Personas mayores ignoradas
El derecho a la alimentación es un derecho humano básico, pero en todo el mundo millones de personas pasan hambre todos los días. Esto se agrava durante las crisis humanitarias, como estamos viendo en el conflicto actual en Gaza, donde la hambruna es una amenaza real.
Las agencias humanitarias hacen lo que pueden para brindar apoyo, pero las personas mayores son frecuentemente ignoradas en las respuestas de nutrición que no consideran sus necesidades nutricionales, lo que las deja desatendidas, insuficientemente evaluadas o abordadas de manera inapropiada.
Las personas mayores enfrentan importantes consecuencias para la salud debido a la malnutrición, lo que puede agravar sus afecciones existentes, comprometer su función inmunológica y prolongar los tiempos de recuperación. Durante las emergencias humanitarias, una combinación de factores, como los cambios fisiológicos, las afecciones preexistentes, la movilidad limitada y el aislamiento social, las pone en mayor riesgo. Además, a menudo enfrentan dificultades para acceder a la asistencia nutricional y sanitaria disponible, debido a barreras físicas, actitudinales e institucionales.
A nivel global
Una convención de Naciones Unidas sobre los derechos de las personas mayores tiene el poder de cambiar radicalmente la forma en que se protegen sus derechos. Ayudaría a los gobiernos y a otros actores a abordar el envejecimiento poblacional de manera positiva, eliminar la discriminación por razón de edad y proteger mejor los derechos de las personas mayores, incluido el derecho a una alimentación adecuada.
Dentro del sector humanitario, unas directrices integrales del Comité Permanente entre Organismos (IASC, por sus siglas en inglés) sobre la inclusión de las personas mayores en la acción humanitaria podrían cambiar la forma en que se les incluye en las respuestas. Estas directrices deberían elaborarse en estrecha consulta con las personas mayores, sus organizaciones representativas y otros actores humanitarios relevantes.
También es importante contar con más evidencia para identificar y medir adecuadamente la malnutrición en las personas mayores en entornos humanitarios. Actualmente, no existe un criterio diagnóstico “estándar de oro” para la malnutrición en adultos mayores, a pesar de que son uno de los grupos más vulnerables en las emergencias. Las Naciones Unidas, el tercer sector, los donantes y los investigadores deberían acordar herramientas y criterios básicos para la evaluación nutricional, que abarquen el enfoque multidimensional necesario para abordar adecuadamente la complejidad de la malnutrición y su riesgo entre las personas mayores en contextos humanitarios.
Respuesta del clúster de nutrición
Existen diversas formas en que los profesionales del clúster de nutrición pueden garantizar que las personas mayores estén incluidas en cualquier respuesta nutricional ahora mismo.
1. Integrar la orientación
Existe orientación sobre cómo incluir a las personas mayores en las respuestas de nutrición, y esta debería integrarse en el trabajo de los actores humanitarios.
Los Estándares de Inclusión Humanitaria para las Personas Mayores y las Personas con Discapacidad (HIS, por sus siglas en inglés) están diseñados para ayudar a abordar las brechas en la comprensión de las necesidades, capacidades y derechos de las personas mayores y las personas con discapacidad, y para promover su inclusión en la acción humanitaria. Proporcionan nueve estándares de inclusión para guiar el trabajo, además de siete estándares sectoriales específicos, incluidos los estándares específicos para nutrición.
Los Estándares Esfera también mencionan a las personas mayores en tres estándares relacionados con la inclusión nutricional. Cada estándar está respaldado por acciones y notas de orientación para ayudar en la planificación, implementación y seguimiento de las actividades.
Los Consejos del Clúster Global de Nutrición sobre intervenciones nutricionales para el Plan de Respuesta Humanitaria contienen un capítulo sobre el manejo de la malnutrición en las personas mayores, que se centra en la evaluación, la prevención y la gestión de la malnutrición.
