[LARPSICO] Impactos de la digitalización y de la Inteligencia Artificial en la salud mental laboral, ejes principales del nuevo Boletín del LARPSICO

En este último cuatrimestre del año, el Laboratorio-Observatorio de Riesgos de Psicosociales de la Junta de Andalucía (LARPSICO), lanza su tercer boletín del 2024 al objeto de informar y concienciar de las principales novedades que, en materia de gestión de riesgos psicosociales en el entorno de trabajo, han tenido lugar en estos meses previos a su publicación. En esta ocasión, bajo el título ‘Evolución digital e impacto en la salud mental de las personas trabajadoras’ (pdf), el último boletín del año ha querido recoger de forma principal, que no exclusiva, aquellas novedades más relevantes en lo que concierne al impacto de la transformación digital de nuestro tiempo en la organización y gestión del trabajo y, en consecuencia, su incidencia en la prevención de riesgos psicosociales en los entornos laborales y en la promoción del bienestar y la salud mental en su seno. Sabido es que buena parte del progreso de una sociedad y de una economía se mide por su capacidad de innovación tecnológica, aunque realmente su nivel real de civilización y desarrollo está en su modelo de ordenar y garantizar que esas innovaciones sirvan para mejorar de verdad el nivel de bienestar de la gran mayoría de la población, no solo para incrementar de forma exponencial las tasas de beneficios de una minoría.

Sin duda, los avances tecnológicos en el modelo dominante de la economía de nuestro tiempo, la “economía de los datos” y el “gobierno de los números” no paran de crecer y proyectarse en ámbitos impensables, también de la gestión laboral. Sería el caso del tan inquietante como fascinante campo de los “neuro-datos” laborales (sistemas extractivos de informaciones sobre los procesos inconscientes de las personas que condicionan su conducta en la prestación de servicios a fin de predecirlos precozmente, antes de que se produzcan sus actos, prometiendo su uso para la prevención de riesgos y mejoras de los estados de salud, no solo mejoras productivas).  No sorprende, pues, ante tal potencialidad de uso positivo, pero también de alarmantes riesgos, el profesor Molina, director del LARPSICO, dedique su habitual Editorial a este tema: la “Inteligencia Artificial -IA- neuro-derechos y salud mental en los entornos de trabajo”.

El análisis muestra cómo los avances en los sistemas de IA no solo se postulan como fuente de factores de riesgos psicosociales (visión reactiva y negativa), sino también como potenciales “factores creativos” de oportunidades de mejora de la salud mental, si se acompañan de las adecuadas condiciones de uso. Dentro de estos avances, destacan las denominadas “neuro-tecnologías”, dada su potencialidad para gestionar el estrés y promover así el bienestar y salud mental de las personas trabajadoras, pudiendo incluso contribuir a mejorar en el rendimiento individual y colectivo. Sin embargo, la utilización de estas tecnologías neurológicas deriva en el riesgo de “colonización mental” de todas las personas, especialmente las trabajadoras, que han llevado a la elaboración de nuevos “neuro-derechos” al objeto de proteger la integridad e indemnidad mental frente a estos avances.

En este escenario, apuntado o esbozado por el profesor Molina, adquiere una muy singular relevancia el análisis elegido en esta ocasión para la sección ‘Artículo científico-técnico‘. En ella se ofrece un magnífico estudio sobre el nuevo Reglamento de Inteligencia Artificial (RIA) y su impacto en la prevención de riesgos laborales. Bajo el título ‘¿Cómo influye en la gestión de la salud laboral el nuevo Reglamento de Inteligencia Artificial (RIA)?‘, la profesora Ana Belén Muñoz Ruiz, reconocida especialista en la materia y una de las colaboradoras externas más habituales y de mayor prestigio del LARPSICO, señala cómo esta norma comunitaria, de directa aplicación en España, ha supuesto un hito en el ámbito laboral. Este nuevo reglamento introduce prohibiciones respecto a ciertos sistemas de IA y deberes de diligencia para las empresas y entidades públicas que empleen sistemas de Inteligencia Artificial de alto riesgo. No obstante, resulta esencial realizar un mayor desarrollo de la normativa IA que clarifique cómo afecta esta nueva normativa comunitaria a las empresas en la prevención de riesgos laborales.

