La doctora María Teresa Velasco Portero, profesora titular de Derecho Laboral en la Universidad Loyola, ha sido galardonada con el Premio Meridiana -en la categoría Iniciativas que promuevan la educación en valores para la igualdad- por su labor en la defensa de la igualdad entre mujeres y hombres en Andalucía.
Se trata de un reconocimiento que otorga la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, a través del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) con el que se busca incentivar y reforzar la labor de personas, colectivos y entidades que con su trayectoria vital o profesional han contribuido a fortalecer y hacer efectiva la presencia y la participación de las mujeres en los diferentes ámbitos de la sociedad.
Velasco es licenciada en Derecho por la Universidad de Córdoba y doctora en Derecho por la Universidad de Deusto. Su actividad investigadora se ha centrado en la Igualdad de Oportunidades en la Empresa, donde sus trabajos han sido premiados tanto a nivel nacional como internacional. Asimismo, ha participado en la elaboración e implementación de planes de igualdad para diversas organizaciones.
PREGUNTA (P): ¿Qué supone este reconocimiento a tu trayectoria profesional?
RESPUESTA (R): Es un motivo de alegría y de orgullo porque son muchos años dedicada a este tema. Está siendo cada vez más difícil hablar de igualdad de género porque ves que se recibe con con buen criterio.
(P): ¿Cómo comenzó tu interés por el Derecho Laboral con perspectiva de género?
(R): Tomo conciencia cuando observo que hay mujeres en la universidad y no hay correspondencia en el mercado de trabajo. No tiene sentido. Tenemos igualdad de derechos en la ley, veo que estamos involucradas en la formación… Y de repente, cuando llega el momento del empleo hay una brecha y tienes menos oportunidades si eres mujer que si eres hombre. Cuando empiezo a investigar sobre el tema, veo lo que hay y las posibles causas, a partir de ese momento lo que quiero es contarlo, porque estoy segura de que una de las maneras de corregir esto es con la formación. Si todos somos conscientes de lo que está pasando, estoy segura de que vamos a intentar poner los instrumentos para cambiarlo.
(P): ¿Qué formación se imparte actualmente en la Universidad Loyola al respecto?
(R): Tenemos la asignatura Igualdad y Diversidad en las Relaciones Laborales en las carreras de ADE y Derecho. En el máster de la Abogacía hay un módulo en Igualdad. Cuando yo empecé no se hablaba de esto como un tema de Igualdad, el enfoque era de mujer. Pero nos vamos adaptando a las modificaciones legislativas y al nuevo enfoque y ya claramente optamos por hablar de Igualdad de oportunidades. Además, ahora se demanda más formación al respecto porque es una legislación compleja. Tienes que tener claro que esto es una obligación más de la empresa, pero sin perder ese enfoque de que primero es una necesidad de justicia social que tenemos las mujeres como colectivo. El fomento de la igualdad es un valor básico en la institución jesuita. Hay muchas actividades dentro de la universidad con este enfoque: tenemos distintas titulaciones, personas investigando y dando docencia. Pero todavía tenemos camino que recorrer.
(P): ¿Por qué consideras que es tan importante la perspectiva de género en la docencia?
(R): Porque es importante en todos los sentidos. Si no somos conscientes de el sesgo que tiene nuestra sociedad, no podemos cambiarla. La perspectiva de género tiene que ser transversal. Tienes que tener en cuenta que, aunque tengamos los mismos derechos y obligaciones, somos diferentes. Somos diferentes biológicamente y, además, nuestra sociedad nos está dando hoy un papel distinto. Cuando se regule cualquier situación, hay que tener en cuenta esto, porque si no, estás distorsionando la realidad. Entonces es importante en todos los aspectos y en concreto en el tema de la formación y la docencia, es que es lo que te configura el pensamiento. Si a ti esto no te lo explican, no te lo cuentan, no te das cuenta porque estamos dentro de esa sociedad y nos parece que eso es lo normal.
(P): La mujer tiene mayor presencia en el mundo laboral, pero no tanto en los puestos directivos. ¿Por qué se da esta situación?
(R): No es fácil, depende de un cambio social. Estoy convencida de que esos puestos muchas veces no se le ofrecen a las mujeres porque no somos conscientes de su potencial. También, las mujeres seguimos arrastrando el considerar que el hogar es nuestra responsabilidad y muchas veces no nos postulamos para esos puestos porque pensamos que no podemos hacerlo, que no podemos dedicarle el tiempo suficiente. Por otro lado, también existe el sesgo en los procesos de selección y se piensa que eso lo hace mejor un hombre. ¿Por qué lo pensamos? Pues porque se lo hemos visto hacer toda la vida a los hombres y me consta que en muchos casos a las mujeres no se les ofrece porque dan por hecho que no es para ti. Los seres humanos tenemos sesgos. Tenemos que cambiar muchas mentalidades.