El profesor de Edafología Vidal Barrón y la profesora de Patología General Juana Redondo han realizado trabajos de cooperación e investigación en una región rural de Kenia
Durante dos semanas el catedrático de Edafología Vidal Barrón y la médica de familia y profesora asociada de Patología General y Dermatología de la Universidad de Córdoba Juana Redondo han realizado una estancia de cooperación en Tharaka (Kenia) con la financiación del Área de Cooperación de la Universidad de Córdoba y la colaboración de la Fundación Kirira.
La región es una de las más pobres y áridas de Kenia donde la economía es de subsistencia, escasamente agrícola, con sólo algo de maíz pues las limitaciones son básicamente la falta de riego y algo de ganadería con pequeños rebaños de cabras y algunas vacas de leche.
En esta estancia estancia han podido aplicar innovaciones científicas que mejoran alguno de las problemáticas que enfrenta esta sociedad, como la contaminación del agua. El equipo puso en marcha el método SODIS (acrónimo de Solar Disinfection), una técnica simple y económica que utiliza la radiación solar para desinfectar el agua en botellas de plástico. En esta zona la radiación solar es muy alta, y en particular la radiación ultravioleta, la cual es capaz de destruir parásitos de forma muy eficaz. La acción de la radiación ultravioleta sobre el agua produce radicales libres, como hidrógeno naciente y radical hidroxilo, que reaccionan fácilmente con macromoléculas, sobre todo con ADN, provocando su destrucción, eliminando las bacterias y otros microorganismos que se encuentren en el agua expuesta a la radiación UV. Además, hay un efecto térmico sinérgico considerable, ya que alcanzan temperaturas muy altas (en la zona las temperaturas no bajan de los 30 grados y durante el experimento el agua alcanzaba los 50 grados). En este periodo también se ha investigado la prevalencia de protozoos, mediante análisis de heces, en 225 escolares de distintos centros educativos pudiendo detectar, empleando el método ELISA (análogo al que se usó durante la pandemia para detectar la presencia de covid19) la presencia de protozoos en alrededor de un 20% de los casos: Entamoeba histolítica, Giardia Lamblia, Crystoporidium y que son causantes de enfermedades digestivas, respiratorias y dermatológicas.
Con este método la desinfección del agua es fácil: se rellena una botella de plástico con el agua que se desea purificar y se expone a la radiación solar durante unas seis horas. Y así está lista para el consumo. Para comprobar la efectividad del método, realizaron análisis de la presencia de bacterias coliformes en el agua de consumo de la zona antes del tratamiento solar y se comprobó que bastaron dos horas de radiación solar para que se destruyeran esos patógenos. Esta técnica de desinfección ya se está empleando en muchas otras zonas de países en vías de desarrollo para paliar las enfermedades gastrointestinales derivadas de la carencia de agua potable que pueden afectar a más de mil millones de personas hoy en día, en diferentes zonas de Asia, Sudamérica y África.
La misión se realizó junto con la presidenta y fundadora de la Fundación Kirira, Estrella Giménez, y otros 5 voluntarios de esta fundación que trabaja en la región hace casi 20 años para mejorar la salud y educación de niñas en riesgo de sufrir prácticas como la mutilación genital femenina.