No finalizará aquí la atención al impacto de la intensa digitalización de la economía y del trabajo en la gestión de los factores de riesgo psicosocial y en la promoción de la salud mental de las personas trabajadoras, como veremos en la sección “Observatorio europeo e internacional”. Pero antes, en la sección dedicada por el Boletín a la ‘Actualidad Preventiva‘ más general en materia de prevención de riesgos psicosociales, en este número se aborda los beneficios de las empresas cuando muestran diligencia en el protocolo de gestión de acoso en el trabajo y que se traduce en la liberación o exención de cualquier grado de responsabilidad en tales situaciones. Asimismo, el equipo habitual de personas de investigación y difusión colaboradoras internas del LARPSICO (Ana Hueso Moral, María Marta Martínez Jiménez y Francisco Manuel Extremera Méndez), tratan, a partir de un caso real hoy en el primer plano de la atención mediática (MERCASA), la importancia de una moderada carga de trabajo para una gestión eficaz de la prevención de riesgos psicosociales, evitando, de esta manera, consecuencias muy negativas para la salud de las personas trabajadoras, incluida la prevención de eventuales suicidios.

La sección dedicada al ‘Observatorio Internacional‘ en materia de prevención de riesgos psicosociales en el trabajo da cuenta de la muy reciente publicación de la Directiva UE/2024/2831 y qué aspectos clave introduce en materia de riesgos psicosociales en las actividades profesionales desarrolladas en plataformas digitales. Ya se advirtió que se iba a dedicar atención a otros aspectos de la interacción era digital-salud en el trabajo.

En líneas generales, se pone de relieve cómo esta norma aborda, entre los muchos desafíos que afectan al trabajo en plataformas (situación laboral, gestión algorítmica, transparencia cumplimiento y negociación colectiva, entre otros), la cuestión de la seguridad y salud en estos entornos de trabajo “digitalizados”. Concretamente, su artículo 12 introduce una serie de obligaciones para el desempeño de esta actividad basadas en garantizar la seguridad a través de la evaluación de los sistemas automatizados o la no utilización de sistemas automatizados de seguimiento y toma de decisiones de manera que ejerza una presión indebida sobre las personas trabajadoras de la plataforma o ponga en riesgo su salud física y mental, entre otras. De este modo la norma europea obliga a las plataformas a actuar de forma proactiva en la prevención de riesgos psicosociales.

En la penúltima sección del Boletín, dedicada a la exposición de algunas ‘Buenas Prácticas’ en la gestión de los riesgos laborales derivados del trabajo, se expone la iniciativa de la empresa Microsoft al integrar el programa ‘Microsoft Cares’, que incluye acceso a servicios de apoyo emocional, terapias psicológicas y programas de bienestar que abarcan tanto la salud física como mental. Asimismo, la empresa reconoce que se ha aumentado la productividad, por la mayor creatividad e iniciativa hacia nuevos proyectos. No hay duda de lo positivo que resulta que Microsoft asuma la importancia de esta cuestión y se haya propuesto promover una cultura de entorno digital saludable. Con ello parece querer evitar la pérdida de reputación que supuso el que sobre ella se cerniera, hace unos años, ciertas “sombras de cultura tóxica” (como se expone en el análisis realizado, en ese tiempo parecía primar más proteger a los altos cargos que frenar malas praxis de gestión contrarias al bienestar psicosocial de las personas empleadas). De ahí nace el interés de mostrar la evolución de las políticas de bienestar psicosocial por parte de las empresas, si bien, como también se indica en el análisis realizado, la prevalencia que pone en el aspecto de gestión individual debería complementarse, para su mayor eficacia, con un enfoque de gestión organizacional en clave de promoción de los factores psicosociales asociados a las condiciones de trabajo y entorno laboral, para evitar que deriven en factores de riesgo.