La XIII Jornada Ambiental propone «reformular el capitalismo» para impedir el desastre climático

La XIII Jornada Ambiental propone «reformular el capitalismo» para impedir el desastre climático

Noticia
|
Divulgación
|
Sostenibilidad
(05/06/2025)

La Universidad de Barcelona volvió a acoger la Jornada Ambiental que organiza junto a Família Torres y el meteorólogo Tomàs Molina, doctor en Comunicación y profesor asociado en el Departamento de Física Aplicada de la UB. En esta decimotercera edición, celebrada el miércoles 4 de junio, se propuso debatir sobre justicia ambiental y repensar el capitalismo para evitar el colapso, replanteando el modelo económico global y proponiendo acciones urgentes. Las ideas expuestas, tanto por activistas como por expertos, mostraron algunas herramientas de las que disponemos para detener una crisis sin precedentes.

Noticia
|
Divulgación
|
Sostenibilidad
05/06/2025

La Universidad de Barcelona volvió a acoger la Jornada Ambiental que organiza junto a Família Torres y el meteorólogo Tomàs Molina, doctor en Comunicación y profesor asociado en el Departamento de Física Aplicada de la UB. En esta decimotercera edición, celebrada el miércoles 4 de junio, se propuso debatir sobre justicia ambiental y repensar el capitalismo para evitar el colapso, replanteando el modelo económico global y proponiendo acciones urgentes. Las ideas expuestas, tanto por activistas como por expertos, mostraron algunas herramientas de las que disponemos para detener una crisis sin precedentes.

Una «cita obligada» en la que el ámbito universitario y la sociedad se encuentran en un debate imprescindible

El rector de la UB, Joan Guàrdia, ha abierto esta «cita obligada» en un momento en el que «la ciencia es discutida y negada», una situación que agrava aún más el problema. Tomàs Molina, conductor de la jornada, destacó su «debate social», en el que el mundo académico «ve el punto de vista de la sociedad» en conceptos como justicia y repensar el capitalismo. El presidente de Família Torres, Miguel A. Torres, insistió en la necesidad de «seguir luchando», aun reconociendo que «es difícil» porque los responsables políticos «no nos escuchan». El petróleo «todavía está subvencionado», se consumen ingentes cantidades de este recurso cada día y los plásticos continúan omnipresentes. «Me preocupan las próximas generaciones», comentó. «¿Qué mundo dejaremos? Deberíamos haber sido más radicales».

La desigualdad y la violencia estructural son la base de la crisis

David Lizoain, director general de Análisis y Prospectiva Económica de la Generalitat de Cataluña y autor del libro Crimen climático, inauguró las ponencias hablando del carácter estructural de la violencia. El orden post-Segunda Guerra Mundial «basaba el desarrollo en los combustibles fósiles», y las desigualdades y la inestabilidad —hambre, guerra, peste y muerte, «los cuatro jinetes del apocalipsis»— son ahora «causa y consecuencia» de una la crisis climática en la que «los principales responsables son quienes menos sufren las consecuencias, y quienes menos responsabilidad tienen en ella son quienes más la sufren». Pero, en el momento actual, en que los costes económicos de la crisis climàtica la hacen inasumible, existe la oportunidad de crear una gran coalición entre los ciudadanos, las grandes empresas y los estados. «Un orden sostenible», resumió, «solo puede construirse sobre la descarbonización».

En la misma línea, el biólogo y antropólogo Miguel Pajares recordó que hay 304 millones de migrantes en el mundo y que esto no incluye a los desplazados internos. Aunque el número no crece alarmantemente, sí lo hace la proporción de refugiados, y ya son uno de cada seis. Esto pese a que, como apuntó, los desplazamientos causados por los desastres climáticos «no se consideran forzados» y no entran en esta categoría. Todo ello es responsabilidad de los países que emiten más gases de efecto invernadero, que llevan cuarenta años conociendo la situación y han tomado pocas medidas al respecto. Así pues, concluyó, estas «víctimas de la inacción de los gobiernos» deberían ser consideradas refugiadas y protegidas, ya que las causas de su migración «son claramente políticas».

La crisis climática vista desde la ley y los tribunales

La catedrática de Derecho Internacional Público de la UB y especialista en derecho comunitario del medio ambiente Mar Campins introdujo la óptica legal definiendo la «justicia climática». Esta se fundamenta en las justicias distributiva —repartir cargas y beneficios— y procesal —democratizando la toma de decisiones—, y también en el reconocimiento y respeto de las culturas y perspectivas del mundo. Estos criterios, presentes en el Acuerdo de París, son claves para paliar los efectos del cambio climático que sufren quienes menos responsabilidad tienen en él y, precisamente, para determinar dichas responsabilidades. Sin embargo, es necesario desarrollar más esta herramienta para hacerla realmente efectiva. El experto en derecho ambiental internacional Francesco Sindico, por su parte, profundizó en la cuestión. El «tecnocapitalismo sin normas» nos lleva al colapso, y los tribunales pueden actuar frente a empresas que contribuyen al cambio climático. Hay ejemplos de éxito, al menos parcial: se pueden frenar empresas y proyectos intensivos en emisiones, y «la sociedad civil está utilizando los tribunales de forma estratégica» en este sentido. Que los jueces vayan contra políticas de gobiernos democráticos puede ser delicado, pero es necesario hacerlo cuando «abusan de su poder». Así pues, la ley puede frenar los efectos negativos del capitalismo y el cambio climático, pero el cambio global es un proyecto social y político en el que los tribunales solo pueden ayudar y «ganar tiempo».

¿Cómo debería cambiar la economía global?

Jordi Roca, catedrático de Economía de la UB y especialista en economía ecológica, defendió un cambio de paradigma para frenar la deriva actual, repensando indicadores de riqueza como el PIB y centrándonos en analizar las condiciones de vida de las personas y el respeto por el planeta. Por su parte, Raimon Puigjaner, consejero delegado de R4S y presidente de B Lab Spain, apostó por nuevos modelos empresariales que incluyan la sostenibilidad, un valor que puede «impulsar la innovación y generar nuevas oportunidades de negocio», y que vinculen la prosperidad con la salud del planeta. La concentración de la riqueza y el aumento de las desigualdades, indicó, tienen consecuencias terribles para el desarrollo sostenible y la cohesión social, pero esto son «argumentos morales» con menor fuerza a la hora de impulsar a los agentes económicos, en vez de «integrar los riesgos y oportunidades de la sostenibilidad», teniendo en cuenta los valores de los consumidores y la presión que pueden ejercer sobre empresas e inversores.

El concepto de justicia social y climática, un elemento central para el futuro

​​​​​​​La XIII Jornada Ambiental se cerró con una mesa redonda sobre los conceptos de justicia social y climática, en la que intervinieron Clàudia Custodio (Observatorio de la Deuda en la Globalización), Xavier López (Fundación Solidaridad UB), Dolors Camats (Fundación Catalunya Europa) y Carlos García Paret (Greenpeace). Entre los puntos en los que hubo más acuerdo destacan la identificación de los responsables de la crisis para que compensen a los más perjudicados, la autonomía de las comunidades para decidir libremente sobre la gestión de los recursos, el papel de la justicia al servicio de la gobernanza democrática para evitar las desigualdades y la necesidad de redirigir las subvenciones públicas nocivas para el medio ambiente a usos más sostenibles.

​​​​​​​La clausura del acto, al que asistieron más de un centenar de personas y se pudo seguir en directo a través del canal de YouTube de la UB, fue a cargo del vicerrector adjunto al rector Ernest Abadal, acompañado de Miguel A. Torres y Tomàs Molina.