Un trágico accidente aéreo ocurrido el sábado en un campo fangoso de Copake, en el norte del estado de Nueva York, dejó un saldo de seis personas muertas. El avión siniestrado, un Mitsubishi MU-2B-40 bimotor, se dirigía al aeropuerto del condado de Columbia en Hudson, pero se estrelló a unos 50 kilómetros al sur de Albany, cerca de la frontera con Massachusetts.
Según informó la Administración Federal de Aviación (FAA), el pequeño avión privado desapareció del radar luego de que el piloto informara a la torre de control que había fallado en su aproximación inicial y solicitara realizar una segunda.
En ese momento, los controladores emitieron una alerta de baja altitud antes de perder todo contacto con la aeronave. Minutos después, el avión se precipitó en un campo abierto de difícil acceso debido al terreno fangoso.

Las autoridades locales, incluidos los agentes de la Oficina del Sheriff del Condado de Columbia, respondieron rápidamente a las llamadas de emergencia realizadas alrededor del mediodía.
La subalguacil Jacqueline Salvatore confirmó que el accidente fue fatal, aunque inicialmente evitó especificar el número de víctimas. Posteriormente, el domingo por la tarde, se reveló que las seis personas a bordo habían fallecido.
Entre las víctimas se encontraba la familia Groff, oriunda de Massachusetts, integrada por el neurocientífico y piloto experimentado Michael Groff, su esposa Joy Saini, uróloga, sus hijos Karenna y Jared, y sus respectivas parejas: James Sontoro y Alexia Couyutas Duarte. La tercera hija del matrimonio, Anika, no se encontraba en el avión y es la única sobreviviente directa de la familia.

La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) envió un equipo de investigadores al lugar del accidente la noche del sábado, y continúan con las indagaciones para determinar las causas exactas del siniestro.
En un comunicado emitido por los familiares sobrevivientes, expresaron su dolor ante la pérdida: “Estamos devastados por la pérdida de nuestros seres queridos. Los recordaremos como las seis personas brillantes, dinámicas y amorosas que fueron”. La comunidad académica, médica y deportiva también ha lamentado profundamente esta tragedia que apagó vidas con un enorme potencial.