El campus de Elche de la Universidad Miguel Hernández (UMH) ha acogido esta mañana las V Jornadas sobre el Retorno al Trabajo Efectivo y Saludable tras una Incapacidad Temporal (IT), organizadas por el Grupo de Investigación en Salud Ocupacional (Salud-O) de la UMH y UGT-PV. Durante la sesión, especialistas en la materia han presentado las conclusiones del estudio Retorno al Trabajo Eficiente y Saludable tras una baja por Incapacidad Temporal. La inauguración de la jornada ha corrido a cargo de la gerente de la UMH, Emma Benlloch; la directora del Grupo de Investigación Salud-O de la UMH, Beatriz Martín del Río; el secretario de Estado de Seguridad Social y Pensiones del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Borja Suárez, y la secretaria ejecutiva de UGT Confederal, Cristina Estévez.
El encuentro ha reunido a profesionales del ámbito jurídico, sanitario y académico con un objetivo común: analizar y proponer medidas para garantizar un retorno efectivo y saludable a la vida laboral tras una incapacidad temporal (IT). En un contexto en el que las enfermedades de media y larga duración afectan profundamente la vida de las personas trabajadoras, los ponentes coinciden en que el retorno al trabajo debe dejar de ser visto como un simple trámite administrativo y convertirse en una pieza clave del proceso de recuperación y bienestar. Según ha señalado la directora del Grupo de Investigación Salud-O de la UMH, Beatriz Martín del Río, “Volver al trabajo hace bien… si lo hacemos bien”. También indica cómo el retorno al trabajo es una oportunidad que puede mejorar significativamente la salud física y mental, siempre que se planifique e implemente correctamente. En el estudio realizado se detallan los múltiples beneficios del retorno al trabajo tras una IT de larga duración. En el plano físico, se observa un aumento de la capacidad funcional. Además, la reincorporación se asocia con una mayor supervivencia a largo plazo, menor presencia de comorbilidades y reducción del dolor y otros síntomas físicos, favoreciendo el disfrute del movimiento y el establecimiento de rutinas más saludables, como el ejercicio regular o la mejora del sueño. Desde una perspectiva psicológica, el impacto también es notable. El trabajo aporta estructura, sentido y relaciones sociales que contribuyen al bienestar emocional, la reducción de síntomas depresivos, el alivio del estrés emocional y financiero, y una mejora general en la salud mental. Asimismo, facilita la recuperación de la identidad profesional, eleva la autoestima y permite retomar el sentido de normalidad. El entorno laboral también puede actuar como red de apoyo emocional, reduciendo el aislamiento y promoviendo estrategias activas de afrontamiento.
Por su parte, la investigadora del Grupo Salud-O de la UMH Cristina López-Tello Aroca ha señalado que “Estamos ante un reto de Estado que requiere políticas específicas, un enfoque multidisciplinar y un compromiso social por la salud, equidad y bienestar laboral: lo dicen los expertos”. Durante la Jornada, ha presentado las principales conclusiones de un estudio cualitativo basado en un grupo de discusión con personas expertas. Profesionales del ámbito sanitario, jurídico, técnico y sindical, así como grupos de afectados, ponen de manifiesto que el retorno al trabajo tras una IT de larga duración no es un asunto individual, sino un problema estructural que requiere un abordaje sistémico y políticas públicas específicas. Entre las barreras estructurales detectadas por el grupo de expertos se encuentran la falta de coordinación entre servicios sanitarios, mutuas, empresas e instituciones; la insuficiencia de recursos del sistema público de salud; y los problemas de comunicación entre los distintos actores, especialmente en casos de salud mental. También, se pone el foco en las limitaciones que enfrentan las PYMES para planificar y adaptar retornos, así como en la desigualdad de trato entre el Sistema Nacional de Salud y las mutuas y en una burocracia que desprotege a personas con discapacidad o enfermedades crónicas.
El grupo, también, expresó su preocupación por la indefensión de las personas trabajadoras ante un sistema que no siempre protege, por normativas que generan desconfianza, y por las desigualdades de género y vulnerabilidades según el diagnóstico o el sector laboral. Además, detectan una falta generalizada de formación, empatía y concienciación en las empresas respecto al valor del retorno laboral como proceso de recuperación y no solo de reincorporación. Se proponen diversas líneas de mejora como implementar retornos individualizados y progresivos, establecer protocolos claros y una regulación específica, fomentar la coordinación efectiva entre INSS, servicios de salud, empresas y mutuas, y crear la figura del gestor o gestora de casos de retorno. Finalmente, el grupo ha destacado la necesidad de apoyar a las empresas, especialmente PYMES, con recursos formativos y económicos y ha subrayado que el abordaje del retorno debe ser integral.
Asimismo, el médico evaluador jefe de la Unidad Médica del EVI del INSS en Alicante y miembro del Grupo de Investigación Salud-O de la UMH Rafael Lobato Cañón se ha centrado durante su intervención en el entorno sociolaboral como factor clave para un retorno al trabajo saludable y sostenible. Destaca cómo la transición cultural de “vivir para trabajar” a “trabajar para vivir” está modificando las expectativas, necesidades y prioridades de las personas trabajadoras. Tomando como marco los retos planteados por la Declaración de Luxemburgo de la Red Europea de Promoción de la Salud en el Trabajo (ENWHP), Lobato advierte que la reincorporación laboral tras una IT no puede abordarse desde una perspectiva tradicional. El retorno ya no es solo una cuestión médica o administrativa: es una cuestión técnica, normativa, metodológica y cultural. Se propone la necesidad de desarrollar marcos legales como la Ley 2/2025, que reconozcan el derecho a un retorno progresivo y se apuesta por la implementación de metodologías como el protocolo Retorna y el sistema de información HEART.
Además, se defiende la creación de la figura del gestor o gestora de casos de retorno. Se necesita una figura de consenso que actúe como facilitadora entre empresa, trabajador/a y sistema público. Finalmente, se reclama que la negociación colectiva asuma un papel central en la puesta en práctica de estas medidas, permitiendo adaptar las condiciones laborales a la realidad cambiante del empleo y garantizar así un retorno no sólo posible, sino también digno y saludable.
El jurista y profesor de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universitat de València Adrián Todolí Signes ha presentado en la sesión recientes avances normativos que afectan directamente a la reincorporación laboral tras una situación de incapacidad permanente. Todolí ha explicado que la reciente reforma jurídica que elimina la extinción automática del contrato por incapacidad permanente representa un cambio de paradigma: el foco ya no está en la exclusión del mercado laboral, sino en la continuidad y la inclusión mediante la adaptación del puesto. Esta transformación normativa abre la puerta a los llamados ajustes razonables, especialmente en personas con trastornos psicológicos vinculados a su actividad laboral, ya que muchas de estas situaciones no implican una incapacidad absoluta, sino una necesidad de cambio o ajuste funcional en las tareas asignadas. “Esta reforma hace un llamamiento a la responsabilidad del tejido empresarial y de las administraciones públicas: adaptar los entornos laborales ya no es solo una buena práctica, sino un imperativo legal y ético, ha señalado”.
Fuente imagen: UMH.