“Nuestra alianza Una Europa está contribuyendo de manera decisiva al impulso del enfoque One Health para la salud planetaria”

Texto: Cristina Saura, Fotografía: Jesús de Miguel – 1 nov 2024 11:44 CET

Hace veinticinco años, el licenciado en Veterinaria Bruno González Zorn centró su tesis doctoral en el estudio de la listeriosis, una bacteria zoonótica fácilmente detectable en el medio ambiente y transmisible entre humanos y animales. Fue su desembarco académico en una manera pionera, multidisciplinar y global de ver su profesión, que él ha cultivado desde entonces –más aún tras su paso de tres años por el Instituto Pasteur, con una beca posdoctoral- y que el mundo científico bautizó, hace relativamente pocos años, como One Health, (en español, “Una Sola Salud”). Pionero mundial en este enfoque, es un concepto aún desconocido para muchas personas que, sin embargo, está viviendo una rápida evolución y transformando la manera de trabajar de gobiernos, instituciones, organismos e industrias internacionales a la hora de abordar y cuidar la salud planetaria.

Regresó a España y a la UCM en 2004, gracias a un contrato de captación de cerebros Ramón y Cajal, y sus pasos se encaminaron desde el principio a profundizar en esta línea de investigación. “Uno de los primeros proyectos europeos que conseguimos y coordinamos se basaba en la colaboración entre médicos y veterinarios europeos: ya entonces, hace 20 años, estábamos trabajando en One Health. Hoy en día el concepto es mucho más amplio e incluye la colaboración entre todo tipo de especialidades, no sólo las sanitarias”.

 

Hoy el microbiólogo González Zorn es catedrático de Sanidad Animal y dirige la Unidad de Resistencia a Antimicrobianos (ARU) en la Complutense. Referente internacional en esta materia, en la que asesora a la OMS desde 2021, nuestro profesor se ha convertido en uno de los impulsores del avance de la aproximación One Health en foros y cumbres internacionales y una de las voces académicas que está liderando este innovador enfoque, basado en la total relación e interdependencia entre salud humana, salud animal y salud medioambiental. “Y estrechamente relacionado con lo anterior se encuentra el problema que supone la resistencia a antibióticos, que podríamos decir es uno de los buques insignia del enfoque “Una Sola Salud”, y cuya importancia crítica expongo cada vez que tengo ocasión”, me explica.

 

González Zorn participa también, desde su creación, en el grupo de investigadores expertos en One Health que conformó en 2021 la alianza Una Europa -de la que UCM es miembro fundador- y desde enero de 2024 preside este grupo. “Es un honor presidir One Health en Una Europa, tomando el relevo a los profesores Olli Peltoniemi (University of Helsinki) y Alessandra Scagliarini (Università di Bologna), que me han precedido. Este comité cuenta con científicos de primera línea en los once campus que formamos Una Europa, lo que le confiere un altísimo nivel. Esto nos ha posicionado como interlocutores del mundo académico y científico ante los principales actores internacionales, como los que forman el famoso cuatripartito en favor de la estrategia One Health (integrado por OMS, FAO, PNUMA y OMSA) instituido en 2022”.

 

Así, el pasado mes de septiembre Bruno González Zorn intervino en el 8º Congreso Mundial de One Health, celebrado en Sudáfrica, para presentar el trabajo y las ideas de Una Europa en esta área, una de las seis en las que la alianza ha decidido centrar su trabajo conjunto. Allí estaban también reconocidos expertos de otras universidades de la alianza.

– Profesor, el 3 de noviembre se ha instaurado como Día Mundial de One Health. ¿Cómo se ha llegado al momentum de interés y relevancia que vive actualmente este marco conceptual?

– Entre la comunidad científica no es un enfoque tan reciente. Somos muchos los investigadores que llevamos defendiéndolo un par de décadas. En España hay un impulso notable con la aprobación, en 2014, del Plan Nacional de Lucha contra la Resistencia a Antibióticos, que coincide con una campaña similar por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).  Pero es cierto que la expansión y reconocimiento de One Health llegó de la mano de un fenómeno tan brutal como fue la pandemia de Covid 19, en 2020. Actuó como una llamada mundial a la urgente necesidad de entender la salud planetaria como un conjunto de piezas interdependientes. Nos ha obligado a reaccionar y a estar mejor preparados cuando lleguen otras emergencias que, me temo, inevitablemente llegarán.

 

– Al menos en apariencia, las decisiones y políticas las adoptan entre los políticos y los organismos internacionales. Desde el ámbito académico ¿cómo estamos influyendo y colaborando en el desarrollo y avance de este enfoque de interconexión globalizada?

– Más de lo que creerías, y de manera muy decisiva. El cuatripartito nos escucha y cuenta con nosotros, cada vez más. La UE, los ministerios y consejerías de Sanidad nos consultan. Y debo decir que, como alianza europea de universidades muy destacadas en investigación, Una Europa se ha posicionado como voz del ámbito científico y académico, solicitada y respetada. Nos invitan a foros y reuniones internacionales, nos piden colaboración y valoran nuestra experiencia. Una de nuestras principales contribuciones en este campo ha sido la de ampliar su espectro, su transversalidad, demostrando la importancia que tiene la aportación de las ciencias sociales a One Health, tradicionalmente restringida a la suma del ámbito sanitario y el medioambiental. Los sociólogos, los psicólogos, los economistas y los comunicadores –entre otras muchas especialidades- son vitales para construir ese enfoque 360 de la salud.     

  

– ¿Qué planes y objetivos se ha marcado el comité académico de One Health de la alianza Una Europa para los próximos años?
– Son bastantes, proactivos y ambiciosos, como lo es el grupo de expertos que forman este grupo internacional de científicos; personas valiosísimas y entusiastas con las que es una delicia colaborar. El área de One Health es relevante en el seno de Una Europa dada su importancia estratégica para el futuro de nuestra especie, de nuestro planeta en realidad. Y el objetivo primordial de la universidad, de la Academia con mayúsculas, no es otro que contribuir al desarrollo y avance de nuestras sociedades. La última asamblea general de nuestra alianza, celebrada en Zúrich el pasado mes de junio, tuvo como eje temático One Health, con animados debates y conferencias de ponentes llegados desde numerosos países. Ahora vamos a trabajar en algunos proyectos de investigación conjunta con universidades africanas, lanzados desde la iniciativa de seed funding de Una Europa, y acabamos de unirnos todas las universidades de la alianza para pedir conjuntamente una Acción Europea COST (European Cooperation in Science and Technology), un proyecto que sería muy importante para nuestra colaboración futura. Por otro lado, tenemos una serie de webinars abiertos y gratuitos en colaboración con MDS (el próximo, sobre la relación entre humanos y animales de compañía y su impacto desde la perspectiva One Health, será el 23 de noviembre), que pronto se irá abriendo a otras colaboraciones con el sector privado, y cada año organizamos un curso de verano con alumnos y docentes de toda Europa. Además estamos avanzando en el diseño de un proyecto formativo que va a ser algo único, de primerísima calidad, sin precedentes. Queremos impactar en la sociedad y para ello vamos a colaborar en la mejor preparación posible de todo tipo de profesionales en lo referido al enfoque One Health. 

 

– ¿Es un defensor de la colaboración público – privada, institucional – empresarial?  

– Lo soy, sin reservas. El ámbito en el que trabajo, además, lo requiere. La cooperación entre científicos, instituciones, universidades, organismos, gobiernos, industrias de los cinco continentes es una necesidad y un requisito esencial. Siempre promoveré todo lo que signifique unir fuerzas, compartir conocimiento y trabajar complementándonos unos a otros.