UCV Medicine Talks
María Sanz, cardióloga del Barça: “Hay un repunte de cardiopatías, con pacientes cada vez más jóvenes”
Noticia publicada el
miércoles, 8 de enero de 2025
Largos años de formación en España y en otros países han llevado a la cardióloga María Sanz de la Garza hasta el lugar donde hoy se encuentra. Esta asturiana de nacimiento y catalana de adopción imparte clase en la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, cuyo edificio está físicamente rodeado por el lugar donde ejerce la profesión que tanto ama, en el área que tanto le apasiona de su especialidad. En el Hospital Clínico de la ciudad condal, Sanz de la Garza dedica muchas horas de trabajo a cuidar el corazón de deportistas, tanto profesionales como aficionados. Incluidos los futbolistas. Incluidos los jugadores del Fútbol Club Barcelona. Es decir, los latidos de Lamine Yamal están en sus manos.
Merced al programa de rehabilitación cardíaca que dirige en su hospital, Sanz de la Garza es, de hecho, la cardióloga de todas las secciones, de todos los equipos, de todas las categorías del Barça. Desde los niños del baloncesto o el hockey patines hasta la primera plantilla del balonmano. Y todo ese trabajo y la vasta experiencia que ha supuesto y supone hoy para su vida profesional, es lo que esta experta ha compartido en el último congreso UCV Medicine Talks, que organizan la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad Católica de Valencia y el Colegio Oficial de Médicos.
En octubre de 2024, dos deportistas fallecieron en el Mundial de Triatlón, en la Costa del Sol, y lo mismo le ocurrió a un ciclista de montaña en la carrera Montseny 360 de Cataluña. En agosto, un hombre se desplomaba en el suelo sin vida mientras hacía senderismo en Huesca. Especialmente impactante fue el deceso de la corredora valenciana Alba Cebrián, de 23 años, durante un entrenamiento, también en 2024. El nexo común de estos y muchos otros fallecimientos, incluidos niños y adolescentes, en los últimos años es la afección cardíaca. ¿Hablamos de un problema de salud pública en crecimiento, doña María?
No. Es verdad que en la actualidad se informa más de estas situaciones, pero antes ocurrían también. No creo que haya aumentado la incidencia de casos de muertes súbitas en deportistas. De todos modos y, aunque no todas esas muertes provienen de cardiopatías isquémicas, algunos de estos incidentes pueden hallarse dentro de su repunte en personas cada vez más jóvenes.
Eso sí lo estamos viendo. Antes, el pico de esta patología se situaba en varones de cuarenta o cincuenta años, ahora los cardiólogos nos encontramos cada vez con más casos de pacientes en la treintena. Esta clase de fallecimientos se atribuyen a los malos hábitos, a veces, pero en otros casos a antecedentes familiares desconocidos, al consumo de determinadas sustancias, al cortisol continuamente elevado… Hay varias hipótesis.
¿Cuál es la suya?
Mi hipótesis es una combinación de todas. En el hospital se ve claramente que hoy nos hallamos en un momento dicotómico, de extremos, muy polarizado. Hay gente que se cuida muchísimo y lleva una vida muy saludable, y personas que son sedentarias desde su infancia, con una dieta totalmente desequilibrada, durmiendo pocas horas, consumiendo muchísima cafeína en forma de bebidas energéticas… Desconozco si ha aumentado la prevalencia de la drogadicción, pero te aseguro que los médicos estamos viendo ahora más pacientes ingresados por consumo de cocaína que hace unos años.
También es palpable cómo ha empeorado el estado emocional de la población, proceso acelerado con la pandemia, pero que ya venía de antes. Si tus ánimos están bajos, te cuidas menos, comes peor, no haces deporte, consumes más sustancias equis. Y eso se convierte en un círculo vicioso. La salud mental, psicológica, tiene un impacto en el corazón. De hecho, el estado emocional y la ansiedad se asocian con la cardiopatía isquémica.
Prevención en el mundo profesional
En la mente de los aficionados al fútbol de todo el mundo está la imagen del camerunés Marc-Vivien Foé, jugador del Manchester City, tendido en el suelo, inconsciente, tras caer sobre el terreno de juego mientras disputaba un partido de su selección nacional contra Colombia en 2003. Murió ese día a los 28 años. Una primera autopsia no fue capaz de señalar la causa de su fallecimiento. En la segunda, descubrieron que la arritmia maligna provocada por la hipertrofia del ventrículo izquierdo del corazón tenía su origen en una miocardiopatía hipertrófica, condición hereditaria que aumenta el riesgo de muerte súbita durante el ejercicio físico. Poco tiempo después, el corazón estaría también detrás de los decesos de los futbolistas españoles Antonio Puerta, en 2007, a los 22 años; y Dani Jarque, en 2009, a los 26 años.
Ha pasado mucho tiempo desde las tragedias de Foé, Puerta, Jarque, y las afecciones cardíacas siguen provocando la muerte de futbolistas y otros atletas de élite hoy en día. El verano pasado, sin ir más lejos, perdía la vida, con 27 años, Juan Izquierdo, jugador uruguayo del Nacional de Montevideo, durante un partido de Copa Libertadores contra el Sao Paulo. ¿Por qué continúan muriendo deportistas profesionales por patologías cardíacas?
Se ha avanzado claramente en la prevención de estos casos, pero siempre va a haber un porcentaje de deportistas que se nos van a escapar, como cuando haces un ‘screening’ (voz inglesa que se traduce por “cribado”) por cáncer de mama y se te escapa una; como sucede con todo en el mundo de la medicina. En el ámbito cardiovascular, los ‘screenings’ son muy necesarios cuando hablamos atletas de élite, porque debemos valorar si son aptos para la alta competición.
