El salón de actos de Periodismo acoge durante toda la jornada de hoy 31 de enero una reunión de carácter nacional promovida por la Asociación de Psicólogos y Profesionales de la Alta Sensibilidad (PAS España), entidad que promueve el conocimiento y la investigación sobre este rasgo de la personalidad atribuible al 20-30% de la población. La Universidad de La Laguna ha actuado como anfitriona de este evento, a través del Departamento de Psicología Clínica, Psicobiología y Metodología, y más concretamente mediante el profesor Moisés Betancort, organizador de la sesión.

Manuela Pérez, presidenta PAS España, señaló en el acto de inauguración que esta cita, que también acogerá la entrega de los premios nacionales otorgados por la asociación, refleja el compromiso de la comunidad académica dedicada a la visibilidad de esta materia, en la que este centro académico ha demostrado un especial liderazgo a través del proyecto europeo Emotion, a cargo de Betancor.

La alta sensibilidad fue descrita por la investigadora Elaine Aaron caracterizando a este tipo de personas por contar con un procesamiento de la información profundo y exhaustivo, por una gran emocionalidad y empatía, lo que conduce a una mayor reactividad emocional, y un procesamiento del ambiente mucho más detallado que provoca una sobrecarga en el sistema cognitivo y emocional que puede acarrear la sobresaturación, tanto física como emocional.

El decano de la Facultad de Psicología, Juan Manuel Bethencourt, señaló que es imprescindible conocer las aportaciones de las personas altamente sensibles en sus comunidades, “en medio de un mundo que valora la rapidez y la rudeza, este colectivo nos recuerda que hay personas con valores diferentes, personas que perciben las emociones de los demás y que aportan con pasión y creatividad a todo lo que hacen; su sensibilidad no es una debilidad sino un aporte muy enriquecedor”.

Ciro Gutiérrez, viceconsejero de Universidades del Gobierno de Canarias, también participó en la sesión, para apuntar que en un mundo cada vez más diverso crear espacios más inclusivos es esencial. “Solo acercándonos a sus vivencias y observando sus procesos podemos avanzar en una verdadera equidad”.

Por su parte, el rector de la Universidad de La Laguna, Francisco García, mostró su orgullo por que este centro académico acoja la cuarta entrega de estos premios. “Estamos mejorando el conocimiento sobre este rasgo de la personalidad, al tiempo que reconociendo a las personas que trabajan en ello”. También indicó que en esta sociedad estamos muy necesitados de este tipo de perfiles, y que “la diversidad genera riqueza para afrontar muchos retos e imbuirnos de esperanza para el futuro”.

Luz Morales Botello.

Luz Morales Botello, máster en neurociencia y biología del comportamiento y profesora de la Universidad Europea de Madrid, fue la primera de las ponentes de la sesión. Destacó que la alta sensibilidad se refiere al procesamiento sensorial, y que se trata de un rasgo de personalidad de origen genético, pero también favorecido por el ambiente. Estos individuos son más sensibles al entorno sensorial, a las sensaciones corporales, tienen mayor reactividad a los estímulos y profundidad en su procesamiento.

La alta sensibilidad se estudia desde muchas disciplinas, sobre todo desde la psicología, pero se conocen pocos estudios demográficos sobre las personas que la acusan. La ponente presentó los datos de un reciente estudio con una muestra en España de 10.000 personas, y que ha permitido concluir que el perfil tipo es el de una mujer entre los 35 y 44 años, con estudios universitarios, trabajadora a tiempo completo y con dos hijos. Morales Botello agregó que en el grupo de personas de baja sensibilidad, la proporción de hombres y mujeres es similar, pero a medida que aumenta la edad crece el porcentaje de mujeres con este rasgo.

Lorea Zubiaga, experta en neurodesarrollo y profesora de la Universidad Cardenal Herrera, señaló que aunque exista una carga genética determinada no siempre ésta es leída por nuestras células, lo que depende del entorno que nos rodea. “No queremos poner otra etiqueta, lo que queremos es quitarlas”, dijo. “El ser humano puede compartir roles, necesitamos los unos de los otros, necesitamos personas con capacidad de acción y otras con capacidad de reflexión”.