MegaMove
Investigadores del campus de Gandia de la UPV participan en un estudio internacional respaldado por la ONU para reducir las amenazas a la megafauna marina
[ 16/06/2025 ]

Un equipo del Instituto de Investigación para la Gestión Integrada de Zonas Costeras (IGIC) del campus de Gandia de la Universitat Politècnica de València (UPV) ha participado en un estudio internacional que ha seguido los movimientos de más de 100 especies de grandes animales marinos, identificando las zonas más importantes de los océanos del mundo para mejorar su conservación. Este proyecto, coordinado por la Universidad Nacional de Australia, avalado por la ONU y llamado MegaMove, reúne a casi 400 científicos de más de 50 países y concluye dónde sería más eficaz implementar medidas de protección para conservar a especies como tiburones, ballenas, tortugas y focas, lo que se conoce como megafauna marina, entre otras. El trabajo ha sido publicado en Science.
Actualmente, las áreas marinas protegidas cubren solo un 8 % de los océanos del mundo, aunque el Tratado de Altamar de la ONU busca ampliar esta cifra al 30 %. El estudio confirma que los objetivos de este tratado —ya firmado por 115 países pero aún pendiente de ratificación— son un paso importante para ayudar a la conservación. Sin embargo, señala que este objetivo es insuficiente para abarcar todas las zonas críticas que usan las especies marinas amenazadas, por lo que se necesitan medidas adicionales para reducir las amenazas que enfrentan.
Reducir la presión humana sobre estas especies
Entre las especies marinas más emblemáticas —conocidas como megafauna marina— se encuentran tiburones, ballenas, tortugas y focas. Son, en su mayoría, depredadores clave en las cadenas alimenticias marinas, pero cada vez están más amenazadas por la actividad humana. La ecóloga marina y autora principal del estudio, la profesora asociada Ana Sequeira de la ANU, explica que el objetivo del trabajo era identificar las zonas que usan estos animales para comportamientos esenciales como alimentarse, descansar o migrar. Para ello, han analizado sus patrones de movimiento.
“Descubrimos que las áreas que utilizan estos animales coinciden en gran medida con amenazas como la pesca, el transporte marítimo, el aumento de las temperaturas y la contaminación por plásticos. El objetivo de proteger un 30 % de los océanos es importante, pero no es suficiente para proteger todas las zonas clave. Por eso necesitamos estrategias adicionales para reducir las presiones que sufren estos animales más allá de las áreas que se protegerán. Nuestra investigación muestra que, además de las áreas protegidas, será clave implementar medidas como modificar las artes de pesca, cambiar la iluminación de las redes o establecer rutas marítimas alternativas para reducir la presión humana sobre estas especies”, señala Ana Siqueira.
El estudio también está alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, en particular con el Objetivo 14 sobre la vida submarina, y con el Objetivo A del Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, que busca frenar la extinción causada por el ser humano de especies amenazadas.
Por su parte, el Jorge Rodríguez, coautor del estudio e investigador del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos, añade: “Hemos identificado las principales zonas a priorizar para alcanzar el 30 % de protección, clasificándolas según el uso que hacen de ellas las especies de megafauna marina. Nuestro análisis revela en qué partes de los océanos estas especies tienen sus áreas de residencia o sus corredores migratorios. Hemos priorizado aquellas zonas que son más importantes para más especies”, añadió.
“Pero la conclusión es que, aunque se protegiera ese 30 % de los océanos, seguiría sin ser suficiente para conservarlas”, subrayó la profesora Sequeira.
Desde el IGIC UPV, seguimiento satelital de la tortuga boba
Por parte de la UPV, el equipo del IGIC, coordinado por Eduardo Belda, ha trabajado en el seguimiento satelital de tortuga boba en el Mediterráneo, realizando el marcado de las tortugas marinas, recopilación de datos y su tratamiento. Los animales marinos son más difíciles de estudiar que los terrestres, el seguimiento satelital permite obtener información detallada y actualizada de su comportamiento, hábitat, distribución y rutas migratorias, así como de las amenazas potenciales con las que se pueden encontrar en su viaje por el mar.
Referencia
Ana M. M. Sequeira et al. ,Global tracking of marine megafauna space use reveals how to achieve conservation targets.Science388,1086-1097(2025).DOI:10.1126/science.adl0239