Sudán: uno de cada dos niños y niñas se enfrenta a “desafíos inimaginables”

Declaraciones del director ejecutivo adjunto de UNICEF, Ted Chaiban, sobre la situación de la infancia en Sudán

 

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NUEVA YORK, 4 de agosto de 2023 —»La semana pasada estuve en Sudán, un país que he visitado muchas veces durante los últimos 25 años, un país donde viví hace 18 años y un país donde los niños y niñas han sido siempre los más castigados por la violencia recurrente, las revueltas y el desplazamiento.

No es exagerado decir que la situación a la que se enfrentan los niños y niñas en Sudán hoy no tiene precedentes. Antes de que estallara la guerra el 15 de abril, Sudán ya estaba lidiando con una crisis humanitaria. Ahora, más de 110 días de brutales combates han convertido esta crisis en una catástrofe, que amenaza la vida y el futuro de una generación de niños y jóvenes, que representan más del 70% de la población.

Los números son abrumadores. Casi 14 millones de niños y niñas, un número similar al de la población infantil de Colombia, Francia, Alemania o Tailandia, necesitan urgentemente apoyo humanitario. Uno de cada dos niños y niñas en Sudán afronta en estos momentos desafíos inimaginables para su seguridad y bienestar. Todos los días.

Un total de 1,7 millones de niños y niñas han sido expulsados de sus hogares. Sus padres y madres están tomando la decisión insufrible de desarraigar a sus hijos y dejar atrás todo lo que han conocido, y ahora están en tránsito dentro de Sudán o cruzando sus fronteras, vulnerables al hambre, la enfermedad, la violencia y la separación de sus familias. Este número se suma a los 1,9 millones de niños y niñas que habían quedado desplazados dentro de Sudán antes de esta última crisis.

Al menos 435 niños y niñas han muerto en el conflicto y al menos 2.025 niños y niñas han resultado heridos. Eso es una media de un niño asesinado o herido cada hora desde que comenzó la guerra. Sabemos que se trata de una estimación a la baja, y es probable que el número real sea mucho mayor. Vi las consecuencias de las atrocidades cometidas contra niños y mujeres durante los días más oscuros del conflicto de Darfur, hace 18 años. Me preocupa profundamente que estemos presenciando una repetición de estos terribles días.

Las ramificaciones de esta crisis también se extienden más allá de las fronteras de Sudán, afectando directamente a países como Chad, Sudán del Sur y República Centroafricana, y las implicaciones regionales y globales son significativas.

El impacto de esta crisis se muestra en los rostros y las historias de los niños y niñas, padres, madres y abuelos que conocí en Sudán y Adre, un pueblo en la frontera entre Chad y Sudán, que ahora alberga a cientos de miles de mujeres y niños que habían huido de Darfur Oeste en busca de seguridad.

Hablé con una mujer llamada Fatma en Adre. Había cruzado de Geneina a Chad con sus tres hijos, pasando por hasta 11 puestos de control para llegar hasta allí, cada uno de los cuales requería un soborno para evitar la amenaza constante de la violencia de género. Niños y niñas que llegan deshidratados, desnutridos, debilitados, muchos al borde de la muerte. En Attbara, en el norte de Jartum, hablé con un niño de 11 años que me describió su angustioso viaje al salir de Jartum, presenció los horrores de la guerra y ahora extraña a sus amigos, su hogar y todo lo que dejó atrás.

Todos los días, niños y niñas son asesinados, heridos, secuestrados… y las escuelas dañadas, destruidas o saqueadas. Hemos recibido informes de secuestros, reclutamiento de niños y niñas en grupos armados, violencia étnica y violencia de género contra mujeres y niñas. Tres millones de niños menores de cinco años están desnutridos, de los que 700.000 se encuentran en riesgo de desnutrición aguda grave y muerte. Además, 1,7 millones de niños y niñas menores de un año corren el riesgo de perder vacunas críticas, lo que aumenta el riesgo de que haya brotes de enfermedades. En el estado del Nilo Blanco, tenemos una combinación letal de diarrea acuosa aguda, sarampión y desnutrición. A menos que esto se contenga, las consecuencias podrían ser graves.

En medio de la devastación del conflicto, fue inspirador ver la dedicación de los colegas de UNICEF y la ONU, así como de nuestros aliados humanitarios, y su determinación de quedarse y ofrecer servicios vitales para niños y familias. UNICEF, con sus socios, ha llegado a más de 3 millones de niños, niñas y mujeres con suministros sanitarios, a 2,1 millones de personas con agua potable y a 2 millones de niños y niñas con pruebas de detección de la desnutrición, de los que unos 107.000 han recibido un tratamiento que les ha salvado la vida. Además, casi 200.000 niños y sus cuidadores se han beneficiado de ayuda psicosocial, educación y protección, así como de actividades lúdicas y de la oportunidad de volver a ser un niño, mediante más de 400 espacios seguros establecidos en todo el país.

Hasta la fecha, UNICEF ha entregado más de 5.500 toneladas métricas de suministros vitales en todo Sudán, incluso en áreas críticas de Darfur, Kordofán y Jartum. Sin embargo, mientras continúen los combates, las necesidades seguirán aumentando, y muchas comunidades vulnerables permanecerán fuera del alcance del apoyo humanitario. Durante los próximos 100 días, UNICEF necesita con urgencia unos 400 millones de dólares (364 millones de euros) para mantener y ampliar su respuesta a la crisis para apoyar a los niños y niñas más vulnerables.

No podemos aceptar el precio que esta guerra le está cobrando a los niños y niñas de Sudán, a sus familias. Recordamos la indignación cuando la crisis de Darfur estaba en su punto más espantoso. No podemos volver a esa situación. Por lo tanto, nuestro mensaje a las partes en conflicto es claro. Detengan los combates y comprométanse a un cese duradero de las hostilidades. Todas las partes deben cumplir con sus obligaciones en virtud del Derecho Internacional Humanitario y de los Derechos Humanos para proteger a los civiles, lo que incluye prevenir y poner fin a las violaciones graves contra los niños y niñas. Todas las partes deben garantizar que la comunidad humanitaria pueda llegar de manera segura a los niños y las familias necesitadas, respetando a los trabajadores humanitarios y sus instalaciones, eliminando las barreras burocráticas y administrativas, y facilitando el acceso.

Esperamos que las conversaciones en Jeddah y otros procesos de negociación puedan avanzar urgentemente en este sentido”.

Para colaborar con el trabajo de UNICEF en emergencias como la de Sudán: https://www.unicef.es/causas/emergencias/sudan

Acerca de UNICEF 
UNICEF trabaja en algunos de los lugares más difíciles para llegar a los niños y niñas más desfavorecidos del mundo. En 190 países y territorios, trabajamos para cada niño, en todas partes, cada día, para construir un mundo mejor para todos. 

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Ildefonso González
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