Cuando hablamos de innovación en el sector agroalimentario, solemos pensar en tecnología, sostenibilidad, eficiencia… Pero detrás de cada avance hay personas con ideas valientes y con la energía necesaria para hacerlas realidad. Y muchas de esas personas son mujeres que, pese a los desafíos, están decididas a transformar la forma en que cultivamos, producimos y consumimos alimentos.
EIT Food lanza Empowering Women in Agrifood (EWA), su sexta edición en España, de la mano, una vez más, de Universidad Loyola.
De junio a diciembre, diez emprendedoras serán seleccionadas en España para formar parte de esta experiencia única, que va mucho más allá de la formación técnica. Las participantes recibirán acompañamiento personalizado, mentoría de profesionales referentes en el sector y acceso a una red de contactos que, para muchas, se convierte en el trampolín que necesitaban para dar el salto.
Pero EWA no solo se centra en el desarrollo de negocio. También pone el foco en las personas. Por eso, facilita becas de desplazamiento, apoyo económico y medidas para favorecer la conciliación, como ayudas para guardería. Porque apoyar a las mujeres en el emprendimiento agroalimentario es también facilitarles el camino en su día a día.
Al finalizar la formación, las participantes tendrán la oportunidad de competir por dos premios económicos —de 5.000€ y 10.000€— para seguir impulsando sus proyectos.
Este año, EWA se lanza de forma simultánea en 13 países, desde España a Ucrania, pasando por Turquía, Grecia o Polonia. Desde su creación en 2020, más de 450 mujeres han encontrado en este programa el empujón necesario para dar forma a sus ideas, consolidar sus negocios o explorar nuevas vías de innovación en el sector agroalimentario.
Si tienes una idea o un negocio en el sector agroalimentario, resides en España, tu empresa tiene menos de 3 años y aún no has recibido más de 60.000€ de financiación, esta es tu oportunidad. Las inscripciones están abiertas hasta el domingo 25 de mayo de 2025.
Porque alimentar el cambio no es solo cuestión de tecnología, sino de talento. Y el talento femenino tiene mucho que decir en el futuro del sector agroalimentario.