de las condiciones climáticas a las que se enfrentaron estos grupos de cazadores-recolectores. A partir de la información ecológica que aportan las más de 30 especies identificadas en la cueva -varias de ellas extintas a día de hoy, como el rinoceronte lanudo o la hiena- los investigadores han podido deducir una temperatura media anual sensiblemente inferior a la actual, con un descenso medio de -3 ºC; mientras que las precipitaciones se mantuvieron bastante elevadas, con una diferencia de tan solo 150 mm anuales menos que en la actualidad.
Estas condiciones permitieron mantener una comunidad vegetal relativamente importante, con un medio dominado por bosques de baja densidad intercalados con praderas húmedas en un momento en el que en la mayor parte de la península ibérica estaba dominada por el frío y la aridez, lo que convirtió las sierras orientales de Galicia en un auténtico refugio climático que permitió la supervivencia de los grupos neandertales hasta momentos más recientes que en otras zonas del norte peninsular.
Referencia
Hugo Bal-García, Iván Rey-Rodríguez, Arturo de Lombera-Hermida, Mikel Díaz-Rodríguez, Carlos Fernández-Rodríguez, Xosé Pedro Rodríguez-Álvarez, Ramón Fábregas Valcarce,
Landscape and subsistence in NW Iberia during the Middle Palaeolithic (MIS3): Faunal analysis of Cova Eirós (Triacastela, Galicia, Spain), Journal of Archaeological Science: Reports, Volume 64, 2025, 105149, ISSN 2352-409X, https://doi.org/10.1016/j.jasrep.2025.105149.