2. Mejorar los métodos de recopilación de datos
Los datos suelen ser el punto de partida para desarrollar una respuesta humanitaria, pero las personas mayores suelen ser ignoradas en la recopilación de datos. Como mínimo, deberían recogerse, analizarse, usarse y reportarse datos desglosados por edad, género y discapacidad, para tener una mejor comprensión de la situación nutricional de quienes necesitan apoyo. Este análisis debería identificar las barreras a la inclusión, determinar las respuestas más apropiadas y generar evidencia para comprender adecuadamente la prevalencia de la malnutrición en las personas mayores durante las crisis.
Colaborar con otros clústeres, las Naciones Unidas, el tercer sector y los ministerios para mejorar la recopilación y el análisis de datos desglosados por edad, género y discapacidad (SADDD) permitiría informar los planes de los clústeres y las secciones específicas de nutrición de la Visión General de Necesidades Humanitarias y el Plan de Respuesta Humanitaria.
El curso HOPE de HelpAge para Ayudar a las Personas Mayores en Emergencias tiene un módulo sobre SADDD que puede ayudar a los actores humanitarios a incorporarlo en su trabajo.
3. Incluir a las personas mayores
Las personas mayores son diversas y desempeñan muchos roles en las familias y comunidades, trabajando como cuidadores, líderes comunitarios y organizadores. Una respuesta inclusiva reconocería los roles activos que pueden desempeñar en la resolución de conflictos, la mediación y los esfuerzos de construcción de la paz.
Siempre que sea posible, refuerza el uso de métodos participativos e incluye a las personas mayores en la planificación, evaluación, implementación y monitoreo de los programas destinados a prevenir y tratar la malnutrición en emergencias. Esto permite que sus voces sean escuchadas, que se identifiquen sus capacidades y las barreras que enfrentan para lograr una nutrición adecuada, y que participen en la toma de decisiones. También es importante garantizar que conozcan sus derechos y puedan brindar retroalimentación sobre el apoyo que reciben.
El curso de HelpAge sobre Intervenciones Humanitarias Inclusivas con las Personas Mayores (AIHI, por sus siglas en inglés) proporciona más información sobre la participación de las personas mayores en las respuestas humanitarias.
4. Apoyar enfoques liderados localmente
Involucra a las comunidades locales y consulta y trabaja con organizaciones locales y nacionales, incluidas las organizaciones de personas mayores, para garantizar respuestas inclusivas para la edad y basadas en la comunidad, que sean culturalmente sensibles y aborden las necesidades específicas de la comunidad. Recuerda que no hay un enfoque único para todos.
5. Promover la accesibilidad
Asegúrate de identificar las barreras físicas, actitudinales e institucionales para el acceso, como problemas de transporte, barreras lingüísticas o falta de conocimiento sobre el apoyo disponible, y trabaja para mitigarlas. Por ejemplo, los mecanismos de distribución deben optimizar la accesibilidad física y financiera, así como la seguridad de las personas mayores, incluidas aquellas con movilidad limitada o que viven en zonas rurales/remotas. Además, la información debe comunicarse mediante varios medios y en diversos formatos accesibles.
6. Fomentar el aprendizaje y el intercambio de conocimientos
Los actores humanitarios deben contar con las habilidades necesarias para implementar programas humanitarios inclusivos y tomarse un momento para reflexionar sobre sus propias actitudes hacia el envejecimiento.
Los coordinadores de clúster deberían ayudar a dotar a los miembros del clúster de los conocimientos y habilidades necesarios para abordar eficazmente las necesidades nutricionales de las personas mayores, organizando sesiones de capacitación sobre inclusión que exploren el envejecimiento y el edadismo en la respuesta humanitaria, e iniciando discusiones sobre los cambios relacionados con la edad en los requerimientos nutricionales, la identificación de signos de malnutrición y el apoyo y las derivaciones adecuadas.
Al priorizar enfoques inclusivos que defiendan los derechos y aborden las necesidades únicas de las personas mayores, podemos garantizar que las respuestas humanitarias de nutrición sean verdaderamente efectivas y no dejen a nadie atrás.