El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) de Uruguay ha anunciado que no cumplirá con el Pilar 3 de la Regla Fiscal para el año 2024.
Este anuncio ha llevado a una decisión nefasta para el bolsillo de los hijos y nietos de los Uruguayos: la ampliación del tope de endeudamiento del Gobierno Central en un 30%, elevando el límite de USD 2.300 millones a USD 2.990 millones.
Esta medida se fundamenta en el artículo 699 de la Ley N° 19.924, que permite un incremento bajo condiciones de desaceleración económica, cambios significativos en precios relativos, o situaciones de emergencia.
El contexto detrás de esta decisión incluye una disminución inesperada de los ingresos tributarios debido a la caída de los precios de las materias primas lo que ha alterado significativamente los índices inflacionarios y las expectativas fiscales del país.
Esta medida de expansión del endeudamiento público merece un escrutinio severo.
Endeudamiento
Los niveles de endeudamiento tan altos son gracias a la negativa del presidente Lacalle Pou de achicar al Estado, a diferencia de Milei.
La intervención del gobierno en la economía, particularmente a través del endeudamiento, solo aplaza problemas y no resuelve las causas subyacentes de las crisis económicas, la deuda es como el doping en el deporte.
La ampliación del tope de endeudamiento es una manipulación del mercado para mantener niveles de gasto que no corresponden a la realidad económica actual. No es lo sano, y lo van a pagar nuestros hijos y nietos.
Ademas, la decisión de seguir aumentando la deuda podría crear una expectativa de que el gobierno siempre intervendrá en momentos de crisis, fomentando lo que se conoce como «riesgo moral» (moral hazard).
Esto puede llevar a una gestión fiscal más laxa por parte del gobierno, sabiendo que hay mecanismos para ampliar el endeudamiento.