Sudán del Sur: “Si tuviéramos un hospital más cerca, quizás mis hijos estarían vivos hoy”
La creciente inseguridad ha obligado al cierre del Hospital de MSF en Ulang, lo que tendrá efectos devastadores en el acceso de la población local a la atención médica.
17/06/2025

© MSF
La población de zonas remotas del estado del Alto Nilo, en Sudán del Sur, sufren la falta de acceso a la atención médica. Los ataques a los barcos médicos y los saqueos armados en centros médicos desde principios de año nos ha obligado a cerrar el hospital en Ulang y a poner fin al apoyo a 13 centros comunitarios de atención primaria en el condado. El cierre del hospital de MSF deja un área de más de 200 kilómetros, desde la frontera con Etiopía hasta la ciudad de Malakal, sin ningún centro de atención secundaria funcional. MSF instamos a todas las partes en conflicto a adherirse al derecho internacional humanitario, cesar estos ataques indiscriminados y garantizar la protección de las instalaciones médicas, el personal sanitario y los pacientes.
Desde febrero de 2025, Sudán del Sur está experimentando su peor pico de violencia desde el acuerdo de paz de 2018. Los combates entre las fuerzas gubernamentales y las milicias juveniles armadas se han intensificado en varios estados, como Alto Nilo, Jonglei, Unidad y Ecuatoria Central. Esto ha provocado desplazamientos masivos, numerosas víctimas civiles y el colapso total de unos servicios públicos ya de por sí frágiles.
A pesar de estos cierres, MSF seguimos comprometidos con la atención médica de las personas desplazadas y vulnerables en los condados de Ulang y Nasir. Un equipo móvil de emergencia está evaluando las necesidades y está preparado para brindar atención médica a corto plazo donde las condiciones de seguridad y el acceso lo permitan. Continuamos brindando servicios de atención médica en sus otros proyectos en el estado de Alto Nilo, incluidos los condados de Malakal y Renk.
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Una de las oficinas de MSF en Ulang tras el saqueo.© MSF
Una tendencia creciente de violencia contra la atención médica
En enero de 2025, MSF sufrimos un ataque por parte de hombres armados no identificados contra nuestro personal cerca de Nasir, quienes dispararon contra nuestras embarcaciones cuando regresaban de entregar suministros médicos al Hospital del condado de Nasir. Este ataque nos obligó a suspender las actividades en los condados de Nasir y Ulang, que incluían derivaciones médicas en barco por el río Sobat, algo que permitía a las mujeres dar a luz de forma segura.
En abril de 2025, individuos armados irrumpieron en el hospital de Ulang, donde amenazaron al personal y a los pacientes y saquearon el hospital de forma tan extensa que MSF dejamos de contar con los recursos necesarios para continuar las operaciones de forma segura y eficaz.
«Se llevaron todo: equipo médico, computadoras portátiles, las camas y colchones de los pacientes, y aproximadamente suministros médicos para nueve meses, incluida la carga de dos aviones llenos de kits quirúrgicos y medicamentos que había sido entregada la semana anterior. Destruyeron todo lo que no pudieron transportar», afirma Zakaria Mwatia, coordinador general de MSF para Sudán del Sur. En menos de un mes, otro hospital de MSF fue bombardeado en Old Fangak, una ciudad del vecino estado de Jonglei, dejando las instalaciones completamente inoperativas. Esto forma parte de un preocupante aumento de ataques a centros de salud en Sudán del Sur.
Las comunidades locales dependían de MSF para la atención prenatal
“Durante mi tercer embarazo, decidí acudir al hospital con bastante antelación, antes del parto. Había perdido a mis dos primeros hijos por no llegar a tiempo”, cuenta Nyapual Jok, una joven madre de las afueras del condado de Ulang.
Nyapual había sido trasladada al hospital en una de las ambulancias acuáticas de MSF, ya que vive en una aldea remota, lejos del hospital de Ulang. Ulang, una extensa zona propensa a inundaciones, se caracteriza por aldeas remotas y dispersas que a menudo se ven afectadas por restricciones de movilidad durante la temporada de lluvias. MSF gestionamos servicios de transporte acuático para garantizar el acceso a la atención médica a madres como Nyapual. “Es muy difícil acceder a la atención médica aquí. Si hubiéramos tenido un hospital más cerca durante mis partos anteriores, quizás mis hijos estarían vivos hoy”, añade Nyapual.
Nyapual compartió su historia en noviembre de 2024, solo dos meses antes del ataque a las mismas embarcaciones que la ayudaron a dar a luz a su bebé de forma segura.
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Veronica Nyakuoth, supervisora de matronas de MSF, examina a un bebé en una clínica instalada en una de las aldeas remotas del condado de Ulang, en Sudán del Sur. Octubre de 2024.© Nasir Ghafoor/MSF
El cierre de instalaciones crea brechas difíciles de cubrir
El efecto de los ataques, al detener las derivaciones médicas por barco, ha tenido consecuencias fatales para las personas que viven en zonas remotas de la región. Las personas en los condados de Ulang y Nasir tuvieron que esperar días, a veces incluso semanas, para conseguir una embarcación que las llevara al hospital de Ulang. En situaciones desesperadas, caminaban durante días por un paisaje fangoso, una tierra que es casi imposible de cruzar a pie durante la temporada de lluvias.
Verónica Nyakuoth, matrona de MSF en el hospital de Ulang, comparte la historia de una paciente que atendió en la maternidad: «Estaba de parto cuando sufrió complicaciones; tenía que llegar a un hospital lo antes posible. Normalmente, los equipos móviles de MSF habrían podido recogerla en barco, pero como el servicio se cortó, tuvo que esperar dos días a que un barco privado la llevara. Cuando finalmente llegó al hospital de Ulang, ya era demasiado tarde: el equipo no pudo encontrar el latido de los gemelos que llevaba en su vientre».
150.000 personas sin acceso a atención médica
Con el cierre del hospital y la retirada del apoyo a las instalaciones descentralizadas, incluido el transporte de pacientes, más de 150.000 pacientes, incluidas madres como Nyapual, enfrentarán aún más dificultades para acceder a la atención médica en el condado de Ulang, y muchos más podrían enfrentar el trágico destino que sufrió la paciente de Verónica. Más de 800 pacientes con enfermedades crónicas como el VIH, la tuberculosis y otras han perdido el acceso al tratamiento debido al cierre de los servicios de MSF en la zona.
La sincera súplica de Nyapual resuena profundamente: «Necesitamos un hospital cercano que pueda ayudar a madres y niños. Sin él, muchos sufrirán y perderán la vida».
MSF en Ulang
Desde 2018, MSF hemos brindado servicios de salud vitales en Ulang, incluyendo atención traumatológica, materna y pediátrica. Los equipos también apoyaron a 13 centros para ofrecer servicios de atención primaria. En los últimos siete años, nuestros equipos realizaron más de 139.730 consultas externas, ingresaron a 19.350 pacientes, trataron 32.966 casos de malaria y asistieron 2.685 partos, entre otros servicios esenciales. Durante este tiempo, también brindamos apoyo al Hospital del Condado de Nasir y respondimos a múltiples emergencias y brotes de enfermedades.
La historia de Nyapual, junto con la de muchos otros, sirve como un duro recordatorio de que la atención médica es un derecho fundamental y nunca debe ser un objetivo. Las consecuencias de los ataques a la atención médica van más allá del daño a un edificio; es la pérdida de la esperanza, la seguridad y la oportunidad de un futuro más saludable.
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