Laura Pascual: “La creación del Colegio de Criminología transforma el presente y el futuro de la profesión”

La presidenta de la Asociación Andaluza de Criminología y profesora en la Universidad Loyola, Laura Pascual Velázquez, ha sido una de las impulsoras clave del recién aprobado Colegio Oficial de Criminología de Andalucía, un hito que abre nuevas oportunidades para la profesión.

El reconocimiento profesional de la Criminología ha dado un paso histórico con la aprobación del Colegio Oficial de Criminología de Andalucía. Una reivindicación largamente esperada que se materializa gracias al trabajo constante de profesionales, asociaciones y universidades comprometidas.

Laura Pascual Velázquez, presidenta de la Asociación Andaluza de Criminología y profesora del Grado en Criminología en la Universidad Loyola, ha sido una de las principales impulsoras de esta conquista institucional. En esta entrevista reflexiona sobre el proceso, los retos superados y las nuevas oportunidades que se abren para el presente y futuro de la profesión, así como el valor de una formación universitaria rigurosa, conectada con la realidad y orientada a la empleabilidad.

Pregunta (P): ¿Qué supone para ti y para el colectivo la creación del Colegio Oficial de Criminología de Andalucía?

Respuesta (R): Estamos en un momento de celebración para la criminología andaluza. La creación del Colegio Oficial de Criminología de Andalucía supone un paso imprescindible en el camino hacia el reconocimiento pleno de la profesión, algo que venimos demandando desde ANDACRIM desde hace más de diez años. La aprobación de esta ley pone en el discurso político a la criminología, haciendo que tanto la Junta de Andalucía como los diferentes grupos parlamentarios comiencen a entender todo lo que podemos hacer y se puedan dar cambios fundamentales que rompan con las barreras a las que nos hemos venido enfrentando hasta ahora.

“La creación del Colegio es el comienzo de un cambio profundo en el reconocimiento y la empleabilidad de la criminología.”

(P): ¿Qué cambios prácticos y simbólicos traerá este colegio para los profesionales de la Criminología?

(R): Para empezar, que gracias al propio proceso de creación se está hablando de la criminología con propiedad. Hasta ahora ha sido impensable escuchar a medios de comunicación, a cargos públicos y a partidos políticos hablar de la criminología y de sus funciones correctamente, entendiendo la magnitud del impacto positivo que puede tener para la sociedad nuestra incorporación real al mercado laboral.

Por otra parte, contar con un colegio oficial supone tener una corporación de derecho público que represente y defienda los derechos y necesidades de nuestro colectivo profesional, que proteja los intereses de las personas consumidoras y usuarias, evitando la mala praxis, y que se encargue de denunciar situaciones de intrusismo.

También supone abrir nuevas vías de reivindicación. Se ha conseguido que la Consejería de Justicia, Administración Local y Función Pública asuma públicamente el compromiso de incorporar la criminología a la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) de la Junta de Andalucía, lo que es indispensable para que empiecen a salir puestos específicos para criminólogas y criminólogos, un hito del que me siento especialmente orgullosa.

Por último, la creación del Colegio Oficial lleva a Andalucía a ser la séptima comunidad autónoma con colegio profesional. Esto permite presionar al Gobierno de España y al Congreso para que se regule nuestra profesión a nivel nacional.

(P): Desde tu liderazgo en la Asociación, ¿qué papel ha tenido esta entidad en el impulso del Colegio?

(R): La Asociación Andaluza de Criminología ha sido quien ha impulsado la creación del colegio profesional desde 2015, así que el papel ha sido fundamental. Ha sido un camino largo y lleno de obstáculos, pero no hemos dejado de dar a conocer nuestra profesión, romper estereotipos y luchar por mejorar la situación de profesionales y estudiantes de Criminología.

Este camino comenzó bajo la presidencia de María Contreras, lo continuó Manuel Fanega y desde la actual junta directiva le hemos dado el impulso final. Ha merecido la pena.

“La sociedad necesita saber que los y las criminólogas somos claves para prevenir la delincuencia y mejorar la seguridad.”

(P): ¿Cómo ha sido la colaboración con otros colectivos, universidades y agentes implicados en este proceso?

(R): Uno de los aspectos más positivos ha sido precisamente ese. Hemos contado con el apoyo incondicional de otros colegios profesionales y asociaciones. También las universidades han sido claves, siempre dispuestas a facilitar información y colaborar.

En mi experiencia como presidenta, destaco que tanto la Junta de Andalucía como los grupos parlamentarios han comprendido la importancia de esta ley para el futuro de la criminología. Fue emocionante ver cómo se aprobaba por unanimidad en el Parlamento.

(P): ¿Qué dificultades habéis superado y qué aprendizajes destacas de este camino?

(R): Las principales barreras han sido la lentitud burocrática y el desconocimiento general sobre qué es la criminología y lo que podemos aportar. Nadie entendía que podíamos intervenir en educación, en atención a víctimas o en evaluación de políticas públicas.

El mayor aprendizaje es la necesidad de divulgación a todos los niveles: medios, instituciones, la vida cotidiana… La sociedad necesita saber que los y las criminólogas estamos formados para mejorar la seguridad y pacificación social, y que nuestra incorporación en equipos multidisciplinares puede hacer más efectiva la respuesta institucional.

(P): Como profesora en la Universidad Loyola, ¿cómo valoras la importancia de la formación universitaria para el desarrollo y reconocimiento de la Criminología?
Una buena formación universitaria es fundamental. Las universidades deben actualizarse constantemente y adaptar sus planes a las necesidades sociales actuales. No podemos seguir formando para el siglo XX.

(R): Necesitamos un grado que forme en la aplicación práctica, que esté conectado con la realidad y que tenga al criminólogo como eje principal, utilizando los saberes jurídicos o psicológicos como herramientas, no como fines.

“El Grado en Criminología de Loyola se adapta a la realidad profesional y promueve una formación con impacto social.”

(P): ¿Qué aporta el Grado en Criminología de Loyola a la formación de futuros profesionales?

(R): Para mí, tiene tres grandes fortalezas:

  • Su rápida adaptación a los cambios del mercado, en áreas clave como el compliance o las migraciones.
  • La formación en ética profesional y humanismo.
  • La apertura constante a la mejora, basada en la escucha activa al alumnado y al sector.

(P): ¿Qué mensaje enviarías a quienes están considerando estudiar Criminología o iniciar su carrera en este ámbito?

(R): Les diría: enhorabuena, habéis elegido la profesión más maravillosa del mundo. Es una disciplina que permite entender el delito y contribuir a una sociedad más justa y segura. Es un campo donde nunca dejas de aprender, investigar y crecer.

Aquí, tu trabajo tiene impacto: puedes influir en políticas, apoyar a víctimas, y promover la pacificación social desde una mirada crítica, ética y comprometida. Hay mucho por hacer, y eso también significa muchas oportunidades. Quienes se formen bien y actúen con ética encontrarán un campo en expansión y con un enorme potencial para dejar huella.