Rocacho: la Navidad más excepcional de Madrid

Rocacho Padre Damián y Rocacho Plaza, máximos referentes de la cocina de producto y las brasas en la capital, son dos lugares indispensables para celebrar la Navidad en Madrid; con distintos espacios, incluido reservados, ofrecen un ambiente elegante y acogedor, un servicio impecable y una propuesta gastronómica excepcional, basada en la cocina tradicional. Rocacho: la Navidad más excepcional de Madrid.

Rocacho: la Navidad más excepcional de Madrid. Para Nochevieja, Rocacho Padre Damián ha diseñado una cena exclusiva; por un precio de 200 euros por persona (incluida bebida), este menú está compuesto por platos, cuyo máximo protagonista es la materia prima más excelsa, además de las tradicionales uvas de la suerte y la copa de champán para brindar por el nuevo año

Rocacho Plaza, en Marqués de Salamanca, ofrece una versión más informal de la casa madre; con una carta de picoteo, cócteles, tres terrazas y cocina abierta todo el año, es el lugar perfecto para disfrutar sin prisas estas fiestas

Madrid, noviembre de 2024.- Rocacho: la Navidad más excepcional de Madrid. Absoluto referente de la gastronomía tradicional y de las brasas en la capital, en Rocacho (Padre Damián, 38) la excelencia culinaria y el trato al cliente adquieren otra dimensión. Desde su apertura, este restaurante se ha convertido en uno de los mejores de la capital por su servicio impecable, por el ambiente, por sus platos tradicionales y, por supuesto, por sus célebres brasas, por las que pasan las carnes de El Capricho                                    –consideradas por muchos expertos como las mejores del mundo—, las cuales ofrece en exclusiva en la ciudad. En fechas muy señaladas, como es la Navidad, Rocacho está a pleno rendimiento, ya que es uno de los restaurantes preferidos para festejar estas fiestas por su versatilidad. En cocina, la actividad no cesa y en sala, su ambiente sosegado y elegante invita a disfrutar sin prisas; si se quiere algo más íntimo, sus reservados son fundamentales. Esa viveza también está presente en la otra casa de Rocacho, Rocacho Plaza; abierta en 2023, está situada en la plaza del Marqués de Salamanca y sigue las mismas directrices que la casa madre. Lugares de encuentro y disfrute únicos para los más hedonistas.

El chef Jairo Soria y su equipo son los artífices de la extraordinaria propuesta culinaria de ambos locales, que tiene como eje el producto de temporada, siempre presente y protagonista de esas elaboraciones que van cambiando al mismo son que las estaciones del año. Producto del más alto nivel, que manipulan lo mínimo indispensable para que mantengan sus cualidades intactas y estás sean apreciadas por el comensal en su máxima esencia.

IDEAL PARA CELEBRAR LA NOCHEVIEJA…

Rocacho Padre Damián se ha consolidado como uno de los asadores modernos ineludibles y una de las grandes mesas capitalinas. Además de una elegante terraza acristalada ubicada en el porche del restaurante, ya en el interior cuenta con una pequeña zona de barra con mesas altas y el comedor, distribuido en dos alturas y con capacidad para albergar dos reservados para entre diez y 40 comensales; diferentes ambientes para adaptarse a los clientes, y más ahora que llega la Navidad y cada uno requiere de unas necesidades.

Consciente de ello y del importante papel que juega en la hostelería madrileña en general y para los madrileños en particular, el restaurante quiere celebrar con su fiel clientela la última noche del año para la que ha preparado una cena especial. Por un precio de 200 euros por persona, los comensales podrán disfrutar de una exclusiva y elegante velada; serán recibidos con un aperitivo de bienvenida: una copa de Chandon Garden y una selección de chacinas José Gordón. Tras ello, será el momento de los snacks individuales —bombón de foie gras y frambuesa sobre pan brioche y bocado de angula fresca a la bilbaína—, que dará paso a la trilogía del mar: navaja en tempura y gilda líquida; vieira a la brasa gratinada con espuma de kimchi y salicornia; almeja de carril al natural y taco de mar y montaña. Como platos principales, mero a la brasa, con zanahoria y trigueros risolados sobre beurre blanc, y lingote de vaca madurada a baja temperatura y terminado a la brasa con parmentier y cebolla glaseada. Los postres estarán protagonizados por una crema ligera de mascarpone y vainilla de Madagascar con frutos rojos y por los bombones Rocacho. Para beber, refrescos, cervezas, zumos y por supuesto vino: tinto El Chano, de Bodegas El Capricho, y blanco Hermanos Lurton. No faltarán las uvas de la suerte y el brindis por el nuevo año con una copa de champagne Pierre Gimonnet Blanc. Una cena inolvidable para una noche muy especial. Y es que este templo para carnívoros es, ante todo, un referente de la cocina tradicional de culto al producto y de la sencillez frente a la complejidad técnica.

