Un estudio de la URV constata que el profesorado de educación primaria muestra un conocimiento más elevado de estas herramientas aplicadas a la educación, seguido del de secundaria y, en último lugar, del de infantil
En un mundo cada vez más interconectado y dependiente de la tecnología, la educación enfrenta el desafío de adaptarse a nuevas modalidades de enseñanza que incorporen herramientas digitales. Pero, ¿cómo está preparado el colectivo docente para asumir y liderar esta transición? Una investigación reciente de la Universitat Rovira i Virgili (URV) ha desarrollado una herramienta de autoevaluación para analizar, apoyar y mejorar el diseño, la implementación y la evaluación de actividades educativas mediante diferentes tipos de dispositivos móviles. El objetivo es contribuir a integrar estas tecnologías en el proceso educativo y ayudar al profesorado a desarrollar competencias en esta área.
El estudio, liderado por las investigadoras del Departamento de Pedagogía de la URV Judith Balanyà Rebollo y Janaina Minelli De Oliveira, se centró en desarrollar esta herramienta, destinada a mejorar la aplicación pedagógica de los dispositivos móviles, como teléfonos inteligentes, tabletas y portátiles, en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Está diseñada para ser utilizada por la comunidad educativa en su conjunto y ofrecer así apoyo al colectivo docente al integrar de manera efectiva estas tecnologías en el aula.
Para desarrollar la investigación, se evaluó su uso entre 327 docentes de 62 centros educativos. A través de un cuestionario, debían responder una serie de preguntas relacionadas con el uso de dispositivos móviles aplicados a la educación. “Una vez finalizada la encuesta, quienes la respondían obtenían de forma inmediata los resultados, acompañados de orientaciones y recursos para mejorar el uso de estas herramientas en el aula”, explica Judith Balanyà.
“Observamos que existía una aceptación de moderada a alta del dispositivo, que el profesorado puntuó con una media de 70,65 sobre 100”, comenta la investigadora. Tras su uso, los participantes destacaron la facilidad de uso y la integración de sus funciones, especialmente en las etapas más avanzadas de la educación primaria. En cuanto al ciclo medio de primaria, este fue el que mostró la percepción más alta respecto a su conocimiento sobre el uso pedagógico de los dispositivos móviles, con una puntuación media de 8 sobre 10. En cambio, la puntuación más baja se registró en educación infantil, con una media de 6,5.
Durante el estudio también se identificaron diferencias de género en las autoevaluaciones. Los profesores varones emitieron puntuaciones más altas respecto al uso de dispositivos inteligentes en el aula en comparación con las profesoras, incluso en etapas educativas donde la presencia femenina es mayoritaria. Los hombres tienden a puntuarse entre un 10% y un 15% más alto en competencias tecnológicas en comparación con las mujeres, según los datos recogidos en el cuestionario de la herramienta de autoevaluación. «Este patrón coincide con el efecto Dunning-Kruger, que explica que las mujeres pueden subestimar sus capacidades, especialmente en campos tecnológicos, a pesar de tener un rendimiento similar o superior en la práctica», explica Balanyà.
La investigación también destaca la importancia de la formación continua y el apoyo institucional para lograr una integración efectiva de las tecnologías móviles en las aulas. A través de grupos focales, se observó que los docentes, independientemente de su nivel de experiencia, valoran positivamente las tecnologías móviles como herramientas pedagógicas.
La herramienta de autoevaluación desarrollada por la URV no solo facilita la reflexión y el análisis del personal docente sobre el uso de dispositivos móviles, sino que también proporciona recursos educativos personalizados para mejorar sus prácticas pedagógicas. Con la exploración futura del potencial de la Inteligencia Artificial aplicada a la educación, esta investigación busca contribuir a mejorar los procesos educativos y a adaptar las tecnologías emergentes al aula.
“La tecnología por sí misma no es ni buena ni mala: su valor radica en cómo se utiliza y con qué propósito”, destaca Balanyà. “Los dispositivos móviles no son solo herramientas para acceder a la información, sino que permiten una participación más activa y creativa en el proceso de aprendizaje”, añade. “Es necesario establecer políticas y directrices claras para integrarlos de forma efectiva como herramientas al servicio del aprendizaje. Y esto pasa por abordar cuestiones como la equidad en el acceso a esta tecnología, la capacitación docente en su uso pedagógico y la protección de la privacidad y seguridad del alumnado”, reflexiona Janaina Minelli De Oliveira, quien también ha participado en la investigación.
Los resultados de este estudio ponen de manifiesto que, con las herramientas y el apoyo adecuados, los dispositivos móviles pueden integrarse de manera efectiva y enriquecedora en los procesos educativos, promoviendo un aprendizaje más interactivo, personalizado y accesible para todos los estudiantes.
Referencia bibliográfica: Balanyà Rebollo, J.; De Oliveira, J.M. Identifying Strengths and Weaknesses in Mobile Education: A Gender-Informed Self-Assessment of Teachers’ Use of Mobile Devices. Appl. Syst. Innov. 2024, 7, 31. https://doi.org/10.3390/asi7020031