Un artículo científico liderado por Félix Francés, investigador del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA-UPV), en colaboración con Ricardo Bocanegra, identificó en 2021 los riesgos asociados al tránsito de vehículos por los cruces de cauces, mediante badenes, durante periodos de inundaciones en de la cuenca de la Rambla del Poyo.

Publicado en la prestigiosa revista Journal of Flood Risk Management, este estudio desarrolló una metodología totalmente innovadora para evaluar los riesgos de inestabilidad vehicular, considerando factores como el caudal y su frecuencia, las características del cauce y badén, la intensidad de tráfico, la tipología de los vehículos y el comportamiento de los conductores.

La metodología se aplicó en el municipio de Godelleta, donde se analizaron 32 cruces de cauces de la Rambla del Poyo. Los resultados indicaron que aproximadamente el 27% de estos cruces presentan un riesgo alto de inestabilidad vehicular, mientras que el 50% son de bajo riesgo.

La justificación de la investigación nos la da el profesor Francés: “Hay que tener en cuenta que la mayor parte de las víctimas por inundaciones en países desarrollados se relacionan con vehículos y/o avenidas relámpago. Este caso de estudio era conocido por mi grupo de investigación y aúna los dos factores”.

Según el catedrático de Ingeniería Hidráulica en la UPV, los cruces con mayor riesgo se ubican en la zona del Barranco del Murtal debido a sus condiciones hidráulicas y de intensidad de tráfico.

“Aproximadamente una cuarta parte de los cruces en esta área de estudio presenta un riesgo de inestabilidad vehicular relativamente alto debido a inundaciones. En el caso de los puentes, esta metodología permite plantear hipótesis sobre cuáles estructuras podrían resistir durante las inundaciones”, señala el investigador del IIAMA.

Detalles del trabajo realizado

El modelo combina la evaluación de la amenaza y la vulnerabilidad. La amenaza se calcula teniendo en cuenta las características hidrodinámicas de las inundaciones, como la profundidad y la velocidad del agua, junto con la probabilidad de que ocurran. Por su parte, la vulnerabilidad incluye la exposición de los vehículos y su susceptibilidad al arrastre, determinando que, con carácter general, a partir de un calado de agua de 30 centímetros se recomienda interrumpir el tránsito.

“Los resultados reflejan que el riesgo de inestabilidad vehicular puede duplicarse si los conductores no detienen su circulación en condiciones de flujo peligroso”, señala el investigador del IIAMA.

De hecho, el estudio enfatiza la importancia de una gestión proactiva de las infraestructuras de drenaje, incluyendo su mantenimiento y mejora, así como la promoción de comportamientos seguros en situaciones de inundación.

“La evaluación del riesgo de inestabilidad vehicular es esencial para la gestión integral de las inundaciones, ya que proporciona información valiosa para identificar cruces críticos y diseñar intervenciones que reduzcan el impacto negativo de estos eventos además de ayudar a la selección de las rutas de acceso y evacuación de los equipos de emergencia”, destaca el profesor de la UPV.

Por ello, la metodología desarrollada no solo permite estimar los riesgos, sino que también constituye una herramienta práctica para las instituciones responsables de la planificación urbana y la ordenación del tráfico.

“Su implementación puede facilitar la toma de decisiones fundamentadas, contribuyendo a la mitigación de los efectos negativos de las inundaciones”, concluye el experto de la UPV.