Alicante. Miércoles, 30 de abril de 2025
Un estudio de la Universidad de Alicante (UA), la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), el Ministerio para la Transición Ecológica, la Junta de Extremadura y otras instituciones, han estudiado mediante tecnología GPS cómo las grandes aves rapaces responden a las condiciones meteorológicas adversas y, especialmente, a las olas de calor.
El estudio, publicado en la revista científica Ecology and Evolution, demuestra que el comportamiento de vuelo y el movimiento de estas aves se ve significativamente afectado por los eventos meteorológicos extremos, aunque cada especie responde de manera distinta.
La investigación se ha centrado en tres especies de grandes águilas que habitan en la Península Ibérica: el águila real (Aquila chrysaetos), el águila perdicera (Aquila fasciata) y el águila imperial ibérica (Aquila adalberti). Mediante el uso de tecnología GPS de alta frecuencia, los investigadores analizaron más de un millón de registros de vuelo obtenidos entre 2021 y 2024.
Esta exhaustiva base de datos permitió evaluar cómo factores como la temperatura, la velocidad del viento, la presión atmosférica y las precipitaciones influyen en aspectos clave del comportamiento de vuelo, incluyendo la altura, la velocidad, la distancia recorrida y el tiempo en el aire.
Los resultados han revelado que las tres especies muestran estrategias de vuelo distintas frente a las mismas condiciones meteorológicas. En particular, durante las olas de calor (definidas en el estudio como periodos de al menos dos días con temperaturas superiores a 37 ºC), el águila real fue la que presentó los cambios más notables en su comportamiento de vuelo, lo que sugiere una mayor sensibilidad a las altas temperaturas.
Por el contrario, el águila perdicera apenas modificó su patrón de vuelo, lo que podría deberse a su origen en regiones más cálidas y a su menor tamaño corporal, características que podrían conferirle una mayor tolerancia térmica.