Rivas, ciudad de vivienda pública

“Yo no me cambio de piso por nada del mundo. Aquí tengo a mis amigos de toda la vida, que son mi familia”. Camino Mateos García llegó a Rivas en 1983. Vive en Covibar y su relato personal muestra buena parte de lo que Rivas ha sido y es: una ciudad que ha entendido el acceso a una vivienda digna como un derecho que se debe garantizar y proteger. Ese principio ha impregnado durante décadas las políticas municipales de vivienda. Y no es casualidad. El cooperativismo y la defensa de lo colectivo son parte de la ciudad, y lo siguen siendo hoy, con nuevas herramientas y horizontes.

UNA CIUDAD CONSTRUIDA DESDE EL COOPERATIVISMO
Camino lo resume con naturalidad cuando habla de los orígenes de Covibar, cooperativa de la que es ahora presidenta de la Mancomunidad: “Nos ayudábamos unos a otros, era otra forma de vivir. Y esa red sigue viva. Mis vecinos son mis amigos. Si necesito algo, son los primeros en ayudarme”. En los 80, muchas familias eligieron Rivas porque buscaban una vida digna para sus familias. Pero no solo encontraron una vivienda asequible: construyeron comunidad. Se asociaron, compartieron sueños e hicieron crecer, con sus manos, una ciudad que sigue teniendo hoy ese sabor a colectivo.

Esa memoria cooperativa es también la semilla de muchas otras experiencias de vivienda colaborativa que hoy se desarrollan en la ciudad, así como de iniciativas como La Pablo Renovable, vinculada a Pablo Iglesias, otra de las cooperativas que dio origen al crecimiento de Rivas, y cuyo proyecto energético comunitario es uno de los más grandes de Europa.

Ese legado explica por qué Rivas es hoy una de las ciudades con mayor proporción de vivienda protegida por habitante. Desde la creación de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) en 2003, se han promovido más de 3.500 viviendas con protección pública, lo que supone más del 10% del total de viviendas que hay en la ciudad. De ellas, 2.838 se han destinado a venta y 671 se gestionan en régimen de alquiler asequible.

Desde su creación en 2003, la EMV ha promovido más de 3.500 viviendas publicas, un 10% del total de la ciudad

La EMV de Rivas es la tercera empresa pública de la Comunidad de Madrid con mayor número de viviendas en su parque propio de alquiler, solo por detrás de la Agencia de Vivienda Social (antiguo IVIMA) y de la EMVS de Madrid, y la primera en términos relativos respecto de su población. Esta apuesta decidida por lo público ha permitido ofrecer alternativas reales a miles de familias que de otra manera no habrían podido acceder a una vivienda digna en la ciudad.

UN PLAN ESTRATÉGICO DE VIVIENDA CON MIRADA DE FUTURO
Ahora, el Ayuntamiento desarrolla el Plan Estratégico de Vivienda que recoge los retos de presente y futuro: la necesidad de más vivienda pública asequible, la rehabilitación de edificios para ganar eficiencia energética, programas que favorezcan el acceso a la vivienda, iniciativas que refuercen el modelo de ciudad inclusiva y sostenible. En total, más de 500 nuevas viviendas públicas, más todos los programas integrales de vivienda que se explican en este reportaje. Este nuevo impulso permitirá consolidar un parque público de vivienda estable, adaptado a los nuevos retos sociales, ambientales y económicos.

Rivas avanza, dentro del nuevo Plan Estratégico de Vivienda, en la preparación de nuevas promociones públicas. Para ello, el Ayuntamiento ha reservado seis parcelas municipales que suman más de 103.000 m2 destinados a vivienda protegida. Este impulso se enmarca en una visión urbana más ambiciosa, alineada con los objetivos de la Agenda Urbana Rivas 2030, que apuesta por una ciudad más accesible, sostenible y cohesionada. La vivienda pública se consolida así como uno de los motores de transformación del municipio, en diálogo con la revisión del Plan General de Ordenación Urbana, que prioriza avanzar hacia un modelo más compacto, eficiente y equilibrado.

