Durante la pasada semana ha tenido lugar la primera fase de ejecución del proyecto de Aprendizaje-Servicio «Alimentación y Vida Saludable: Un Proyecto de Concienciación y Apoyo Nutricional», desarrollado por Omayra Mayor, Mario López y Margarita Lizcano, tres estudiantes de último curso del Grado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos.
Redacción/Raúl García Hémonnet
La iniciativa tiene como objetivo promover hábitos alimentarios saludables y seguros para colectivos vulnerables, y se realiza en colaboración con la Asociación Española de Esofagitis Eosinofílica (AEDESEO) y la Fundación Visual TEAF. El propósito es proporcionar herramientas y conocimientos prácticos sobre alimentación, etiquetado de alimentos y buenas prácticas de manipulación, para mejorar la calidad de vida de personas afectadas por esofagitis eosinofílica y jóvenes con Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF).
Una necesidad detectada, una solución propuesta
El proyecto se lleva a cabo gracias a la aprobación y financiación por parte de la Oficina Universitaria de Aprendizaje Servicio de la URJC y a la colaboración de la Escuela Superior en Ciencia y Tecnología (ESCET). La idea surgió tras observar las necesidades de dos grupos vulnerables: pacientes con esofagitis eosinofílica, que requieren entender el etiquetado de alimentos para evitar ingredientes que agraven su condición; y jóvenes con TEAF, quienes enfrentan limitaciones cognitivas y sociales que dificultan su autonomía en cuanto a alimentación se refiere.
Los estudiantes responsables del proyecto organizaron talleres interactivos y actividades lúdicas adaptadas a las necesidades de cada grupo. Para los pacientes con esofagitis eosinofílica, se impartió un taller el 18 de marzo sobre cómo leer y comprender el etiquetado de alimentos, identificar alérgenos y seleccionar alternativas seguras. En cuanto a los jóvenes con TEAF, el enfoque fue educativo y lúdico. El 22 de marzo, tras una introducción teórica, los asistentes participaron en dinámicas para aprender sobre nutrición, etiquetado de alimentos y buenas prácticas de manipulación de alimentos, de manera amena y adaptada.
Para el estudiantado, la experiencia ha sido muy enriquecedora, ya que les ha permitido aplicar sus conocimientos académicos en un contexto real y desarrollar habilidades profesionales clave para su futuro laboral. Además, han desarrollado importantes competencias sociales, como la empatía y la resiliencia, al interactuar con personas de ambos colectivos. Margarita Lizcano, una de las participantes, destacó cómo la experiencia le permitió conectar de manera natural con los jóvenes con TEAF, a pesar de las barreras que enfrentan en su día a día.
Según Judith Gañán, coordinadora del 4º Curso del Grado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y profesora responsable del proyecto: “ese tipo de proyectos son muy beneficiosos para los y las estudiantes, ya que les traslada a la calle a enfrentarse con problemas reales de la sociedad y deben tratar de solucionarlos poniendo en práctica los conocimientos adquiridos en las aulas, lo que hace que estemos formando futuros y futuras profesionales más con un mayor compromiso con la sociedad”.
‘Alimentación y Vida Saludable’ es un claro ejemplo de cómo el aprendizaje-servicio puede tener un impacto positivo en la sociedad, promoviendo el bienestar y la inclusión de personas con condiciones de salud específicas, demostrando cómo la colaboración entre instituciones académicas y organizaciones puede generar soluciones efectivas para problemas sociales reales.