Cátedra Caixa Popular
Un experto del Vaticano asegura que “en 10 o 15 años millones de personas migrarán a causa del cambio climático”
Noticia publicada el
martes, 3 de junio de 2025

La Cátedra Caixa Popular para el Estudio de los Desafíos Sociales y la Vulnerabilidad de la Universidad Católica de Valencia (UCV) ha celebrado el seminario ‘Migraciones inducidas por el cambio climático: un debate crítico’, en el que se han reunido expertos en materia migratoria llegados de otros puntos de España, así como de otros países europeos. Uno de los participantes en la jornada ha sido el jefe de la sección de Evaluación y Estrategia del vaticano Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral, el uruguayo Diego Carambula. En el transcurso del seminario, Carambula ha asegurado que “vamos a ver en diez o quince años como millones de personas migrarán a causa del cambio climático y no sé si el mundo está preparado todavía para ello”.
“Si realizamos un análisis racional del fenómeno migratorio a nivel mundial, está claro que la situación tiende a empeorar. Ahora entra en juego la migración causada por el problema del clima. Prácticamente un cuarto de la población mundial vive cerca de poblaciones costeras, es un dato demográfico. Inundaciones en países como Bangladesh están movilizando a millones de personas que se tienen que ir a vivir a la ciudad y, después, terminan directamente tratando de cruzar hacia otro país”, ha aducido Carambula.
Pese a ese futuro a corto plazo, el experto del dicasterio vaticano ha asegurado que, en la actualidad, “más que tenderse puentes, se están construyendo muros”. En su opinión, “las políticas migratorias en la mayoría de países se están poniendo cada vez más estrictas. Incluso para la población con alto nivel de cualificación, que antes eran demandados. Lo vemos ahora en Estados Unidos. El desafío es muy grande”.
“Hay que trabajar un poco más en las causas de la migración, y los países más beneficiados, en lugar de quejarse y objetar que están recibiendo a miles y miles, y llegan, y llegan… deberían pensar: ¿por qué están saliendo todas estas personas de sus países? Nadie se va porque quiere de su casa. Hablamos de personas que abandonan su tierra, familia, amigos por necesidad, para poder sobrevivir. Los países más ricos deberían implementar políticas de apoyo a los países de origen para que la gente no tenga que emigrar, para que la migración no sea algo obligatorio, sino voluntario. Es un círculo vicioso que el mundo todavía no ha trabajado”, ha aseverado.
La Iglesia posee “una ventaja única” para enviar una llamada a la acción a todos los gobernante
Según Carambula, “la Iglesia posee una ventaja única a la hora de trabajar con la migración, pues es de las pocas instituciones que tiene una presencia prácticamente en todo el mundo. Entonces, estar cerca de la gente vulnerable, poder escucharles y tender una red entre toda la Iglesia, creo que sería fundamental para enviar un mensaje de llamada a la acción a todos los gobernantes”.
“En el Dicasterio y en la Iglesia, en general, manejamos la cuestión migratoria con mucho cuidado, siempre escuchando. Nosotros, por ejemplo, trabajamos mucho a partir de las visitas ‘ad limina’ de los obispos, cada cinco años tienen que viajar a Roma para encontrarse con el Papa. Escuchamos necesidades que vienen de los pastores de cada diócesis y tratamos de ayudarlos de alguna manera”, ha expuesto.
Cuando el Dicasterio lleva adelante una iniciativa sobre población migrante, “nunca se excluye a la población local”, por ejemplo: “En muchos países a los que se emigra, como sucede en el caso de los venezolanos que se llegan a ciudades como Cúcuta (Colombia), los nativos también tienen problemas. Si ayudamos a la iglesia local para que tengan un comedor que alimente a los migrantes, no podemos pretender que sea sólo para ellos, sino para todas las personas que necesiten comida. Nuestro foco son las personas, independientemente de religión, raza o cualquier otra característica”.
En ese sentido, las personas en situación de migración o refugio es una de las cinco áreas clave en la que trabaja el Dicasterio “para que haya un desarrollo humano integral de la persona”. Es un área importantísima, pero también nos ocupamos de la ecología, la economía, la seguridad y la salud. Son transversales, todas se tocan”.
“Para ser sinceros, estamos todavía tratando de entender bien el concepto de integral. Una noción tan amplia es difícil de explicar, de proporcionar una definición concreta. Sucede también con otros muchos conceptos que manejamos, como el de refugiado. Hoy no se tiene muy claro qué es un refugiado. Se habla de ellos a nivel mundial basándose en la idea descrita por una convención de 1951, que no tiene en cuenta ni el cambio climático ni las necesidades económicas. Simplemente habla de personas perseguidas políticamente. En la actualidad existen otras situaciones de violencia, por ejemplo”, ha indicado.
Las migraciones internas
Al hilo del fenómeno de los refugiados, Carambula ha analizado también el de los desplazados dentro de un mismo país: “No se presta mucha atención a la migración interna, pero hay países donde se están moviendo grandes poblaciones. Ejemplos de ello son Brasil o Colombia. En este último caso, la causa está en la violencia: las guerrillas FARC están teóricamente disueltas, pero todavía siguen activas y afectan a mucha población. Abandonar tu ciudad también es migración, porque es dejar afectos, casa, trabajo… En Centroamérica también existe una crisis grande en este sentido. Se trata de un fenómeno muy triste a nivel mundial”.
En el encuentro han intervenido también Papa Sow, del Nordic Africa Institut, que ha analizado los retos para las poblaciones locales y para la comunidad investigadora que presentan la migración y el cambio climático; así como la directora del proyecto Crisis climática y gobernanza de las movilidades, de la sección ecuatoriana de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de la UNESCO, Gioconda Herrera. La jornada también ha servido para la presentación del proyecto Migraclima.