El pasado 7 de noviembre, la Universidad Camilo José Cela acogió la presentación de la obra más reciente de Nuno Crato, “Apología del Libro de Texto”, en un evento que reunió a expertos en educación, docentes y estudiantes para reflexionar sobre el valor y la función del manual escolar en el contexto educativo actual, en el marco del Máster de Políticas y Gobernanza de los Sistemas Educativos de la UCJC.
Durante el evento, Crato expuso su defensa del libro de texto como una herramienta indispensable para garantizar la coherencia y la calidad en el aprendizaje. A través de su obra, Crato argumentó que “pese a los avances tecnológicos, los manuales educativos continúan siendo el pilar estructurador de los contenidos, ofreciendo a estudiantes y docentes una guía clara y organizada que facilita el desarrollo de competencias fundamentales”. Asimismo, destacó cómo los libros de texto proporcionan una secuencia pedagógica cohesionada que permite un aprendizaje horizontal (dentro de un mismo año académico) y vertical (entre grados sucesivos).
Crato, quien ocupó el cargo de ministro de Educación en Portugal entre 2011 y 2015, ha sido reconocido por instituciones como la Universidad de Harvard y la OCDE por su impacto en las reformas educativas portuguesas, en especial por su defensa de la mejora de la calidad de los manuales escolares mediante evaluaciones rigurosas y certificaciones externas. En su intervención, Crato compartió cómo sus políticas educativas impulsaron la adopción de estándares de calidad en los materiales de estudio, lo que según él, “ha contribuido a mejoras sustanciales en el sistema educativo portugués”.
Reflexiones sobre las innovaciones tecnológicas
Durante la mesa redonda que acompañó el evento, Mónica González, de Narcea Ediciones, y el decano de la Facultad de Educación de la Universidad Autónoma, Jesús Manso, destacaron la dualidad entre la innovación tecnológica y el valor de las prácticas tradicionales, como el uso del libro de texto. Aunque la tecnología ha revolucionado la educación, Crato enfatizó que “no debe reemplazar a los materiales didácticos fundamentales, sino complementar una estructura ya consolidada en la enseñanza”.
También criticó la dependencia de materiales dispersos y copias no estructuradas, argumentando que “tales prácticas pueden dispersar la atención de los estudiantes y afectar negativamente el aprendizaje”. Un buen manual, en palabras del autor, “no solo proporciona contenido, sino que organiza el conocimiento de manera que minimiza la sobrecarga cognitiva y facilita la automatización de conocimientos básicos, una función que los materiales desorganizados difícilmente pueden cumplir”.
Crato finalizó su intervención abogando por una educación que respete las tradiciones probadas y los fundamentos esenciales, recordando que los manuales escolares, lejos de estar obsoletos, siguen siendo una tecnología pedagógica sin igual. Además, instó a la comunidad educativa a valorar el impacto de los libros de texto en la creación de una cultura común y en la construcción de una educación estructurada, capaz de preparar a los estudiantes para los desafíos de la sociedad actual.