Los estanques en buen estado pueden contribuir a mitigar los efectos del cambio climático

Los estanques son el hábitat de agua dulce más numeroso de la Tierra, ya que suponen aproximadamente el 30% del agua estancada del planeta y acogen hasta un 70% de las especies de agua dulce, pero pese a su importancia ecológica han sido poco estudiados. En este contexto, el proyecto de investigación europeo “PONDERFUL” ha analizado cómo los estanques y los paisajes de estanques pueden utilizarse como soluciones basadas en la naturaleza (SBN) para mitigar los efectos del cambio climático, teniendo en cuenta que estas masas de agua tanto pueden almacenar como liberar dióxido de carbono. Esta investigación ha evidenciado que los estanques más degradados o en mal estado ecológico (poco oxigenados, con concentraciones altas de nutrientes —por ejemplo, procedentes de usos agrícolas— y con pocas o ninguna planta acuática) tienden a emitir gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO₂) y el metano (CH4). En cambio, los estanques en buen estado ecológico (bien oxigenados y con concentraciones bajas de nitrógeno) suelen ser sumideros de carbono que actúan como depósitos.

El proyecto “PONDERFUL”, liderado por el Grupo de Investigación en Ecología Acuática (GEA) de la Universidad de Vic – Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC), ha constatado la importancia de la restauración y la gestión de los estanques, ya que la producción de los dos principales gases de efecto invernadero (dióxido de carbono y de metano) , y de la cantidad de materia orgánica que se acumula. «Los factores clave son el metabolismo de la balsa y el oxígeno: niveles bajos de oxígeno se asocian a un aumento de las emisiones», destaca Sandra Brucet, investigadora ICREA de la UVic-UCC y coordinadora del proyecto «PONDERFUL».

Emisión o retención de gases

Las abundantes plantas sumergidas y arraigadas en los estanques favorecen el almacenamiento neto de gases de efecto invernadero. Las algas y las plantas vasculares son capaces de retener dióxido de carbono que entonces queda depositado en los sedimentos del estanque. Los procesos que se producen en los estanques y que generan o capturan los gases de efecto invernadero son la fotosíntesis, la respiración, la descomposición de materia orgánica, la actividad microbiana, la sedimentación y las reacciones químicas. Durante las horas de luz, el fitoplancton, las algas y las plantas acuáticas consumen dióxido de carbono para realizar la fotosíntesis, mientras que por la noche, cuando la respiración es el proceso dominante, liberan.

El proyecto «PONDERFUL» también ha revelado que los estanques tienen más probabilidades de ser emisores de dióxido de carbono cuando se combina un aumento de temperatura del agua con un elevado nivel de nutrientes. Cuanto más alta es la temperatura del agua y mayor escasez, peores son los efectos de la eutrofización (proceso de contaminación de las aguas estancadas por un enriquecimiento de nutrientes). En este sentido, Brucet comenta que “en períodos de sequía, cuando los estanques se secan y especialmente cuando el sedimento todavía está húmedo, se liberan más gases de efecto invernadero” y añade que “ante el aumento de temperaturas es muy importante mantener los niveles de nutrientes lo más bajo posible”.

Dado que los estanques con elevadas concentraciones de oxígeno disuelto y niveles bajos de nutrientes es más probable que actúen como sumideros que como fuente de gases de efecto invernadero, es imprescindible actuar en la restauración y gestión de los estanques. «La restauración de los estanques, por ejemplo, eliminando los sedimentos y la vegetación que se acumulan en las balsas, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y, además, aumenta la abundancia y la diversidad de organismos polinizadores», dice Brucet. El proyecto “PONDERFUL” ha analizado cerca de 180 acciones de SBN implementadas en 93 estanques o paisajes de estanques de 24 países.

