La diabetes tipo 2 supone un problema de salud pública en Latinoamérica. En los últimos años, ha aumentado su prevalencia y sus efectos negativos en la población, por lo que vigilar su impacto en la sociedad se ha convertido en una prioridad. En este contexto, un estudio de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) realizado en Ecuador pone de manifiesto que existe una gran desigualdad respecto al control de la enfermedad en las zonas rurales del país, especialmente entre hombres y mujeres.
Esta enfermedad crónica influye en cómo el cuerpo utiliza el azúcar para obtener energía, lo que provoca un uso inadecuado de la insulina, que puede producir una concentración anormal de azúcar en sangre. Por esta razón, mantener un nivel óptimo de glucosa en el torrente sanguíneo es vital para evitar complicaciones como ceguera, amputaciones y problemas tanto cardíacos como renales.
El estudio, publicado en la revista BMC Public Health, se llevó a cabo en la provincia de Esmeraldas, concretamente en el Distrito de Salud Eloy Alfaro, un área rural de 45.629 habitantes. La recolección de datos tuvo lugar entre octubre de 2020 y mayo de 2022 y consistió en una entrevista cara a cara y una medición de la glucosa capilar en ayunas. Se incluyeron pacientes mayores de 18 años con un diagnóstico de diabetes tipo 2 anterior a enero de 2019 con un total de 476 personas encuestadas.
Apenas el 18,1% de las personas presentaban niveles óptimos de glucosa capilar en ayunas, un porcentaje coherente con otros estudios sobre la diabetes tipo 2 en Latinoamérica. Además, los resultados demuestran que el tratamiento y el cuidado de la diabetes no está siendo igual de efectivo en hombres y mujeres, ya que los niveles adecuados de glucosa en sangre son cuatro veces más frecuentes en el sexo masculino que en el femenino. Por el contrario, las personas de edad avanzada, las que residen en un entorno urbano y las desempleadas suelen tener más frecuentemente cantidades adecuadas de azúcar en sangre.
Según la investigadora del departamento de Salud Pública, Historia de la Ciencia y Ginecología de la UMH Marta Puig García, autora principal del estudio, la disparidad de resultados entre hombres y mujeres se debe a desventajas sociales, desafíos psicosociales y factores fisiológicos. Estas barreras se exacerban en el entorno rural, donde los roles de género tradicionales influyen en el manejo de la diabetes. “Por ejemplo, los trabajos más exigentes físicamente, como los relacionados con la agricultura, los realizan en su mayoría los hombres, y este ejercicio ayuda a su cuerpo a regular la glucosa en sangre. Las mujeres, en cambio, se hacen cargo de labores más sedentarias, sin el mismo estímulo físico”, apunta la investigadora. Además, en este mismo grupo poblacional, las mujeres tenían cinco veces más riesgo de sufrir diabetes tipo 2 y tres veces más probabilidades de padecer obesidad que los hombres, según otro estudio de su autoría publicado en International Journal for Equity in Health, por el que la investigadora Marta Puig recibió el Premio Santander-UMH de jóvenes investigadores 2023.
Destacan también las diferencias sociodemográficas entre ambos sexos. Los hombres encuestados mostraban niveles más altos de educación, mayores tasas de empleo, mejores ingresos y mayor frecuencia de vivir en pareja. Atendiendo a estos datos, la investigadora subraya la necesidad de diseñar intervenciones que incorporen un enfoque sensible al género y al contexto para mejorar el control glucémico en poblaciones vulnerables.
En esta línea, el proyecto Contextualización de la Evidencia para la Acción en Diabetes (CEAD), financiado por la Unión Europea, se propone como objetivo adaptar las acciones de salud pública a países o entornos de bajos recursos. El CEAD está liderado por la profesora del Departamento de Salud Pública, Historia de la Ciencia y Ginecología de la UMH Lucy Anne Parker.
Debe tenerse en cuenta que el estudio se llevó a cabo durante la pandemia de COVID-19, un periodo que limitó gravemente el acceso a la atención sanitaria, redujo la capacidad para generar ingresos y modificó las dinámicas sociales, debido a la implementación de restricciones sanitarias preventivas. Por lo tanto, según las expertas, estas circunstancias podrían haber exacerbado las dificultades para el manejo adecuado de la diabetes en la población encuestada.
En este estudio también han participado miembros del grupo de investigación de Salud Global de la UMH Elisa Chilet, Blanca Juana Lumbreras y Abraham Beltrán, todos miembros del departamento de Salud Pública, Historia de la Ciencia y Ginecología, en colaboración con las investigadoras del Centro de Epidemiología Comunitaria y Medicina Tropical de Ecuador, Cintia Caicedo-Montaño y Mónica Márquez-Figueroa. https://doi.org/10.1186/s12889-025-22324-z