… Y CUALQUIER COMIDA DE NAVIDAD

Ya sea para esa noche o para cualquier otra fecha, Rocacho es un lugar en el que darse ese capricho que tanto nos merecemos en Navidad. En su carta habitual, entrantes como los embutidos de El Capricho —cecina, chorizo y salchichón de buey—, el torrezno de Soria     —crujiente y fileteado—, la ensaladilla, el bombón de txangurro, sus populares rocachos de bacalao o el pan bao de picaña. Sus huevos, de Cobardes y Gallinas, los presentan con puntilla y acompañados de carabineros, angulas o cecina y picadillo de buey. De la huerta llega su ensalada de tomate, la burrata rellena de pesto —con tomatitos asados y polvo de aceituna negra— o el carpaccio de carabineros y gamba roja. Además de la carne, su otro pilar son los arroces, con especialidades como la paella del señoret, el arroz negro, la paella de cigalas y alcachofas o el fideuá de marisco. Los pescados, llegados directamente de las mejores lonjas del país, también se someten al calor de las brasas, como el rodaballo, el pitxin, la merluza, el atún rojo o el bacalao. Los más carnívoros se pueden deleitar con la mejor selección de las carnes de El Capricho, tanto de buey como de vaca. Es conveniente además dejar hueco para los postres, especialmente para su tiramisú, un must de la casa que se prepara en mesa delante el comensal; junto a él una gran variedad de opciones, como la torrija de pan de leche, la tarta fina de manzana, el crumble de pera o la copa de arroz con leche. La mejor compañía es la bodega de Rocacho, compuesta por más de 60 etiquetas procedentes de los mejores viñedos del país y algunas referencias foráneas, incluyendo una buena selección de champagnes. Además, cuenta con un apartado especial en la carta llamada Selección Rocacho, donde el comensal encontrará vinos de añadas especiales —calificadas como excelentes—. Además, en línea con su vocación de espacio de máximo hedonismo culinario, el restaurante cuenta con una selección de los destilados más exclusivos del mercado, que se ofrecen tanto por botellas como en vaso tipo old fashioned y en formato shot.

ROCACHO PLAZA, DISFRUTAR SIN PRISAS

La otra casa de Rocacho está situada en el barrio de Salamanca. Ubicada en la plaza del Marqués de Salamanca, en Rocacho Plaza los clientes encuentran el Rocacho ‘de siempre’, pero con una cara más informal y con un gran protagonismo de la barra y el momento del aperitivo. Un espacio señero para brindar por la Navidad de manera más desenfadada.  Rocacho Plaza ofrece la misma oferta culinaria que el de Padre Damián, pero con una versión especial para el momento del picoteo, junto a las mejores carnes del mundo a la parrilla de carbón de encina y su capítulo de arroces de punto perfecto —ofrece también arroces y fideuás individuales en la barra—. Este amplísimo local cuenta además con tres terrazas       —dos abiertas y una cerrada—, punto de encuentro infalible para los amantes del buen vivir, incluida una zona acondicionada para cócteles y copas de sobremesa. El local, de grandes dimensiones y decorado por el estudio de interiorismo Cuarto Interior, al igual que Rocacho original, ofrece distintos ambientes, alternando mesas altas —perfectas para tapear— y bajas.

Y es que Rocacho Plaza cuenta con una carta de cócteles con la que engrandecer aún más esos momentos de indulgencia que se saborean con intensidad, sin prisas. Esta propuesta de cócteles se suma a la carta de comidas y de vinos—en la carta de aperitivos se ofrece la oportunidad de pedir los vinos por copas—, que cuenta una selección extraordinaria de destilados. Como particularidad, su horario de cocina es ininterrumpido (de 12.00 h a 23.00 h) los 365 días del año.

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