Ocho estudiantes de la UPNA juegan en el equipo Waterpolo Iruña 98 02 de la máxima división femenina

Ocho alumnas de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) juegan esta temporada en el equipo Waterpolo Iruña 98 02, que compite en la Liga Iberdrola de la máxima categoría de este deporte. Las estudiantes compaginan clases y prácticas con los entrenamientos (de lunes a viernes) y la competición (los sábados) dentro de una División de Honor integrada por doce clubes. De ellos, nueve son catalanes (a los que pertenecen las campeonas olímpicas), un madrileño y un canario, además del conjunto navarro, que disputa sus partidos en la piscina cubierta de la UPNA. 

zoom waterpolo

De izq. a dcha.: Ane Cuervo, Maite Aramendía, Miren Bedialauneta, Naroa Oto, Larraitz Idiáquez, Andrea Sariñena, Olarizu Ibáñez y Miren Urizar.

Las ocho estudiantes de la UPNA del Waterpolo Iruña 98 02 son, con indicación de su carrera, las siguientes por orden alfabético: Maite Aramendía Zabalza (Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural), Miren Bedilauneta Sancet (Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural), Ane Cuervo Hernandorena (Trabajo Social), Larraitz Idiáquez García (Programa Internacional de Maestro en Educación Primaria), Olarizu Ibáñez López (Medicina), Naroa Oto Remón (Ciencias de la Actividad Física y del Deporte), Andrea Sariñena Lalana (Medicina) y Miren Urizar Molina (Medicina).

“Entrenamos cinco días a la semana —describe la jugadora Ane Cuervo—. En tres de ellos, completamos tres sesiones de entrenamiento: por la mañana, en el gimnasio; al mediodía, en el agua, y por la tarde-noche, otra vez en la piscina. Otro día solo tenemos dos sesiones: gimnasio y agua. Y el viernes únicamente completamos la sesión de piscina. El sábado disputamos el partido, así que nuestro día libre es el domingo”.

Su compañera Miren Urizar añade: “Los fines de semana que jugamos fuera de Pamplona, el viaje nos ocupa todo el día, ya que nos desplazamos en bus y los destinos son lejanos”.

Claves para estudiar y jugar al máximo nivel

La UPNA, a través de la Sección de Extensión Universitaria del Vicerrectorado de Proyección Universitaria, Cultura y Divulgación, mantiene un programa para deportistas de alto nivel que cursan estudios en esta institución. Entre sus acciones, ofrece medidas de apoyo académico. Por ejemplo, la modificación de fechas de exámenes cuando coincidan con la celebración de competiciones, el cambio de grupo o la justificación de ausencias de clases. Con ello se busca garantizar la compatibilidad de la actividad deportiva y de los estudios. De las ocho estudiantes que juegan en el Waterpolo Iruña 98 02, dos de ellas han visto reconocida dicha condición.

Además de este programa de la UPNA, las waterpolistas tienen sus propias claves para compaginar estudios y deporte de alto nivel. Así, para Miren Urizar, se trata de mantener una actitud positiva y marcarse unas metas claras. “Yo intento ir paso a paso, haciendo las cosas lo mejor posible y sin agobiarme en exceso —indica—. Disfruto de este deporte, igual que lo hacía en edad escolar, y para qué cambiar algo que me hace sentir bien. Creo también que el apoyo de un buen equipo ayuda mucho a estar a gusto; el ambiente influye una barbaridad”.

En el caso de Ane Cuervo, el factor determinante para hacer frente al desafío de cursar una carrera mientras se juega al máximo nivel del waterpolo es “la organización”. “Sin ella, es imposible hacer frente a las dos cosas —afirma la waterpolista—. Y desde el punto de vista deportivo, el estar en este nivel supone un gran desgaste mental. Hay que estar preparada para perder por muchos goles y para ganar muy pocos partidos. Nuestro desafío es trabajar muy bien la cabeza para no hundirnos y seguir esforzándonos al máximo. Esto lo superamos viendo que, con lo que trabajamos, vamos consiguiendo resultados positivos, lo que nos motiva a continuar con el esfuerzo”.

Al ser un equipo recién ascendido, mantenerse en División de Honor es el objetivo principal de Waterpolo Iruña 98 02, números que hacen referencia a la historia del club: en 1998 se fundó como equipo masculino y en 2002 comenzó su andadura el femenino. De una liga de doce escuadras, los cuatro últimos conjuntos de la fase regular jugarán un “play-off” para evitar la plaza de descenso.

“Somos un equipo pequeño compitiendo contra ganadoras de Champions, Juegos Olímpicos, campeonatos de Europa… —sintetiza Miren Urizar—. La Liga de División de Honor española es de las mejores del mundo, por lo que cuesta hacerse un sitio. Tanto en los entrenamientos como en el nivel de compromiso y fuerza mental, debemos dar prácticamente el cien por cien y esto puede llegar a ser agotador, sobre todo, al tener otras obligaciones como estudiar”. 

Gratitud y satisfacción personal

Pese a la exigencia, para Miren Urizar, la práctica del waterpolo se ha convertido en una fuente de gratitud y satisfacción personal. “Aunque la categoría en la que jugamos nos exige cierta profesionalidad, no deja de ser algo que realizo con muchísimo gusto y una forma de despejarme y divertirme —señala la deportista—. Lo considero una afición en la que invierto mucho tiempo, esfuerzo y sacrificio, pero que, a su vez, me devuelve risas, amistades y salud física y mental. Estoy muy agradecida de todas las experiencias que he vivido gracias al waterpolo y de las que me quedan aún por vivir”. En el caso de Ane Cuervo, su deporte representa “todo”. “Amigas, familia, ‘hobby’, ‘trabajo’…”, enumera.

Ambas waterpolistas coinciden en animar a otras personas a combinar la práctica deportiva con los estudios. “Soy una persona que valora la formación pensando en el futuro —indica Miren Urizar—. En los estudios, te preparas para el trabajo, pero el deporte te aporta cualidades que no se obtienen de un libro: disciplina, compromiso, empatía, apoyo…, además de proporcionarte salud y abrirte muchas puertas”. Y Ane Cuervo concluye: “El deporte ayuda a tener un mejor rendimiento en los estudios”.