“Que quien ha nacido y crecido en Rivas, pueda, si quiere, desarrollar también su proyecto de vida aquí”, resumía la alcaldesa, Aída Castillejo

Desde las nuevas promociones – con las 83 viviendas en alquiler para jóvenes en Pilar Miró a la cabeza – hasta la ampliación del parque público a través de futuras promociones ya en diseño, pasando por la cesión de suelo para vivienda colaborativa y los programas de rehabilitación energética, el plan despliega un conjunto de medidas a largo plazo. Todas ellas buscan dar respuesta, desde lo local, a uno de los principales problemas de nuestro país: el acceso a una vivienda. Es una apuesta decidida por seguir haciendo del derecho a la vivienda un eje vertebrador de la política municipal, poniendo en marcha herramientas urbanas que garanticen calidad de vida, equidad y arraigo territorial.

ALQUILER ASEQUIBLE PARA QUEDARSE EN RIVAS
Eva Álvarez sabe bien lo que significa contar con una vivienda pública de alquiler. “Rozaba los 30 años, con trabajo estable, y sin posibilidad real de emanciparme. Hasta que me concedieron este piso. Aquí he podido empezar un proyecto de vida”, explica. Cree que Rivas supo parar y reflexionar sobre su modelo de ciudad: “Aquí se paró y se pensó, y eso se nota”. La EMV gestiona 671 viviendas de alquiler, a las que acaban de sumarse recientemente dos más, tras la aprobación en el último pleno municipal.

Eva subraya la importancia de continuar desarrollando vivienda en alquiler que permita consolidar el arraigo y evitar que las generaciones más jóvenes tengan que abandonar la ciudad, como le pasa a algunas personas de su entorno. Señala asimismo la importancia de tener en cuenta los límites de la ciudad: “El terreno en Rivas es limitado, cada vez queda menos. Hay que pensar muy bien a qué lo queremos destinar”.

JÓVENES = FUTURO
Iván Rodríguez, de 24 años, lo dice sin rodeos: “Tenemos estudios, trabajos… pero no un proyecto de vida. No podemos independizarnos. Eso frustra”. Se ha inscrito en el sorteo de 83 viviendas públicas que el Ayuntamiento ha lanzado para jóvenes, y valora positivamente el esfuerzo: “Claro que da esperanza. Aunque hace falta mucho más. Y también organizarnos, hacer política. No resignarnos”.

Estas viviendas, de 1 y 2 habitaciones y ubicadas entre las calles Pilar Miró y José María Rodero, están dotadas de medidas de eficiencia energética. Son una de las primeras promociones que se desarrollan en el marco del nuevo plan, con el objetivo de facilitar el acceso a la vivienda a la población joven: “Que quien haya nacido y crecido en Rivas, pueda, si quiere, desarrollar también su proyecto de vida aquí”, resumía la alcaldesa de Rivas, Aída Castillejo, en la presentación de la exposición ‘Vivir Rivas’, que pudo visitarse durante las fiestas.
Este programa, junto a otras iniciativas de apoyo como el programa de Juventud Comprometida – al que también hace referencia Iván – busca dar respuesta a uno de los desafíos más urgentes: la emancipación juvenil. En este último, jóvenes de Rivas pueden acceder a una vivienda pública a cambio de su implicación en proyectos comunitarios, como la dinamización de actividades vecinales o el apoyo en programas de alfabetización.

Para participar en el sorteo de las 83 viviendas públicas de alquiler, las personas interesadas deben tener entre 18 y 35 años e inscribirse a través de la web de la EMV. El plazo estará abierto hasta el 8 de junio y el sorteo se celebrará, previsiblemente, antes de que finalice el mes.

REHABILITAR PARA DIGNIFICAR
Entre las actuaciones prioritarias del plan destaca la rehabilitación del parque de viviendas más antiguo, como las recientes intervenciones en Covibar, de las que ya se han beneficiado 84 comunidades y un total de 1.219 viviendas. Estas mejoras suponen una inversión clave para actualizar edificios, mejorar su eficiencia energética y garantizar condiciones de habitabilidad acordes a las necesidades actuales.

Marta Recio, vecina del edificio de Luis Buñuel 2, forma parte de la primera comunidad que ha culminado una rehabilitación integral, con un porcentaje de financiación pública a través del programa ARRU: fachada, tejado, aislamiento, bajantes, acometidas eléctricas… Esta rehabilitación ha permitido transformar por completo el edificio: “Antes vivíamos con humedades y frío. Ahora hay confort y ahorro”. Aunque reconoce que el proceso fue largo y costoso, asegura que ha merecido la pena: “Ha sido como traer nuestro edificio al siglo XXI”. Y Marta, como buena vecina de Rivas, reivindica que estas ayudas continúen y se hagan accesibles a más edificios de la comunidad.

