La investigadora predoctoral del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Murcia, Alicia Sempere Marín, ha documentado una investigación biológica sobre el origen de los cangrejos de agua dulce en España, que se creían autóctonos de la península, y que gracias a un documento encontrado en el Archivo de Simancas ha podido saberse que llegaron en el siglo XVI por capricho del rey Felipe II.
Desde hace miles de años, los humanos han consumido cangrejos, tanto de agua dulce como salada. Sin embargo, en España no siempre fue así. La investigación, liderada por Miguel Clavero, de la Estación Biológica de Doñana-CSIC; y por el reconocido biólogo Miguel Delibes de Castro, revelan que sólo se han localizado restos pre o protohistóricos de cangrejos marinos, pero no de agua dulce.
La llegada de los cangrejos de agua dulce a España, esclarecida por la doctoranda de la UMU, se data en 1588 debido a un capricho de Felipe II para poblar los estanques reales con especies exóticas que había visto de sus viajes por Europa. El cargamento de estos “gambaros”, como se llamaron en la época, provenía de Italia, concretamente de la Toscana, aunque se había intentado previamente con ejemplares provenientes de Países Bajos sin éxito. De hecho, “el criado que había logrado hacer llegar con vida a estos cangrejos fue generosamente recompensado por el rey”, explica Sempere. El valor de este hallazgo documental es doble. Por un lado, demuestra la llegada por primera vez de cangrejos vivos, de origen italiano, a la corte española y, por otro, se inserta en el estudio de las complejas relaciones diplomáticas mantenidas entre el gran duque de Toscana Fernando I y el rey Felipe II a finales del siglo XVI.
No fue hasta el siglo XIX, ya olvidad su introducción, cuando esta especie se empezó a introducir en ríos del sur de la península, dejando de estar reducida a los estanques reales. En algunas zonas, como en buena parte de Cataluña, la llegada del cangrejo de río es aún más tardía en el siglo XX, tal y como está documentado. Sin embargo, su amplía popularidad y consumo entre las clases populares hizo que se reconociera como propio, e incluso el propio Ministerio de Transición Ecológica ha creado estrategias “para la conservación del cangrejo de río ibérico”, frente a la entrada de especies invasoras procedentes de América como el cangrejo rojo americano o el señal, que han provocado su entrada en la categoría de “vulnerable” dentro del Catálogo Español de Especies Amenazadas.
Serendipia científica
Esta reconstrucción histórica ha sido fruto de la casualidad y de la magia de las redes sociales. Alicia Sempere, que realiza su tesis doctoral sobre el intercambio de regalos diplomáticos en la Casa de Austria durante la segunda mitad del siglo XVI, dio con el documental El cangrejo del rey, dirigido por Clavero en 2024, y recordó que uno de los documentos que había encontrado para su tesis podría ser precisamente la pieza que completaba el puzle de esta investigación, que será publicada próximamente, demostrando el papel clave de la investigación histórica con fuentes primarias en el avance interdisciplinar del conocimiento.
¿Por qué no había cangrejos en la península?
Las teorías que apuntan los investigadores de este estudio es que la cadena montañosa de los Pirineos podría haber actuado de frontera natural para que especies que sí existen en el resto de Europa, como el caso de los cangrejos de río, no habitaran en aguas españolas. Y por el contrario, la mayoría de especies de agua dulce de la península no existen en otras partes del continente.