Las ayudas Juan de la Cierva de investigación postdoctoral fomentan la incorporación de jóvenes investigadores a centros I+D españoles por un periodo de dos años, con el objetivo de consolidar las capacidades adquiridas durante una primera etapa de formación posdoctoral. Se trata de un programa impulsado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y gestionado a través de la Agencia Estatal de Investigación. Actualmente, la Universidad de La Laguna cuenta con dos investigadores postdoctorales cuyo trabajo se enmarca dentro del programa Juan de la Cierva. Se trata de Lidia Ana Pérez Márquez, doctora en Química Orgánica, y Javier Cámara Manzaneda, doctor en Arqueología Prehistórica.
Javier Cámara Manzaneda es arqueólogo e investigador especializado en Arqueología Prehistórica. Su línea de investigación se centra en el estudio de las formas de vida y las interacciones humanas a través de las tradiciones artesanales cerámicas, fundamentalmente del Neolítico y Edad de Bronce peninsular, pero también el periodo aborigen en Canarias. Para esto, su trabajo se basa en la identificación de evidencias, como estigmas tecnológicos o defectos de fabricación, que permiten reconocer cambios en las tradiciones de estas comunidades y quienes participaron en la fabricación cerámica.
Mediante el programa Juan de la Cierva, el investigador doctorado por la Universitat Autònoma de Barcelona se ha incorporado al grupo de investigación GISPRAYA (Grupo de Investigación Sociedades Prehistoria Reciente de Andalucía y El Algarve), coordinado por la catedrática María Dolores Camalich Massieu y el investigador Salvador Pardo Gordó.
Actualmente, este investigador estudia la alfarería de las primeras comunidades agricultoras en el sur peninsular, en yacimientos de referencia como la Cueva de El Toro, en Antequera (Málaga). Además, participa en investigaciones relativas a otros contextos del Neolítico peninsular, en el País Vasco, Cataluña y Aragón, y en Cerdeña (Italia).
El arqueólogo se ha incorporado a proyectos de investigación sobre el periodo aborigen en Tenerife y Fuerteventura, liderados desde la Universidad de La Laguna. Considera que este contrato postdoctoral le proporciona la posibilidad de desarrollar una línea de investigación propia, a la vez que consolida su vinculación a grupos de investigación punteros en el área y extiende sus redes de colaboración con investigadores de distintas instituciones.
Doctora en Química Orgánica por la Universidad de La Laguna, la trayectoria de la investigadora Lidia Ana Pérez Márquez se había desarrollado hasta el momento en el estudio de sensores fluorescentes. Para esta estancia de investigación postdoctoral, decidió incorporarse al grupo de investigación MOLCAN (Bases Moleculares de Canalopatías Humanas), liderado por la catedrática Teresa Giráldez Fernández y perteneciente al departamento de Ciencias Médicas Básicas de la Universidad de La Laguna.
Esto se debió a su interés en la investigación en electrofisiología, campo en el que quería ampliar su conocimiento. Este grupo de investigación se centra en el estudio de la relación estructura/función de canales iónicos, un tipo de proteínas presentes en las membranas celulares de varios tipos de células, incluidas las neuronas. Además, su trabajo explora la relación de estas estructuras con las canalopatías humanas, que son enfermedades causadas por el mal funcionamiento de estas proteínas.
El proyecto en el que se enmarca el contrato postdoctoral de esta investigadora consiste en el estudio de la relación existente entre el canal iónico BK y el receptor NMDA. Pérez Márquez considera su estancia Juan de la Cierva una oportunidad para aportar su formación previa en sensores fluorescentes al trabajo desarrollado por este equipo, lo que le permitirá además ampliar su experiencia de investigación y consolidarse en el desarrollo de investigación en la interfase entre los campos de la química y la biología, área en la que aspira seguir trabajando en un futuro.
Desde 2020, las ayudas de investigación Juan de la Cierva forman parte del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, cuyo objetivo es promover la estabilidad de la carrera científica. Este programa fue establecido en 2004 en honor al ingeniero Juan de la Cierva y Codorníu, inventor del autogiro.