El perfil de los profesionales que trabajan en centros educativos está evolucionando rápidamente. Ya no basta con contar únicamente con la titulación de Magisterio en Educación Infantil o Primaria. La creciente complejidad de los entornos escolares, sumada a la diversidad de necesidades educativas, emocionales y sociales del alumnado, requiere de profesionales con una formación más completa, polivalente y especializada.
En este contexto, el papel del psicopedagogo se posiciona como una figura clave dentro de los centros educativos. Frente al perfil tradicional de docente, el psicopedagogo aporta una visión más amplia y herramientas que permiten abordar de manera integral las diferentes realidades del aula, contribuyendo no solo a la enseñanza, sino también al bienestar emocional, la inclusión, la convivencia y el desarrollo personal del alumnado.
La formación en Psicopedagogía permite a los profesionales asumir un rol dual en los centros educativos. Por un lado, desempeñan las funciones propias de la enseñanza, y por otro, suman competencias especializadas en diagnóstico, evaluación, orientación y acompañamiento tanto a alumnos como a familias y equipos docentes. Esto se traduce en una capacidad mucho mayor para intervenir en situaciones de conflicto, gestionar la diversidad, diseñar planes de intervención psicopedagógica, o colaborar en la mejora de la convivencia escolar.
Sofía Baena, directora del Máster Universitario en Psicopedagogía de la Universidad Loyola.
Como señala Sofía Baena, psicóloga y directora del Máster Universitario en Psicopedagogía de la Universidad Loyola, «dentro de los centros educativos puedes asumir un rol más dual, en el que puedes llevar a cabo funciones tradicionales de maestro o maestra, pero también puedes apoyar y desempeñar otras funciones que complementan esa labor principal».
«Si tienes que elegir entre un maestro con formación únicamente en Magisterio o una persona con una formación adicional que además pueda cumplir y apoyar roles de otro tipo dentro del centro educativo, la diferencia es clara: es una formación mucho más completa, que te permite abordar funciones que, de otra manera, no podrías.»
En este escenario, el Máster Universitario en Psicopedagogía de la Universidad Loyola se ha consolidado como uno de los programas más completos y con mayor proyección del país. Su propuesta formativa destaca por combinar una sólida base teórica con una fuerte orientación práctica.
Desde el inicio, el alumnado tiene contacto directo con contextos reales a través de prácticas externas en centros escolares, gabinetes especializados y entidades sociales, permitiéndoles aplicar los conocimientos adquiridos en situaciones concretas y construir una experiencia sólida antes de egresar.
Otro de los grandes atractivos del máster es el perfil de su claustro docente: profesionales en activo, con amplia experiencia tanto en la práctica como en la investigación, que ofrecen una enseñanza conectada con la realidad actual del sector educativo. Esta visión profesional se complementa con una formación académica rigurosa que habilita el acceso al doctorado, abriendo nuevas vías para quienes desean profundizar en la investigación y el desarrollo de nuevas metodologías psicopedagógicas.
El máster cuenta con docentes de distintos ámbitos: psicólogos, pedagogos, maestros especializados en convivencia, planes de estudio, evaluación psicopedagógica, maltrato, vulnerabilidad, acompañamiento familiar, etc. Como añade Sofía Baena, «tenemos un gran número de docentes tanto del ámbito académico como profesional, lo que garantiza una formación conectada con la realidad. Además, incluye asignaturas de investigación y, como máster oficial, permite el acceso a estudios de doctorado.»
Gracias a esta visión integral y práctica, el Máster Universitario en Psicopedagogía de la Universidad Loyola se ha convertido en una opción cada vez más demandada por graduados en Educación, Psicología y disciplinas afines que buscan ampliar sus competencias, mejorar su empleabilidad y abrir nuevas puertas laborales en un entorno profesional cada vez más exigente y diverso.