Los clubes de lectura de Vícar celebran un encuentro para preparar nuevos proyectos

Los asistentes compartieron experiencias y gustos literarios

Vícar, 22 de noviembre de 2024:  Desde que en octubre de 2003 se constituyera  en Vícar el primer Club de Lectura,  la evolución de esta  iniciativa nacida para fomentar el noble arte de la lectura, no ha dejado de crecer y dar sus frutos. En estos algo más de veinte años el número de estos grupos de debate en torno a los libros supera ya la veintena,  aglutinado en torno a ellos a decena de lectores y completando el compartir  la lectura conjunta de los mismos libros con otras actividades como charlas con autores, rutas literarias, proyecciones audiovisuales o noches temáticas. Precisamente para hablar sobre estos temas se celebró ayer por la tarde en el hall del Teatro un encuentro entre clubes de lectura de adultos de Vícar, bajo el nombre de “Dulce Noviembre”. Una charla dirigida por el Club José Saramago, el más veterano de los vicarios, en la que los asistentes compartieron experiencias, gustos literarios, charla y proyectos para futuros encuentros.

 

Como ha destacado en otras ocasiones el alcalde de Vícar, Antonio Bonilla, ”resulta evidente que nuestros  clubes de lectura se han consolidado como una de sus actividades permanentes  de las bibliotecas vicarias,  donde estos  grupos de personas  se reúnen en torno a la lectura, comparten, debaten y participan en actividades que complementan el placer y disfrute de leer”. Unas citas semanales o quincenales, o como la de ayer con un carácter extraordinario, en las que se acuerda la cantidad a leer en los días posteriores, y es ese trozo solamente el que se comenta en la siguiente reunión donde se debate sobre lo que se ha leído en casa: el estilo literario, la acción misma, los personajes, en las que es bastante frecuente derivar desde el libro a las experiencias personales de los miembros del club.

 

La gran aceptación que tienen los clubes de lectura, se debe a que reúnen dos grandes alicientes, por un lado,  la lectura personal e íntima y  por otro, la posibilidad de compartir esa lectura con otras personas.  “El reto que nos propusimos con la creación de estos espacios de debate, de creación, de socialización, y de crecimiento, se ha ido incrementando temporada tras temporada”, explica  Antonio Bonilla, satisfecho de que se haya conseguido cubrir con creces las expectativas previstas.   

 

 

 

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