La Escuela Técnica Superior de Arquitectura y la Cátedra Idea de Nuevas Longevidades de la Universidad de Navarra han llevado a cabo el taller Aesthetics of Care: Improving Older Adults Environments through a Multidisciplinary Approach (en español «Estética del cuidado: mejorando los entornos de las personas mayores a través de un enfoque multidisciplinar»). En el encuentro, celebrado el 8 de noviembre, diferentes profesionales han explorado cómo la estética y el diseño pueden mejorar los entornos de cuidado para las personas mayores.
Expertos de instituciones como Harvard University, la Universidad de Sevilla y la Universidad de Navarra han participado por la mañana en sesiones teóricas sobre temas como el valor de la estética del cuidado, el diseño de las residencias de ancianos, de unidades de cuidados paliativos, así como el diseño inclusivo con los mayores o enfermos en todos los ámbitos de la sociedad.
La jornada también ha contado con expertos en la práctica en la atención sanitaria que han contado su experiencia. Por la tarde, se ha realizado una dinámica de Diseño de Servicios que ha ayudado a integrar las diferentes disciplinas en la realización de proyectos comunes destinados a mejorar el día a día de las personas mayores.
“Este laboratorio es el cierre de un proyecto de investigación de Diseño de Servicios centrado en el cuidado de personas mayores. Creemos que el diseño puede facilitar la conversación interdisciplinar y ayudar a aterrizar en estrategias prácticas el valor que aportan perspectivas muy diversas”, explica Javier Antón, profesor del Grado en Diseño de la Universidad de Navarra, investigador principal del proyecto de investigación y director del evento.
Inspirado en los estudios de la filósofa Yuriko Saito, este taller busca promover el valor de la estética en los ambientes de cuidado con el fin de enriquecer la vida cotidiana a través de pequeños gestos. Raquel Cascales, profesora de la Universidad de Navarra y coorganizadora del taller, asegura que cuando se habla de cuidado es frecuente tener en cuenta la dimensión ética, pero en la mayoría de los casos se obvia la dimensión estética. “Atender a la forma en la que se cuida, en la que se establecen las relaciones humanas, así como a la interacción con los espacios y objetos es crucial para mejorar la experiencia, el bienestar y la dignidad de las personas», afirma.