Los más pequeños han sido los primeros en despedir al año en Guadalajara con la celebración de las pre uvas y pre campanadas en la plaza de la concatedral de Santa María, que este año ha prestado su campanario para el toque anticipado de fin de año, al estar en obras la torre del reloj del Ayuntamiento.
Más de dos mil cotillones se han repartido entre los más pequeños, que en vez de las uvas de la suerte tenían gominolas para ir acompañando cada campanada en un ambiente festivo acompañado por cientos de familias de la ciudad y también por la alcaldesa de Guadalajara, Ana Guarinos y los miembros del equipo de Gobierno.
Con solo una de las seis campanas de la torre de la concatedral se han marcado las doce horas de este último medio día del año, con la explosión de júbilo de todos y abrazos, algunos con la boca todavía llena de gominolas.
Un espectáculo musical del grupo Alboroto ambientaba esta temprana fiesta, con canciones infantiles, bailes y títeres y con algún papá siguiendo el ritmo sobre el escenario, con el aplauso del público.