The River Band pone a bailar a un Apolo con entradas agotadas en una genuina noche de rock and roll

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Cuatro almas, cuatro músicos, cuatro maneras de vivir y una forma de expresar nuestros sentimientos”. Ese es el motor de The River Band, la rockera banda almeriense que anoche puso patas arriba el Teatro Apolo. No solo por haber colgado el cartel de ‘entradas agotadas’ sino por cómo el público tuvo que vivir la segunda parte del concierto de pie y bailando al ritmo del más genuino y auténtico rock and roll clásico. Era la presentación oficial de su segundo disco, ‘Mil maneras’, con el que han dado rápida continuidad a su estreno, ‘Debajo de un taburete’. Todo ello en el marco de la programación de temporada de invierno puesta en marcha y coordinada por el Área de Cultura, Tradiciones y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Almería.

The River Band son Diego Contreras a la voz y guitarras, Juan Caballero al bajo y coros, Antonio López en guitarra y coros y Juan de Dios Ferre en la batería y percusión. Anoche, además, contaron con la colaboración del rapero Alberto Barea, con un poema inicial y la participación en un par de temas, y con Mateo García a los teclados.

No hacen falta grandes artificios, ni photocalls, ni alfombras rojas, ni derroches excéntricos o altivos. Cuando la ilusión de tener una banda de rock and roll y estrenar temas propios sobre un escenario y ante un público entregado es más que suficiente para sentirse como una auténtica estrella. Con esa magia que tiene mucho de sueño cumplido empezó The River Band a componer canciones propias. 

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Con ellas, historias sencillas, directas y honestas, revisten composiciones que beben románticamente de la época dorada del rock español, a veces más cercano a los territorios del rock urbano, otras más apegado al pop rock de los noventa, otras con algún destello más metálico, sin olvidar el blues, el rhythm and blues y el rock primigenio de aires clásicos.

The River Band triunfó a lo grande anoche tanto con las canciones del primer disco como las del segundo, que incluyeron en su totalidad. Pero, para prueba de la pasta que están hechos los componentes del grupo, incluso se atrevieron a estrenar dos nuevos temas que irán en un venidero tercer disco. Fue precisamente ‘Sueño frío’, nueva, la que abrió la veda tras una intro instrumental muy afilada y el recitado de Alberto Barea. Se abrió así una senda de ‘Dados trucados’, de recuerdos al barco ‘Valbanera’ o a la pandemia con ‘Confinados’ (emocionante coda instrumental con el solo de guitarra) o el canto voraz a favor del medioambiente de ‘Recuerdo y olvido’, con enriquecedores cambios de compases en la batería. 

Destaca el break de bajo, con luces discotequeras incluidas en ‘Me hago viejo, ¿o qué?’, como también tiene aires del Sabina de los ochenta el sonido de ‘A vista de pájaro’ o desarrollo a lo Rosendo ‘Tú quién eres’, otra de las nuevas, que conquistó al público con sus coros participativos. Ya con los teclados incluidos en el resto del concierto la segunda parte voló en cuanto a diversión y entrega, desde ‘Lencería por sorpresa’ a ‘Una y otra vez’ con colores desde las teclas o el tremendo blues de alto octanaje de ‘Dulce pasión’. 

Tras cantar a las infancias más duras en ‘Solo’, con esa batería casi marcial y unas teclas de tintes setenteros, ‘Mil maneras’ abrió la veda del gran baile final, a ritmo de rock and roll elemental e irresistible, como ‘El Andrés’, ‘Debajo de un taburete’ o ‘Ricky Bourbon’, una canción añeja que acompaña a Antonio López desde hace muchos años y que pudo dedicar a las personas que cita en la canción, presentes también ayer en el Apolo.

Para los bises quedaría, más madera, ‘Reloj de cuco’ y ‘El bolo’ y su encantador cuento de la lechera… “Un bolo más y cambiamos el equipo. Un bolo más y compramos el furgón….”. 

El colofón llegó al término del concierto, con las mieles de un patio de butacas caldeado, ovacionando a la banda en su despedida, y un Juan de Dios Ferre, su batería, que enfilando los setenta años reconocía, “muchísimas gracias por esta noche tan increíble. Nunca he vivido nada como esto. Gracias”. La magia del rock and roll.