
Unai Sordo en en la conferencia de medio mandato de la confederación europea de sindicatos (ces), que se celebra en Belgrado los días 20 y 21 de mayo.
El secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo, ha intervenido este lunes en la conferencia de medio mandato de la confederación europea de sindicatos (ces), que se celebra en Belgrado los días 20 y 21 de mayo, con una valoración clara: Europa atraviesa un momento de enorme relevancia política y geoestratégica, en el que se juega su papel en el mundo y su propia cohesión interna.
Sordo ha advertido de que estamos ante “el mayor riesgo reaccionario que hemos vivido políticamente en muchas décadas”, marcado por los resultados electorales en Estados Unidos y en otros países, en un contexto global de creciente tensión entre potencias como EE. UU. y China. Esa pugna se enmarca, según ha señalado, en un proceso de desglobalización parcial de la economía y en una preocupante deriva autocrática, en la que las grandes regiones económicas del planeta están viendo cómo se reducen de forma alarmante las garantías democráticas y la separación de poderes.“Nos encontramos en medio de un fuego cruzado”, ha afirmado, al referirse a la posición de la Unión Europea y su modelo social en esta crisis mundial.
Pese a sus imperfecciones y asimetrías, la UE sigue siendo, en su opinión, un proyecto clave que debe avanzar hacia una integración política más profunda. “Sin normas de gobernanza viables, la UE corre el riesgo de quedarse en la irrelevancia”, ha alertado. En ese marco, ha defendido la necesidad de reforzar la autonomía estratégica de la Unión. Esto implica, en primer lugar, reducir su dependencia del exterior en los elementos clave del desarrollo económico, empezando por lograr la autonomía energética a través del impulso de todas las energías renovables y la electrificación de la economía.
Sordo también ha insistido en la urgencia de recuperar soberanía industrial. Para ello, ha propuesto una movilización ingente de recursos públicos que permita reubicar las cadenas de valor y de suministro dentro de Europa, en línea con la reorganización que ya están llevando a cabo potencias como Estados Unidos o China.
Ha subrayado con claridad que no puede debilitarse el modelo social europeo, ya que forma parte esencial de la identidad del continente. “La identidad europea no se basa en atavismos nacionalistas, sino en un fortalecimiento cívico y ciudadano, completamente incompatible con el nacionalismo”, ha asegurado.
sobre la política de seguridad común, Sordo ha defendido la necesidad de definir una estrategia europea clara, pero ha advertido del peligro de caer en lo que ha calificado como “keynesianismo bélico”, sino de definir un modelo de seguridad común coherente con los valores europeos. En este sentido, la CES debe desempeñar un papel central en la defensa de una mayor integración política, del pilar social europeo y del refuerzo de la autonomía estratégica de la Unión.
Finalmente, ha querido agradecer a la secretaria general de la CES, Esther Lynch, su compromiso con las movilizaciones sindicales, en especial su participación en la manifestación celebrada hace unas semanas en Madrid. “Los sindicatos, liderados por la CES, debemos seguir movilizándonos en defensa del modelo social europeo y de una integración política que lo sostenga”, ha concluido.