El presidente estadounidense, Donald Trump, ha comparado los ataques contra las instalaciones nucleares de Irán con los bombardeos estadounidenses de Hiroshima y Nagasaki con armas nucleares durante la Segunda Guerra Mundial.
«Ese golpe puso fin a la guerra. No quiero usar el ejemplo de Hiroshima. No quiero usar el ejemplo de Nagasaki. Pero fue esencialmente lo mismo. Aquel impacto acabó con aquella guerra y este con esta», declaró a los periodistas este miércoles durante la cumbre de la OTAN en La Haya.
«Si no lo hubiéramos eliminado, ahora estarían luchando», añadió.
También calificó los ataques de «destrucción total» y la ofensiva estadounidense de «obliteración», comentando un informe de inteligencia filtrado, según el cual los ataques no lograron destruir el programa nuclear iraní.
Deseos y realidad
Los hallazgos del informe confidencial filtrado sostienen que el programa nuclear solo se retrasó 6 meses.
En detalle, se indica que los sitios de Fordo, Natanz e Isfahán no sufrieron tantos daños como algunos funcionarios de la Casa Blanca esperaban y que la república islámica aún conserva el control de casi todo su material nuclear, lo que significa que si decide fabricar un arma nuclear aún podría hacerlo con relativa rapidez.
Comparación desafortunada
Los bombardeos estadounidenses de Hiroshima y Nagasaki están considerados entre los más sangrientos de la historia de la guerra moderna.
Las estimaciones de víctimas giran en torno a un mínimo de 110.000 muertos y un máximo de 210.000. La primera estimación fue realizada por el Ejército estadounidense en la década de 1940, la segunda por científicos contrarios a las armas nucleares, en gran parte iniciada por Japón.
