El Paraninfo de la Universidad de Burgos ha acogido la celebración de su sesión claustral, que el rector, José Miguel García, ha calificado como “atípica” ya que se abordaban los puntos más relevantes de la gestión del anterior equipo de gobierno. Pese a ello, García ha afirmado que se trata de una gestión que se enorgullece de presentar, en la que queda patente que “nuestra Universidad ha pasado la adolescencia en los últimos nueve años y se ha convertido en adulta, compitiendo, sin complejos, con las mejores nacionales e internacionales”, con el reto de convertirse una Universidad de cuarta generación, “que se centre en las necesidades de su entorno, estimulando la innovación y el desarrollo social y siendo capaz de generar y retener talento”, preparándose “para afrontar los retos de una universidad europea del siglo XXI”.
El rector ha destacado la cifra récord en la matriculación, que supera las 10.000 con 9.100 en titulaciones oficiales, lo que supone un incremento de más del 30% en los cuatro últimos años, con un 57% del alumnado de nuevo ingreso procedente de fuera de la provincia de Burgos. A ello se suma la ampliación a la oferta académica, con la implantación de los grados en Matemática Aplicada y Computación y en Medicina.
En referencia a la financiación, José Miguel García ha afirmado que pese al aumento presupuestario de un 53% en los últimos 8 años (llegando a los 86,2 millones de euros en 2024), la UBU sigue siendo “una universidad infra financiada dentro de un sistema nacional al que se dedica un 32% menos del PIB de lo que ocurre en la media europea”, lo que, por otro lado, ejemplifica el alto grado de eficiencia del sistema universitario español en general y de la Universidad de Burgos en particular.
Como principal objetivo de la actual gestión se busca “ser un referente en la transformación de nuestra sociedad en todos los ámbitos para mejorar la vida de las personas”, desde una visión holística e incidiendo “en el desarrollo humanista de su alumnado, apostando por una formación adaptada a las necesidades de su entorno” y por su integración en el sector industrial para favorecer el crecimiento económico.
A nivel interno, el rector de la Universidad de Burgos ha indicado que se continúa trabajando por la consolidación de la plantilla docente, la reestructuración de los servicios de administración, técnicos y de gestión y la desburocratización de procedimientos y protocolos, para lo que ya se han puesto en marcha algunos primeros pasos, como el Reglamento de uso de los sistemas de información de la Universidad de Burgos adaptado al Esquema Nacional de Seguridad. Además, ha anunciado la próxima convocatoria de elecciones del órgano, ya que este año se deben renovar sus miembros electos, elegidos en 2021.
Por su parte, la Comisión de Política Universitaria ha presentado diferentes propuestas. Entre ellas destacan las de mejorar la visibilidad de la actividad llevada a cabo por todos los servicios y unidades de la universidad y trabajar por la acreditación institucional y por la adaptación de la normativa vigente a la LOSU. Igualmente, se propone continuar apostando por la internacionalización, la inclusión y la relación con el tejido empresarial, así como promover una política de sostenibilidad y transparencia y llevar a cabo un análisis más pormenorizado de las modalidades de acceso del estudiantado y las causas de abandono.
Por último, el informe de la Defensora Universitaria ha mostrado que en el curso 23/24 fueron admitidas a trámite 118 solicitudes. La mayoría de ellas (el 69%) fueron presentadas por estudiantes, siendo ‘Evaluación y calificaciones’ y ‘Organización académica’ las temáticas que centraron más de la mitad del total de actuaciones.
El Claustro de la Universidad de Burgos es el máximo órgano representativo de la comunidad universitaria, se reúne de manera anual y debe ser informado de las líneas generales de la política de la Universidad y de la actividad de la Defensora Universitaria. Entre sus funciones se encuentra la de formular propuestas para su mejora, y sus cien miembros electos son elegidos cada cuatro años por la comunidad universitaria.