Raúl Ramírez Degollado, del sector financiero a director general de restaurantes El Bajío

Nuestro egresado habló de su formación académica en la Universidad Anáhuac México y cómo las herramientas que le brindó su alma mater le permitieron liderar una de las cadenas de restaurantes más importantes de México.

Raúl Ramírez Degollado (Actuaría, gen. ‘80), director general de la cadena de restaurantes El Bajío, en una amena plática, recordó cuando era estudiante y soñaba con estar cerca de las casas de bolsa, pero la vida lo puso al frente del negocio que sus padres habían iniciado años atrás y, en apoyo a su madre, decidió dedicarse a los restaurantes.

También habló sobre cómo el ser actuario le ha permitido desempeñarse como director general de esta marca de restaurantes que continúa creciendo, pues su paso por la universidad le dio bases cuantitativas y analíticas muy importantes aplicables en muchas áreas.

“Antes de dedicarme a los restaurantes tuve una larga carrera en el sector financiero. Hace 19 años, cuando comenzamos a expandir El Bajío, asumí el cargo de director general. Ahí fue donde realmente apliqué lo aprendido en la carrera, especialmente en el cálculo de costos y pronósticos”, recordó.

De igual modo, consideró que la actuaría brinda una estructura analítica valiosa para la toma de decisiones, además del desarrollo de habilidades de liderazgo y gestión.

Al respecto, dijo en entrevista en su restaurante El Bajío de Polanco, que para dirigir una empresa se necesita ser un buen líder, saber tratar a las personas, motivarlas, evaluarlas y formar equipos. “En la industria restaurantera, el trabajo se basa en la atención personalizada. Actualmente contamos con 19 restaurantes en la Ciudad de México y uno en Madrid. Si no tuviera un equipo sólido, no podría garantizar una experiencia excepcional para mis clientes”, agregó.

El Bajío fue fundado hace 53 años por los padres de nuestro egresado. Un día, el New York Times publicó un artículo sobre los mejores restaurantes mexicanos, mencionando el de Raúl Ramírez Degollado, y donde se destacó a la madre de este como una de las grandes chefs mexicanas.

“Mucha gente cruzaba la ciudad para probar nuestra comida, así que le sugerí a mi mamá abrir más sucursales. Al principio no quiso, pero después aceptó y mis hermanas, dos socios y yo invertimos en la expansión. Cuando llegó el momento de elegir al director general, mi mamá no estuvo de acuerdo con la persona seleccionada. Como ya habíamos invertido, decidí hacerme cargo del negocio, dejando mi firma financiera. Pensé que sería temporal, pero ya llevo 19 años aquí”, señaló.

Lo cierto es que El Bajío es una marca consolidada. “La gente sabe qué esperar cuando viene; nosotros nos aseguramos de mantener la calidad en nuestros platillos más representativos, como el mole de olla, las carnitas y el mole. También introdujimos nuevos platillos, como pulpo y tacos de lengua, para ofrecer experiencias diferentes a nuestros clientes.

Además, modernizamos la imagen de los restaurantes y mejoramos la ambientación con música y decoración renovadas. Sin embargo, lo más importante sigue siendo nuestra esencia: buena comida mexicana, hecha con calidad y dedicación”, aseveró.

Finalmente, habló de las tendencias actuales en la gastronomía mexicana y, aunque reconoció que hay mucha creatividad, con nuevos restaurantes de cocina de autor y propuestas que rescatan ingredientes tradicionales con un enfoque moderno, aseguró que “en El Bajío seguimos atentos a estas tendencias sin perder nuestra esencia. Creemos que la clave es evolucionar sin perder la identidad”.