El tercer maratón de biodiversidad de la Universidad de Córdoba convierte el campus de Rabanales en un laboratorio ambiental para la ciencia ciudadana y la conservación de especies
Evernia prunastri es un liquen habitual en la sierra de Córdoba y una verdadera rareza en la ciudad. Por eso, su presencia en el campus universitario de Rabanales sorprendió tanto al grupo ciudadano que, guiado por el naturalista Rafael Tamajón, logró identificarlo en el transcurso del III Bioblitz Universidad de Córdoba. “Era minúsculo y nos ha extrañado mucho verlo; su presencia es anecdótica, pero se podría considerar una señal de la calidad ambiental del campus, ya que ésta es una especie nada tolerante a la contaminación; si está aquí es porque las condiciones ambientales han permitido que crezca, aunque insisto en que su presencia es mínima”, aclara Tamajón mientras continúa señalando líquenes en un muro de hormigón de la Colonia de San José en el Campus de Rabanales.
La presencia de evernia prunastri no fue lo único excepcional en la jornada del pasado sábado. También fue posible observar algún ejemplar de tritón pigmeo, aunque esta vez su presencia no es casual, sino el resultado de un proyecto de conservación y recuperación de anfibios desarrollado por el Área de Ecología, que hace 8 años creó una charca, que mantiene artificialmente y que ha sido colonizada por diferentes especies de anfibios, demostrando que, si se mantienen las condiciones ambientales propias de la zona, los hábitats son capaces de recuperarse, según explicó el profesor de la UCO Ricardo Reques. Mientras lo hacía, otro grupo de voluntarios ambientales y científicos ciudadanos paseaba cerca observando aves y registrando sus cantos. Bajo la coordinación del profesor José Guerrero, fue posible avistar especies tan comunes en el campus como los mirlos o los gorriones, pero también varias especies de águilas, que, como otras aves migratorias, andaban de paso.
A pocos metros de allí, Sara Parras, investigadora del Área de Botánica, y Rocío Moreno, naturalista y miembro del proyecto de ciencia ciudadana “Arácnidos ibéricos” animaban a muestrear algunas de las especies que posiblemente tengan “peor prensa”: las conocidas como malas hierbas y las arañas. De las primeras, Parras, coordinadora del proyecto Planeta Barrio, volvió a subrayar el importante papel que juegan en el mantenimiento del equilibrio de los hábitats silvestres y urbanos; sobre las segundas, Moreno fue bastante gráfica: “las arañas son magníficas controladoras de plagas; si tienes arañas en casa, posiblemente tendrás menos mosquitos”. Para las dos, el problema de la percepción social de muchas especies está directamente relacionada con la falta de información o conocimiento sobre ellas y el valor que aportan. De ahí que pasaran la mañana compartiendo todo lo que saben sobre esas especies con las casi cien personas que participaron muestreando especies en este maratón de biodiversidad organizado por el Servicio de Protección Ambiental del Vicerrectorado de Campus Sostenible de la Universidad de Córdoba, en colaboración con la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación.
Casi doce horas de muestreos e identificaciones que, según explicaron Antonio Gomera, director del SEPA, y Miguel Antúnez, técnico ambiental de la UCO, quedarán incorporadas al catálogo del campus universitario de Rabanales donde conviven a diario más de 600 especies, incluida la que se pasó el sábado identificando al resto.