El participante tipo de una media maratón suele ser hombre, de algo más de 40 años, con estudios superiores y una profesión ajena al ámbito deportivo o que requiera mantener un buen estado de forma. Sin embargo, cuando los eventos incluyen categorías con distancias más cortas, como 10 o 15 kilómetros, se incrementa notablemente la participación femenina.
El éxito de estas pruebas depende de tres pilares: la satisfacción del corredor, el respaldo de la comunidad local y su rentabilidad económica.
Lo que impulsa a las personas a correr
A nivel internacional, destacan eventos de gran prestigio y afluencia como el maratón de Nueva York, que en su edición de 2023 reunió a más de 51 000 corredores de todo el mundo, consolidándose como uno de los mayores del planeta. Le siguen otros maratones emblemáticos como el de Berlín, donde se han batido múltiples récords mundiales; el de Londres, con cerca de 48 000 finishers (los corredores que completaron la carrera y llegaron a la meta) en 2023; y el de Tokio, con 38 000.
Estas competiciones atraen tanto a atletas de élite como a decenas de miles de corredores populares, lo que refleja el auge global de las carreras. En las medias maratones, destaca la prueba de Valencia, que está considerada como una de las más rápidas del mundo y que en 2023 tuvo más de 22 000 participantes.
Hay cinco grandes motivaciones que llevan a las personas a competir en carreras populares:
- Hedonismo deportivo, correr por el placer de la actividad física y el bienestar que genera en el individuo.
- Socialización, al compartir la experiencia con familiares, amigos o personas desconocidas con intereses afines.
- Inclusión, al participar en pruebas abiertas a todos los perfiles, sin distinción de edad, género o capacidad física.
- Competición, cuando lo que se busca es la superación personal o comparar la marca propia con la de otros corredores.
- Interacción virtual, cuando se comparte la experiencia en redes sociales, documentando todo el proceso: desde la preparación de la carrera hasta los momentos posteriores.
Atender este abanico de motivaciones mejora la experiencia del corredor y aumenta las probabilidades de que repita y recomiende tanto el evento y –si ha viajado para la carrera– como el destino.
La interacción con los residentes
Una media maratón altera la vida cotidiana de la comunidad anfitriona, por lo que necesita del respaldo ciudadano para poder consolidarse. Sin apoyo local, difícilmente puede mantenerse en el tiempo. La percepción de los impactos suele medirse en términos económicos, sociales y ambientales, pero estos análisis aún son escasos para este tipo de eventos.
Los datos sobre la media maratón de Córdoba de 2024 muestran que el 94 % de la población local valoró positivamente el evento y al 88 % le gustaría que se mantuviese. También percibieron la carrera como una iniciativa que mejora la imagen de la ciudad (84,9 %), fomenta la actividad física (80,1 %) y genera oportunidades de ocio e inclusión (9 de cada 10).
Este alto grado de aceptación evidencia el papel que puede jugar este tipo de eventos en la cohesión social y el orgullo colectivo de las localidades donde se realizan.
La huella económica de las medias maratones
Durante su estancia en el lugar donde se celebra la carrera, los corredores realizan actividades vinculadas a los atractivos del destino. Por ejemplo, en Córdoba visitan el patrimonio, en Almería y Magaluf disfrutan de la playa, y en Zubiri–Pamplona, del contacto con la naturaleza. En todos los casos, destacan el disfrute de la gastronomía local como experiencia transversal.
El gasto en restauración suele ser la principal fuente de retorno, por encima incluso del alojamiento, seguido del consumo en ocio, supermercados y otros gastos. La clave está en distinguir entre excursionistas deportivos, que solo permanecen el día de la carrera, y turistas deportivos, que pernoctan y permanecen más tiempo en el destino. La pernoctación contribuye a incrementar el gasto en todos los capítulos, así como el número de acompañantes.
Se estima que, mientras un excursionista genera un gasto medio diario de 60,25 euros, un turista lo multiplica por 2,45 hasta los 147,41 euros. Si añadimos el consumo de acompañantes, el gasto diario asciende a 368,52 euros. Durante una estancia media de 2,5 días, el impacto total por turista con acompañantes se eleva hasta los 921,30 euros.
Así, medias maratones como las de Córdoba, Salamanca o Magaluf han generado para el territorio un impacto económico directo de más de 3,3 millones, 1,35 millones y 1,2 millones de euros respectivamente.
El factor turismo en la planificación de la carrera
Para que una media maratón genere impacto económico más allá del plano deportivo debe integrarse en el destino anfitrión. Una carrera que ofrezca distintas distancias –para debutantes, niños, personas mayores, con diversidad funcional, etc.– amplía la participación, mejora la atmósfera del evento y favorece un mayor retorno económico. Además, la organización de otro tipo de actividades más allá de la deportiva (culturales, sociales y de ocio) contribuye a prolongar la estancia de los turistas deportivos.
El evento debe ser, en su conjunto, coherente con la identidad local, el patrimonio, la gastronomía y el paisaje de la comunidad anfitriona para enriquecer la experiencia y que deje una impresión duradera. El objetivo no es solo atraer corredores sino lograr que quieran volver y se conviertan en auténticos prescriptores turísticos del destino.