Texto: Jaime Fernández, Texto: Lorena López Méndez y Begoña Yañez Martínez – 28 oct 2024 09:30 CET
El Museo Pedagógico de Arte Infantil de la Universidad Complutense (MuPAI) se inauguró en 1981 y se convirtió en en el primer museo dedicado, de manera exclusiva, al arte infantil y adolescente en España. Aunque es mucho más que eso, como afirma su actual directora, Noelia Antúnez, ya que también se dedican a “formar a los futuros formadores”, y a través del grupo de investigación GI-MUPAI realizan proyectos docentes en torno al arte y a la educación. Ahora, y hasta el 23 de noviembre, 19 de esos proyectos, realizados por 29 artistas-educadores del área de Didáctica de la Expresión Plástica y Visual de la Facultad de Bellas Artes, se exponen en el Palacio Los Serrano, de Ávila, bajo el título de “Nuevas enseñanzas”.
Informa Noelia Antúnez de que esta exposición tiene “un origen muy personal, tanto por las personas encargadas de gestionar las exposiciones, que son José Luis Huete, por parte de la Fundación Ávila, y el profesor Luis Mayo por parte de la Facultad de Bellas Artes, como por el resto de los compañeros del Departamento de Escultura y Formación Artística de la Facultad”. La muestra, según la directora del MuPAI recoge “el trabajo del equipo de docentes, tanto en sus clases en la universidad, como en proyectos realizados a través del MUPAI y del GI-MUPAI”.
En la inauguración de la muestra, Antúnez destacó que desde que comenzó a trabajar en el Departamento, hace ya más de veinte años, notó que en los congresos a los que asistía había “una inquietud sobre cómo combinar los perfiles de artistas, educadores e investigadores” que todos ellos comparten, y la combinación de esos tres perfiles es lo que se expone ahora en Ávila.
Lo que se puede ver, por tanto, en “Nuevas enseñanzas” son trabajos realizados durante los últimos años en el ámbito de la Facultad, realizados bajo el criterio de que “el arte se utilice, no solamente como contenido de las propuestas educativas, sino también como formato”. De ahí que todo lo expuesto tenga un “formato de pieza artística, algunas más potentes que otras y que incluso podrían tener valor como pieza artística separadas del proyecto del que surgieron”.
La profesora Lorena López Méndez, una de las comisarias de la muestra y editora del catálogo, asegura que ella ha sido una especie de “eslabón que une a todos los proyectos, uniéndolos y buscando una línea, tanto a nivel temporal como conceptual, para que todo tenga un sentido”. Explica que hay proyectos que son del propio MUPAI, de “todo lo que se trabaja en otros contextos, ya sea el contexto formal o informal, ya que se trabaja con niños, adolescentes, perfiles de niños también hospitalizados, personas con Alzheimer, personas mayores… Y luego hay otros proyectos más de investigación y de innovación”.
De una manera un tanto poética, López Méndez explica que en esta muestra se ve cómo todos los artistas-docentes involucrados están “trabajando en la misma línea, se ve que se va tejiendo una red, como si fuera un rizoma, como una pequeña semilla que crece y tiene sus raíces, y luego algunas de esas raíces se convierten en una planta”.
Algunas de las obras
En “Nuevas enseñanzas” se pueden ver proyectos colectivos e individuales, con técnicas tan dispares como el dibujo, la pintura, la escultura, la performance y la fotografía, tanto digital como analógica, con un enorme mural realizado con cianotipia. Y detrás de todas esas obras están los ODS y las tres R (reducir, reciclar y reutilizar), porque la intención es que “todos los materiales que se diseñen sean fácilmente reproducibles, en caso de que algún docente quiera volver a implementar ese material en su aula, ya sea de primaria, secundaria, bachillerato… De ahí sale de hecho el concepto del título de la muestra, porque se trata de mostrar otras posibilidades más allá del libro de texto”.
El visitante a la exposición va a encontrar algunas obras que fomentan la interactividad, como el proyecto Yoxtí, Túxmi, que ha habilitado un buzón para “enviar una carta a un personaje histórico”; Análisis de Testimonios, que invita a incorporar los sueños de los visitantes en una especie de probeta, o Makey Makey, que presenta una herramienta con la que se puede hacer música, a partir de objetos cotidianos como una fruta, o convertirla en un mando que interactúe con el teclado de una computadora.
Según López Méndez, hay otras muchas obras que no son interactivas, pero sí dan que pensar, como Lorezepam, que imitan el empaquetado de un fármaco, pero que “como un guiño, y con ironía, lo que hace es incluir pastillas que son caramelos, utilizándolos para generar bienestar, porque más allá de educadores de arte, debemos tener una manera y una forma de ser cercana, humana, que intente acercar el arte a todos los públicos”.
En esa misma línea se expresa el profesor Luis Mayo, quien asegura que este grupo de docentes que ahora expone “se distancian del ambiente competitivo típico en entornos académicos, promoviendo en cambio la colaboración y el compañerismo genuino”. Además, entienden la investigación “como una manera de ‘cuidar’, con proyectos orientados a apoyar el bienestar en poblaciones vulnerables, como personas con Alzheimer o adolescentes en hospitales”.