Museo del Traje, Madrid
Con motivo del vigésimo aniversario de la aprobación en España del matrimonio igualitario, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha participado en un acto «de orgullo, de memoria y de agradecimiento» por esa «libertad que se conquistó hace 20 años». «Una libertad que no está vacía de contenido» dos décadas después y que «marca toda una vida».
Sánchez ha recordado que fue el 30 de junio de 2005 cuando «España se convirtió en un país más libre» y «más justo». «Ese día ganó la libertad de decir ‘sí, quiero’ sin que nadie te diga que no puedes». «De ser libre para no pedir perdón por quien uno es, ni permiso para hacer lo que uno quiera» y, en consecuencia, «mirar y habitar el mundo sin miedo».
El jefe del Ejecutivo ha señalado que este 20 aniversario es un acto, en primer lugar, de orgullo, «porque no fue fácil entonces». España -explicó- fue el tercer país del mundo en aprobar el matrimonio igualitario, por detrás de Países Bajos y Bélgica, y el primero en reconocer a estas parejas el derecho de adopción.
«En un mundo que entonces nos miraba con escepticismo, incluso con escándalo, fuimos valientes» y «la sociedad española nos acompañó», aunque «no fue en su conjunto», señaló Sánchez, al recordar las manifestaciones en contra del cambio. «En aquel momento nos habrían llamado ‘wokes’ si existiera entonces ese término. En su lugar, nos llamaron amenaza, aberración, error histórico… nos acusaron de romper la familia. Pero hoy, veinte años después, podemos mirar a los ojos del pasado y decir que no se rompió nada. Al contrario: construimos a partir de realidades, ensanchamos el significado de las familias, en plural».
Memoria y agradecimiento
También Pedro Sánchez afirmó que este era un acto de «memoria» en el que «recordamos que los derechos no caen del cielo: se conquistan», y que siempre «llegan a tiempo para unos y tarde para otros».
Fotografía de familia del acto por el vigésimo aniversario de la legalización del matrimonio igualitario. | Pool Moncloa / Borja Puig de la Bellacasa
En este punto, subrayó que, desde 2005, más de ocho millones de personas han nacido en España, y que «para ellos, la idea de que dos mujeres o dos hombres puedan casarse o formar una familia es absolutamente normal, y eso es extraordinario; y reivindica el poder transformador y de progreso de la política». Pero al mismo tiempo, hubo parejas que nunca pudieron casarse, que sufrieron insultos, palizas, incomprensión…, «y por eso -insistió- hoy hay que revindicar la memoria».
Finalmente, Sánchez ha tenido «palabras de agradecimiento» dirigidas a «quienes empujaron para que la ley cambiara», como activistas, asociaciones, colectivos, familiares y también a los responsables públicos. «Hoy -dijo- no podemos recordar esta conquista sin nombrar a quien le puso rostro, corazón y mucho verbo elocuente, Pedro Zerolo, y también lógicamente al presidente José Luis Rodríguez Zapatero». También agradeció «el voto valiente de los grupos parlamentarios que hicieron posible esa mayoría: PSOE, Izquierda Unida, Esquerra Republicana, PNV, Coalición Canaria, dos diputados de Convergencia y una diputada del PP».
Tras repasar algunos de los logros de su Gobierno en materia de igualdad y defensa de los derechos LGTBI, como la llamada ley Zerolo contra la discriminación, la ley trans o el registro -por parte de su grupo- de una proposición de ley para llevar las terapias de conversión al Código Penal, el presidente Sánchez ha querido mandar un mensaje a todas las personas LGTBI para decirles que «lo que intentan borrar de ti, hoy lo vamos a proteger por ley» y «lo que intentaron borrar, este país lo abraza, lo reconoce y lo celebra». También dijo que, pese a que vivimos en una España mejor, no somos un país perfecto, pues «un país perfecto no sufriría y tampoco lloraría al asesinato de Samuel Luiz».
Apelación a la diplomacia, al diálogo y al multilateralismo
Durante su intervención, y en referencia al actual contexto internacional, Sánchez ha señalado que «nuestro mundo es cada vez más hostil, más bélico, más proclive al conflicto y a la confrontación, más susceptible de sucumbir a los cantos de sirena de guerras que nunca traen nada bueno»; en las que «nunca hay vencedores, sino que somos todos perdedores», y se ha preguntado «¿dónde ha quedado nuestra apuesta por la paz?, por qué nos resignamos a renunciar a la palabra para resolver conflictos. Yo hoy quiero reivindicar, la diplomacia, el diálogo y el multilateralismo como la mejor forma de que nuestros pueblos convivan en un planeta que compartimos».
«A esos discursos de guerra y odio les decimos que podrán hacer mucho daño, como están haciendo, pero que no van a ganar. No mientras tengamos voz y memoria». «Porque los derechos tampoco se tallan en piedra, pero este país ya eligió avanzar, y no vamos a permitir que lo devuelvan al armario, al silencio o al miedo», añadió.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Igualdad, Ana Redondo, durante el coloquio «Avanzando en derechos». | Pool Moncloa / Borja Puig de la Bellacasa
Concluyó el presidente afirmando que este ‘Orgullo’ reivindicamos todo lo que nos queda por conquistar aquí, así como a quienes no pueden alzar la voz en sus países. «España no es Hungría, pero las calles de Madrid sí serán las de Budapest». «España es vuestra casa, porque aquí hemos aprendido que la libertad no es un destino, es un compromiso diario». Y añadió: «Que lo escuchen bien, tanto dentro como fuera: aquí no se retrocede, aquí se avanza y se mira siempre hacia adelante. Aquí se vive con orgullo; Orgullo de país y orgullo de su gente».
El acto, organizado por la Federación Estatal LGTBI+ y el Ministerio de Igualdad, ha contado también con las intervenciones de la ministra Ana Redondo, y el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Al mismo asistió, además, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.