DIVERSIDAD FUNCIONAL Y VIDA INDEPENDIENTE
También hay vivienda pública que transforma la vida de personas con diversidad funcional. Es el caso de la Casa Fundar, una vivienda del Casco cedida por el Ayuntamiento a la asociación Fundar. Allí, chicos y chicas con discapacidad aprenden a organizar su tiempo, gestionar tareas cotidianas y convivir. “Las personas usuarias conocen y experimentan desde una edad más joven la vida independiente, con actividades basadas en la gestión del tiempo libre, tareas y responsabilidades de la Casa”, explica Felipe Alcaraz, presidente de la entidad. “Salen de su espacio de confort, con experiencias fuera de su entorno familiar y les sirva para entender cómo será su futuro”.


Lo mismo ocurre en el piso supervisado que gestiona la asociación Aspadir, ubicado en la primera promoción de viviendas de la Empresa Municipal. “Aprenden a cocinar, limpiar, ir a la compra. A llevar su casa. Es esencial para su autoestima y tranquilidad futura”, afirma María José Posadas, su presidenta. La asociación ya trabaja, además, en la construcción de una nueva residencia con centro de día, en una parcela municipal cedida expresamente para ello. Estas iniciativas hacen de Rivas una ciudad que cuida, que pone en el centro a quienes más lo necesitan y que lo hacen, además, a lo largo de toda la vida.

COHABITA: LA VIDA EN COMÚN
Rivas también apuesta por modelos de vivienda alternativos como Cohabita, iniciativa a través de la cual se ha cedido suelo municipal durante 75 años a cooperativas de vivienda colaborativa para personas mayores. Lo que se conoce como cohousing senior. Las cooperativas Taray, La Corrala y Cosmos levantan hoy proyectos impulsados por la ayuda mutua, la sostenibilidad y los cuidados.

“Cohabita Rivas ha sido una oportunidad que se nos ha ofrecido para poder desarrollar nuestro proyecto dentro de nuestro municipio, donde estamos arraigados y tenemos familia cercana”, afirma Antonio Sáez, de Taray. Para Matilde Peláez, de La Corrala, “construimos un ‘modelo Hogar’, alejado del modelo institucional, tanto en el diseño arquitectónico como en la no centralización de servicios. Es por eso que tienen gran relevancia los espacios comunes”.

Y como resume Chus Fronce, de Cosmos, “nuestra filosofía es la ayuda mutua y el envejecimiento activo. Muchas de nosotras soñábamos con proyectos de Cohousing, pero ha sido necesaria la intervención de Cohabita para sacar los proyectos adelante”.

DEPORTE Y VIVIENDA, DE LA MANO
Alejandra Cervantes es deportista del Club de Tenis de Mesa de Rivas. Vive en una de las viviendas que el Ayuntamiento destina a deportistas. “Sin esta vivienda no podría competir. Compartimos piso con otras y otros deportistas. Estamos cerca del pabellón, eso lo cambia todo”, cuenta. Hoy forma parte también del cuerpo técnico del club. “Este programa permite atraer talento de fuera y ofrecer condiciones dignas. Eso no se ve, pero es clave”. Estas viviendas garantizan también estabilidad a jóvenes que compaginan su carrera deportiva con estudios o trabajo. Son un ejemplo de cómo la política de vivienda se entrelaza con otras políticas públicas: deporte, juventud, salud, igualdad.

Rivas no solo ha hecho vivienda. Ha hecho ciudad. Ha construido comunidad. Lo ha hecho desde el cooperativismo, desde la iniciativa pública y desde una convicción profunda: que cada vivienda cuenta. El nuevo Plan Estratégico no es solo un documento técnico. Es una herramienta para garantizar el derecho a vivir con dignidad, con independencia y con futuro, algo que siempre ha estado presente en Rivas. Y, como demuestra este reportaje, esa apuesta se encarna en vidas concretas. Personas como Eva, Iván, Alejandra, Marta, Camino o las integrantes de Cohabita. Vecinas y vecinos que viven, trabajan, sueñan y hacen, cada día, esta ciudad. Con ellos y ellas, con sus voces, la ciudad avanza.•