Una investigación del IOCAG revela un cambio en los patrones físicos con respecto a las campañas oceánicas desarrolladas hace diez años: un enfriamiento del agua, menor salinidad y mayor oxigenación.
La región subpolar del Atlántico Norte ha experimentado unas tasas de acidificación oceánica más rápidas durante la última década en comparación con décadas anteriores, de acuerdo con el estudio reciente liderado por el Grupo de Química Marina (QUIMA) del Instituto de Oceanografía y Cambio Global (IOCAG) de la ULPGC, en colaboración con el Instituto de Investigaciones Mariñas, IIM-CSIC (Vigo), y el Instituto de Oceanología P. Shirshov, adscrito a la Academia Rusa de Ciencias. Entre 2009 y 2019, los investigadores de la ULPGC han participado en ocho campañas oceanográficas en esta región, en las que se recogieron y analizaron muestras de agua de mar desde superficie a fondo para la determinación variables fisicoquímicas.
En esta investigación se evaluó la dinámica del sistema de carbono oceánico en la región subpolar, sobre la base de los datos observacionales recabados en las campañas durante esos diez años. Los resultados revelaron un cambio en los patrones físicos con respecto a periodos anteriores: enfriamiento del agua, menor salinidad y mayor oxigenación. Estos cambios aumentaron la acumulación de la fracción de CO2 antropogénico, es decir, la parte del dióxido de carbono que se incrementa debido a la actividad humana; como consecuencia, se aceleró la pérdida de minerales como la calcita y la aragonita, fundamentales para los organismos marinos. La acidificación oceánica representa una amenaza para organismos marinos y ecosistemas, con impactos sucesivos en la cadena trófica y potencialmente en factores socioeconómicos, por lo que el estudio de sus tendencias es crucial en el desarrollo de planes de mitigación.
En este sentido, el Atlántico Norte subpolar es una región crucial desde el punto de vista oceanográfico y un “punto caliente” de cambio climático, con impactos que se extienden a nivel global. Estudiar los procesos en esta zona es esencial para entender mejor cómo el cambio climático afecta en escalas regionales dentro de la cuenca Atlántica y, en última instancia, al resto de los océanos. Este estudio permite no sólo tener un análisis detallado de los patrones físicos y biogeoquímicos de las tres grandes cuencas longitudinales de la región, sino también conocer cómo ha respondido el océano a los cambios de la última década, lo que sirve para anticipar escenarios futuros y mejorar las proyecciones sobre la evolución de la zona y de los ecosistemas marinos que alberga.
La revista “Biogeosciences” ha dado a conocer este trabajo en un artículo, que por parte de la ULPGC lleva la firma de los investigadores David Curbelo Hernández, Melchor González Dávila, Aridane González González, David González Santana y Magdalena Santana Casiano. La participación en los cruceros por parte del equipo español contó con financiación del Ministerio de Ciencia y del proyecto europeo FP7 CARBOCHANGE.
(Imagen 1: Mikhail Nilov, en pexels.com)
(Imagen 2: figura publicada en el artículo en Biogeosciences)