Baluarte ha acogido esta tarde el segundo acto público de reconocimiento y reparación de víctimas, 41 personas reconocidas en el año 2024, al amparo de la Ley Foral 19/2019, que aborda el contexto victimológico relativo a acciones violentas con motivación política de funcionarios públicos y grupos de extrema derecha. La vicepresidenta segunda del Gobierno de Navarra y consejera de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskera, Ana Ollo ha destacado en su intervención “el fortalecimiento de la democracia, la paz y la convivencia que supone la consolidación de los avances en el reconocimiento y el compromiso integral con todas las víctimas desde la deslegitimación de toda violencia”. Desde el ámbito de las víctimas reconocidas en esta ocasión ha tomado la palabra Alberto Goñi, mientras que el presidente de la Comisión de Reconocimiento y Reparación – a su vez director general de Memoria y Convivencia- Martín Zabalza ha puesto en valor el trabajo de dicha Comisión.
En el acto han participado, además de las víctimas acompañadas de familiares y su entorno más cercano, los miembros de la Comisión de Reconocimiento y Reparación que están tratando los distintos expedientes y solicitudes de personas que han padecido la violencia de motivación política. También han estado presentes representantes de distintas instituciones de Navarra (miembros del Ejecutivo, del Parlamento Foral, la FNMyC, ayuntamientos, Defensor del Pueblo, universidades, sindicatos…) así como asociaciones vinculadas al ámbito de los derechos humanos. El acto ha contado con el acompañamiento musical de Dansseria y de la actuación del grupo Enklabe Dantza.
Compromiso con todas las víctimas sin equiparaciones ni diluciones
La vicepresidenta Ana Ollo ha puesto en valor los avances realizados por la sociedad navarra y este Gobierno en las últimas legislaturas en materia de políticas públicas de memoria y convivencia y ha apostado por seguir con “paso firme y decidido en ese camino que todavía tiene etapas por recorrer”. “Reafirmar la radical deslegitimación política y social de la cultura de la violencia como estrategia de acción política; preservar y reforzar el pluralismo de Navarra; y velar por la protección efectiva de los derechos de todos y todas –especialmente de las víctimas y los sectores más vulnerables- son los ejes del II Plan de Convivencia en el que estamos trabajando, como un contrato social entre diferentes al que aspiramos. Un futuro que se sustenta sobre tres grandes y sólidos pilares: la dignidad de las personas, la deslegitimación radical de la sinrazón de la violencia y la protección y garantía efectiva de los derechos humanos”, ha recalcado.
Ollo ha enmarcado en este “horizonte” el acto de hoy, “un acto de reconocimiento y reparación a las personas que sufristeis en el pasado un daño y una violencia ilegítima e injustificable: violencia, tortura, malos tratos, atentados… Desde el Gobierno de Navarra pedimos perdón en nombre de las instituciones por ese daño impropio e ilegítimo que os causaron en el pasado para que, desde el presente, se pueda construir una sociedad verdaderamente democrática y en paz. Porque este acto –ha añadido- debe de servir para construir un relato que deslegitime toda violencia, también la que vosotros y vosotras sufristeis, y permita avanzar en una sociedad en paz”.
La también consejera de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskera -que ha subrayado que en el caso de las mujeres que han sufrido malos tratos y tortura, “la violencia también tiene un sesgo de género”- ha realizado una apuesta por “el dialogo, la escucha, el entendimiento, las ideas diferentes. Porque la posición contra cualquier conculcación de los derechos humanos tiene que ser netamente democrática”. En esta línea, Ollo ha reivindicado el papel de la memoria, ya que “no se puede avanzar desde el olvido o la invisibilización de ninguna víctima, así como nuestro compromiso, el del Gobierno, con todas las víctimas, cada cual en su contexto victimológico, sin diluciones ni equiparaciones. Como sociedad – ha agregado-, podemos tener ideas diferentes, proyectos distintos y hasta contrapuestos, pero nunca nadie debió -no debe- rebasar el límite de la dignidad de las personas. Desde el doble compromiso con las víctimas y con la sociedad en su conjunto, queremos trasladar hoy aquí el mensaje de nunca más”.
“La democracia no permite atajos. La violencia y la vulneración de los derechos humanos nunca está justificada. Ni para conseguir la democracia ni para, supuestamente, defenderla. Nunca para nadie en ningún lugar”, ha incidido la vicepresidenta Ollo. Asimismo, ha querido incidir en la importancia de una “memoria crítica que sirve para evitar repeticiones de errores individuales y colectivos. Y reconocer –también por parte de las instituciones- lo que nunca debió pasar ni hacerse”. A modo de conclusión, ha hecho un llamamiento para que, en “tiempos revueltos llenos de negacionismos e involucionismos” como los que vive hoy el mundo, la sociedad navarra se aferre a “los principios y la ética” y a “defender la democracia, una democracia quizá incompleta pero que ha costado mucho conseguir”.
