Los investigadores premiados han desarrollado un programa de actividad física personalizado para deportistas diagnosticados de patologías que pueden desencadenar muerte súbita durante el ejercicio | Este nuevo programa garantiza, según sus autores, que las personas con síndromes asociados con muerte súbita en el deporte puedan realizar actividad física reduciendo los riesgos y mejorando su calidad de vida
Un estudio para la creación de un programa personalizado de actividad física dirigida para deportistas diagnosticados con el síndrome hereditario asociado a la muerte súbita (PAC-SAMS) se ha alzado hoy con el primer puesto de los Premios Nacionales de Investigación Medicina del Deporte Fundación Cajastur que convoca la Universidad de Oviedo y que, esta edición, cumplen 26 años. El trabajo, firmado entre otros autores por Georgia Sarquella-Brugada, ha sido presentado por investigadores del Hospital San Joan de Deu y del Centro de Alto Rendimiento de Barcelona.
Los autores galardonados recuerdan que algunas patologías cardiacas hereditarias, sobre todo los síndromes arrítmicos, pueden causar muerte súbita durante la realización de actividad física intensa. Se entiende por muerte súbita en el deporte la que se produce de manera inesperada durante la práctica deportiva, o en plazos cortos de tiempo tras la finalización del ejercicio, por causa natural en sujetos aparentemente sanos. Esta situación plantea la duda de si los sujetos diagnosticados de esas enfermedades pueden realizar ejercicio intenso o no.
El trabajo que ha obtenido el primer premio ha desarrollado un programa de actividad física, personalizado y seguro, para deportistas diagnosticados con patologías que pueden desencadenar muerte súbita durante el ejercicio, con la finalidad de minimizar los riesgos y mejorar su calidad de vida. La aplicación del programa mejoró el estado físico de los participantes, aumentó ligeramente la masa muscular con efectos mínimos sobe el índice de masa corporal y produjo mayor tolerancia al esfuerzo. Además, la gran mayoría de las personas manifestaron sentir mayor bienestar y satisfacción general. Así pues, el programa de intervención desarrollado en este estudio garantiza que las personas con síndromes asociados con muerte súbita en el deporte pueden desarrollar actividad física y mejorar su calidad de vida.
Segundo puesto para un estudio sobre el papel del ejercicio físico en supervivientes de cáncer infantil
El segundo puesto ha correspondido al estudio titulado Forma física y función cardiaca en supervivientes de cáncer infantil ¿Qué papel juega el ejercicio durante el tratamiento y los niveles actuales de actividad física? Esta investigación ha sido realizada para analizar las alteraciones que tienen los niños supervivientes de cáncer infantil cuatro años después del diagnóstico. El trabajo, que consistió en comparar las alteraciones de estos niños (126) con un grupo de controles, reveló que los supervivientes de cáncer tienen niveles más bajos de forma física, así como una estructura cardiaca anormal, a pesar de que habían participado en programas de ejercicio físico durante la fase hospitalaria de tratamiento del cáncer.
Los investigadores concluyeron que el ejercicio físico no tiene efectos protectores contra las deficiencias en aptitud física, aunque sí observaron una correlación positiva entre los niveles de actividad física y las variables relacionadas con la forma física. Estos resultados, según los autores, respaldan la implementación de intervenciones de actividad física a largo plazo para contrarrestar los efectos perjudiciales del cáncer infantil.
Este trabajo, firmado entre otros autores por Pedro Luis Valenzuela Tallón, ha sido presentado por investigadores de las universidades de Alcalá, Almería, Europea de Madrid, Miguel de Cervantes, y los hospitales Niño Jesús y 12 de Octubre.
Tercer puesto para un estudio sobre el papel del ejercicio físico como ‘medicamento’ para posible tratamiento de enfermedades inflamatorias, metabólicas y problemas corporales
El jurado ha otorgado el tercer puesto al trabajo titulado Asociación de la aptitud cardiorrespiratoria con la capacidad antioxidante mitocondrial en PBMC y biomarcadores metabólicos, inflamatorios y de estrés oxidativo en individuos sedentarios, físicamente activos y atletas de resistencia. Sus autores señalan que, en un mundo donde el sedentarismo y la obesidad se convierten en las epidemias actuales, este estudio demuestra cómo el ejercicio físico, mejora la aptitud, y capacidades físicas de las personas. En concreto, el ejercicio físico produce cambios bioquímicos, que mejoran la condición física y la salud humana. También disminuye el proceso inflamatorio de personas sedentarias, combatiendo las consecuencias de la inflamación crónica y estimulando una mayor expresión genética para mejorar el equilibrio normal del metabolismo. Este trabajo evidencia cómo el ejercicio físico puede ser una puerta para combatir y mejorar la salud de pacientes con trastornos metabólicos, trastornos inflamatorios crónicos y la composición y funciona corporal. En definitiva, esta investigación potencia y demuestra el papel del ejercicio físico como medicamento para el posible tratamiento de enfermedades inflamatorias, metabólicas y problemas corporales de diversas índoles.
Este estudio, suscrito entre otros autores por Omar Arturo Hernández López, ha sido presentado por investigadores de la Universidad de Valencia.
Valoración del jurado
Miguel del Valle, catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo y secretario del jurado, ha destacado la altísima calidad de los trabajos presentados al premio, 44 en esta edición de récord, y ha subrayado que los tres estudios galardonados abordan temas de gran trascendencia y plena actualidad en la medicina deportiva. Por su parte, Carlos Siñeriz, presidente de la Fundación Cajastur, ha resaltado el compromiso de la entidad asturiana con estos galardones que alcanzan ya su 26 edición, el nivel de los trabajos presentados y la creciente presencia internacional.
Los Premios Nacionales de Investigación en Medicina del Deporte son posibles gracias al patrocinio de la Fundación Cajastur. Estos galardones tienen por objeto reconocer públicamente la labor realizada por distintos investigadores e incentivar las iniciativas de investigación de excelencia en el ámbito de la Medicina de la Actividad Física y el Deporte. Los galardones, patrocinados por la Fundación Cajastur, cuentan con un total de 16.000 euros que se distribuyen en 10.000 euros y diploma acreditativo para el primer clasificado, 4.000 y diploma para el segundo y 2.000 y diploma para el tercero.
Han formado parte del jurado en esta 26 edición de los premios Irene Díaz Rodríguez, vicerrectora de Investigación de la Universidad de Oviedo, en calidad de presidenta; José Antonio Vega, decano de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Oviedo; Tomás Fernández Jaén, de la Clínica CEMTRO de Madrid, y Miguel del Valle Soto, catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo, que ha actuado como secretario.