Aparte de los efectos globales del cambio climático (con los consecuentes episodios meteorológicos extremos), los estanques y los paisajes de lagos actualmente también se encuentran sometidos a otras amenazas. Una de ellas es la destrucción directa de estos hábitats de agua dulce (con efectos devastadores en la flora y fauna). Otra es la contaminación, generada por actividades humanas como la agricultura, la ganadería, el turismo y la construcción de infraestructuras, entre otras, y que afecta a la calidad del agua. Alrededor del 80% de los lugares donde “PONDERFUL” ha realizado muestreos tenían concentraciones elevadas de nutrientes, lo que sugiere que la contaminación por nitrógeno y fósforo está generalizada. Por último, una última amenaza son las especies invasoras, que ponen en riesgo los ecosistemas de agua dulce.

Relación entre la biodiversidad y el funcionamiento de las balsas

Uno de los aspectos más relevantes del proyecto “PONDERFUL” es que se ha aportado evidencia científica sobre la relación entre la biodiversidad (macrófitos, zooplancton, macroinvertebrados y anfibios) de los estanques y su funcionamiento, algo que hasta ahora se había trabajado sobre todo en ambientes terrestres. Con esta investigación se ha demostrado que una mayor biodiversidad en los estanques se relaciona con una mejora de sus funciones: un aumento de la captación de carbono, de la descomposición y de la producción de biomasa, y una menor liberación de gases. «Aunque por el momento es un estudio correlacional, nos muestra que es muy importante conservar la biodiversidad para mantener el buen funcionamiento de los ecosistemas y de los beneficios que nos proporcionan en un contexto de cambio global», explica Brucet.

En el marco de la protección de la biodiversidad de los estanques, otro de los objetos de estudio del proyecto han sido los factores que afectan a la riqueza de anfibios en los estanques. En este punto, se ha constatado que los factores climáticos (temperatura y disponibilidad de agua) desempeñan un papel importante, pero que también lo tienen los factores locales. El proyecto ha demostrado que la balsa ideal para los anfibios sería una balsa bien conservada, de tamaño medio y poco profundo, y sin peces. Al respecto, recientemente se han publicado algunos de los primeros artículos científicos, liderados por la UVic-UCC, del “PONDERFUL” en las publicaciones Ecography y Biodiversity and Conservation.

Edición de guías y prototipo de estaño

«PONDERFUL» ha evidenciado que los estanques no sólo tienen «un potencial inmenso para funcionar como SBN«, según Brucet, sino que también ofrecen muchos beneficios para la sociedad. Entre ellos, regular los peligros de eventos extremos (inundaciones o incendios, por ejemplo), regular la cantidad y la calidad de agua dulce (hacen de depósitos de agua y tienen capacidad de depuración), regular el clima (a partir del almacenamiento de carbono, entre otros), proteger y mejorar la biodiversidad, favorecer la polinización, mejorar especies.

Los resultados del “PONDERFUL”, que se basan en el estudio de más de 1.900 estanques y 16 puestos de demostración en diferentes países, se han recopilado en varios documentos y recursos destinados a los responsables políticos ya los gestores con el objetivo de implementar los estanques como SBN. Por un lado, estos documentos incluyen una guía técnica con las mejores prácticas para la gestión y restauración de lagos, una herramienta de decisión interactiva para gestionar y restaurar estanques, una guía de financiación e inversión sostenibles y una guía para responsables políticos sobre el uso de estanques como SBN, además de las regiones en las que se encuentran en los paisajes y en las que se indican las paisajes y sus paisajes. Por otro lado, en el marco de este proyecto se ha creado el concepto de lagos CLIMA, un prototipo de estaño ideal diseñado específicamente como SBN para abordar los retos del cambio climático en paisajes naturales, rurales y urbanos.

El proyecto “PONDERFUL” (POND Ecosystems for Resilient Future Landscapes in a changing cimate), financiado por el programa Horizon 2020 de la Unión Europea, se ha desarrollado entre los años 2020 y 2024 entre 18 universidades e instituciones de Alemania, Bélgica, Suiza, Reino Unido, Turín un presupuesto de casi 7 millones de euros.