
El portavoz y vicesecretario de Cultura del Partido Popular, Borja Sémper, defiende que “la política exterior no puede ser rehén de la soberbia política de Pedro Sánchez” y que el “Congreso no puede ser ignorado y despreciado mientras este Gobierno improvisa y devalúa nuestra credibilidad internacional”
Considera que el Ejecutivo “solo proclama consignas, discursos vacíos y fotografías huecas, porque no es capaz de llevar a cabo ni una sola medida real” mientras esquiva la “soberanía nacional”, por lo que pide el apoyo de los diputados para que “cualquier decisión que comprometa a España con nuestros socios europeos o aliados occidentales sea debatida y aprobada en el Congreso”
Lamenta que en un escenario crucial y de reajuste del orden internacional tengamos “un Gobierno sin rumbo, sin criterio y sin palabra” y convertido en “un puzle de contradicciones”, habida cuenta de que el “presidente del Gobierno solo habla por una parte del Gobierno en materia de Seguridad y Defensa”
“La Comisión Europea quiere centralizar la compra de armamento mientras este Gobierno no es capaz ni de centralizar una sola opinión en su seno”, zanja
Recuerda la posición de Vox en marzo de 2022, tras comenzar la invasión rusa en territorio ucraniano, cuando Abascal aseguraba “acertadamente” que el Gobierno quería “estar en dos sitios a la vez, con los agresores y los agredidos, con Putin y con la OTAN”, y lamenta que, desde entonces, “las cosas han cambiado mucho”
“Ni practicaremos seguidismo ciego de intereses extranjeros en contra de los intereses europeos y nacionales, ni enalteceremos figuras de tiranos extranjeros, ni contribuiremos a la poca o nula fiabilidad de España ante nuestros socios por la incompetencia del Gobierno”, asegura
Considera que “nos jugamos no solo cómo nos percibe el resto del mundo, sino nuestra propia seguridad y nuestra posición” como europeos en un momento en el que estamos obligados a “dar un paso al frente y defender nuestro modelo de democracia liberal, plural y basada en el Estado de derecho y las instituciones”
Concluye subrayando que el “eje discursivo del debate” nada tiene que ver con “izquierdas o derechas”, sino que “se trata de democracia o de autoritarismo, de seguridad o de vulnerabilidad, y de asumir responsabilidades o de esconderse detrás de una pancarta”; porque “o se está con Ucrania o con la sumisión al miedo”