Una Iglesia, un primer ministro y un empresario: la detención que estremece a un país postsoviético

Un tribunal de Armenia arrestó el miércoles al empresario Samvel Karapetián por dos meses. El detenido fue acusado de incitar a la toma del poder tras defender abiertamente a la Iglesia apostólica armenia (AAC) mientras el primer ministro del país, Nikol Pashinián, realizaba duras declaraciones contra la institución. 

Las relaciones entre la Iglesia apostólica armenia y el Gobierno del país se han tensado desde la llegada al poder de Pashinián y, ante todo, por el conflicto con Azerbaiyán. El patriarca supremo y católico de todos los armenios, Gareguin II, instó en varias ocasiones a la dimisión de Pashinián.

A finales de mayo, Pashinián comenzó a publicar en redes sociales mensajes ofensivos y con lenguaje obsceno dirigidos tanto a la Iglesia apostólica armenia como a Gareguin II, cuya dimisión exigió. El líder armenio propuso modificar el procedimiento de elección del católico de todos los armenios, consagrando en una ley el «papel decisivo de la República de Armenia» en su designación.

En respuesta, Karapetián -empresario ruso de origen armenio, presidente del grupo de empresas Tashir- indicó a periodistas que «un pequeño grupo, olvidando la historia armenia, la historia milenaria de la Iglesia armenia, atacó a la Iglesia armenia, al pueblo armenio».

«Lucharé con todas mis fuerzas por los santuarios del pueblo armenio, dondequiera que esté, pase lo que pase. No permitiré que nadie pisotee nuestros santuarios para sus propios fines», declaró Karapetián en un comunicado.

El martes 17 de junio, tras operativos cerca de su casa en Ereván, a Karapetián lo llevaron en un coche de Policía.

«Karapetián ha sido acusado de incitación pública a la toma del poder a través de los medios de comunicación. Este artículo prevé una multa, servicio comunitario y está tipificado como delito de gravedad media, y solicitar el arresto en virtud de este artículo es completamente ilegal«, declaró la abogada del empresario, Liana Gasparyan.

La detención ha sido ampliamente condenada por diversas figuras políticas, religiosas y empresariales, tanto dentro como fuera de ese país del Cáucaso del Sur.

Así, el expresidente de Armenia Robert Kocharián calificó lo ocurrido de «vergüenza nacional». Igualmente, Levón Mukanián, representante para la interacción con las estructuras estatales y públicas de la Diócesis rusa de la AAC, observó que la acción de Pashinián «se llama represión».

Rusia sigue de cerca el caso del empresario señaló el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov. «Por supuesto que lo seguimos. Para nosotros, es ciudadano ruso. No queremos interferir en los asuntos internos de Armenia, pero, por supuesto, vigilamos con sumo cuidado todo lo relacionado con los ciudadanos rusos», dijo.

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