En concreto, se realiza una serie de pruebas diagnósticas con el objetivo de detectar de manera precoz posibles patologías que se escapan a veces con test sencillos. Eso no significa, como decíamos, que tengan un cien por cien de fiabilidad. Eso no existe en medicina. Por otra parte, su efectividad depende también de lo complejo que sea el cribado que haces.
¿Los culés pueden quedarse tranquilos con las pruebas que hacen a sus jugadores?
Sí, claro. Junto a una historia clínica detallada y la exploración de signos cardiovasculares que puedan indicar síntomas concretos, hacemos un electrocardiograma, un ecocardiograma y una prueba de esfuerzo máximo.
¿Vale cualquier cardiólogo para ocuparse del corazón de un deportista?
No. Es necesaria una ‘expertise’, un dominio que da la experiencia en este campo, para saber diferenciar en esas pruebas entre lo que viene derivado del propio ejercicio físico de lo que es patológico. Cuantos más datos tienes, lógicamente hay un mayor ‘overlap’ («superposición», en castellano) entre esos dos aspectos, y necesitas un cardiólogo especializado en deportes para encargarse de ello.
¿Qué indicaciones básicas daría a deportistas de todas las edades, especialmente a los más jóvenes, para detectar síntomas que podrían causarles problemas cardiovasculares?
En general, los síntomas más importantes suelen presentarse mientras te encuentras realizando ejercicio físico o justo después. Estás haciendo deporte y te surge un dolor torácico intenso, o tienes una sensación de mareo intraesfuerzo, o te aparecen palpitaciones. Es decir, no sólo que el corazón va rápido, sino inusualmente rápido para lo que suelo sentir. Haciendo ejercicio todos nos ‘taquicardizamos’, pero hablo de subidas de frecuencia cardíaca que no se producen de modo progresivo. Ahora con los relojes inteligentes es muy fácil detectar esto, porque te indican con claridad un pico de subida de frecuencia cardiaca.
Doña María, ayúdenos a aclarar un par de mitos que existen alrededor del ejercicio físico. En primer lugar, ¿es cierta la idea de que el deporte de élite no es sano?
¿Y es sano que los médicos hagan guardias de 24 horas? No, lógicamente. Ser un atleta de alta competición es tu decisión, algo que te traerá muchísimos beneficios, no sólo a nivel cardiovascular, sino también a nivel mental y de superación. Pero está claro que el deporte de élite no se hace por salud, únicamente. Tiene otros componentes. Si queremos mejorar el estado de nuestro corazón, probablemente no necesitemos tantos volúmenes de ejercicio, ni de entrenamiento de fuerza, ni de tanta intensidad.
Además, debemos tener en cuenta que el deporte de élite está hecho para personas especiales, seleccionadas, que tienen por naturaleza unas características genéticas hechas para esto. No todo el mundo puede llegar a la alta competición. ¿Es más sano ser deportista de élite que ser una persona sedentaria? Yo diría que sí, pero probablemente sea más sano ser deportista amateur, con un mayor equilibrio entre el volumen del ejercicio que realiza, el tiempo de descanso y el tiempo que dedica a otras cosas.
¿Es una leyenda que los deportes de resistencia no son convenientes para jóvenes?
Es mito y realidad, digámoslo así. Nosotros, honestamente, no hemos visto más eventos en niños y adolescentes que estén haciendo ejercicio de resistencia. No obstante, es cierto que la introducción del ejercicio aeróbico, de las largas distancias en atletismo, en esas edades es de hace unos diez años. Se trata de algo muy reciente y, por tanto, no hay datos todavía de los efectos a largo plazo que estos deportes puedan tener.
Antes, la gente que hacía deportes de resistencia y llegaban a correr maratones eran personas muy seleccionadas. Probablemente poseían una capacidad de adaptación muy buena a estos deportes y por eso los practicaban. Ahora nos encontramos con que se han popularizado mucho y, no es que la resistencia sea mala, pero hay gente que se adapta peor. Muchos amateurs que corren en la montaña o hacen maratones son padres de familia, tienen trabajos demandantes. Es decir, que los volúmenes de entrenamiento que realizan no se corresponden con sus horas de descanso.
¿Qué consejos podría dar a un deportista amateur para cuidar bien su corazón, para que no le pille por sorpresa algo que podría haber sido detectado?
Cuando te especializas tanto en un área, es difícil dar consejos generales. Hablando del perfil que acabamos de tratar, personas con más de 35 años que han hecho poco o nada de deporte previamente y quieren ponerse a hacer un deporte de alta intensidad, sería necesario comprobar que todo esté correcto. Junto a una evaluación cardiovascular inicial, lo más importante es hacerse también un ecocardiograma y una prueba de esfuerzo máxima, idóneamente con valoración del consumo de oxígeno.
Esta prueba no sólo te ayudará a ver si tienes problemas cardiovasculares, sino que te ayuda a prescribir ejercicio de forma individualizada y de forma progresiva, porque aquí la clave es introducir las cargas de ejercicio con alguien especialista y que te las indique inicialmente y ver cómo las puedes ir asimilando. Ésta es la clave.
¿Y para los que ya hacían deporte habitualmente?
Respecto de los amateurs, también niños y adolescentes, es importante hablar de las sustancias ergogénicas, que se utilizan para mejorar el rendimiento físico y la capacidad de recuperación del cuerpo en actividades deportivas y de ejercicio. Deben saber qué están tomando, pues pueden estar consumiendo sustancias con algo de doping sin tener conocimiento de ello. A veces compramos productos por internet y no sabemos de qué están compuestos y se están produciendo muchos problemas en ese sentido. Ciertas sustancias ergogénicas potencian la aparición de arritmias.
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