El valor de la labor de la Comisión de Reconocimiento
El director general de Memoria y Convivencia, Martín Zabalza, ha intervenido también en calidad de presidente de la Comisión de Reconocimiento y Reparación. Además de poner en valor a la propia Comisión y sus integrantes, ha destacado su alineamiento con otras comisiones de la verdad. “Podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que tanto el encaje legal de nuestras actuaciones, como la metodología empleada por esta Comisión, están perfectamente homologadas y alineadas con las recomendaciones internacionales y con las interpretaciones de prestigiosos expertos en la materia”, ha asegurado, para subrayar luego la importancia de “este periodo de construcción de un ecosistema navarro de convivencia democrática sin exclusión de ningún actor representativo de la ciudadanía”. Como es sabido, y así lo explicó Zabalza en el informe anual ante el Parlamento, el Gobierno de Navarra ha reconocido a 41 personas (entre ellas las 12 que fueron objeto de un acto de reconocimiento inicial en mayo de 2024) como víctimas de este tipo de violencia, tras los preceptivos informes de la Comisión, que trabaja en otros 78 expedientes, al ser un proceso que continúa abierto.
La tipología de los casos admitidos y reconocidos recoge distintas situaciones. Así, seis de ellos tuvieron un resultado de muerte, a los que hay que sumar personas heridas y otras que han padecido daños físicos y psíquicos, en distintas situaciones y momentos. Otras 16 víctimas fueron detenidas y sufrieron “malos tratos/tortura”, según el informe. Otras dos víctimas sufrieron “daños físicos y materiales” en otras situaciones; seis víctimas sufrieron “daños psicológicos” y 11 víctimas sufrieron “daños físicos”, causados por uso de material antidisturbios, arma de fuego y otro tipo de violencias. Por género, el 83% son hombres y hay siete mujeres.
Se trata de víctimas de un espectro social y político amplio, que -desde un punto de vista cronológico- están repartidas en tres grandes periodos. El 36% se refiere a los años 60 y 70; un 27%, al periodo que va desde 1980 a los años 90; y el otro 37%, a una época más reciente, partir del año 2000. La mayoría de los casos están relacionados con violencia ejercida por funcionarios públicos de cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, aunque también hay varios producidos por actos reivindicados por la extrema derecha.
Cultivar el dialogo, la escucha, el entendimiento
Una de ellas, Alberto Goñi, víctima de tortura y malos tratos, partiendo desde su experiencia personal, pero trascendiendo a ella, ha repasado momentos, situaciones y causas de las violencias de motivación política en este contexto victimológico para defender la idea de avanzar sin olvidar y en clave de “convivencia, escucha y diálogo”. “Llenemos las trincheras de tierra nueva, fértil, hagamos de los campos de batalla, campos de siembra, en donde cultivar el dialogo, la escucha, el entendimiento, las ideas diferentes, las contradicciones, en donde alimentar de vida a una nueva humanidad, que nos reclama a gritos que quieren un nuevo tipo de sociedad. Donde nos encontremos en el corazón del otro, y no solo en sus ideas”, ha reflexionado. “Una sociedad que pueda cometer sus errores y no de nuevo los nuestros. Ojalá todo esto sea el inicio, sea otro punto de inflexión y de sanación que tanto necesitamos. Las generaciones venideras nos lo reclaman. Las generaciones pasadas, nos miran y nos animan”, ha concluido.
Una apuesta integral por el reconocimiento de todas las víctimas
Con este acto el Gobierno de Navarra, desde una “visión integral de la memoria”, avanza en el reconocimiento y reparación de todas las víctimas, dentro de su línea de trabajo global y coherente por la convivencia y la memoria democrática y en la construcción de una sociedad en paz. En este sentido, además de estas víctimas de la violencia de motivación política y con otros 78 expedientes en curso, el Ejecutivo ya venía aplicando tanto la Ley Foral 9/2010, de 28 de abril, de Ayuda a las víctimas del Terrorismo (que se prevé superar este año con una nueva ley más integral y actualizada), como la Ley Foral 33/2013, de 26 de noviembre, de reconocimiento y reparación moral de las ciudadanas y ciudadanos navarros asesinados y víctimas de la represión a raíz del golpe militar de 1936. Todo ello con un firme compromiso hacia todas las víctimas -en sus respectivos contextos victimológicos- y desde la deslegitimación de toda violencia y vulneraciones de los derechos humanos.